El estrés perjudica seriamente a nuestra salud. Problemas físicos y psíquicos, acompañados de envejecimiento precoz, son algunas de las consecuencias para quienes sufren de estrés.
Investigaciones científicas recientes indican que personas tímidas, medrosas o ansiosas son las mejores candidatas a sufrir continuamente de estrés, y eso las lleva a vivir menos tiempo que las personas extrovertidas y alegres.
Las funciones realizadas por nuestro cuerpo son controladas por el cerebro, el sistema nervioso central y nuestro estado de ánimo.La mente y el cuerpo forman un lazo inseparable. Factores como procesos metabólicos sobre proteínas, frecuencia cardíaca y presión arterial dependen de nuestro sistema nervioso.
Cuando causamos un estrés psicológico prolongado en nuestra mente, innumerables problemas físicos ocurrirá en nuestro cuerpo, y el daño mayor ocurrirá en nuestro sistema inmunológico.
Nuestro cuerpo responde al estrés con un mecanismo de defensa conocido como "reacción de lucha o fuga". Esta respuesta es vital para superar situaciones que presenten peligro o amenaza. Nuestros sentidos son intensificados por el sistema nervioso, modificando la frecuencia cardíaca y la respiración, aumentando la actividad muscular, el nivel de glucosa en la sangre y disminuyendo la respuesta de nuestro sistema inmune. Los protagonistas en este momento son las hormonas (glucocorticoides y adrenalina) producidas por glándulas suprarrenales, que se encargan de proporcionar la energía necesaria al cuerpo.
Cuando esta reacción de lucha o fuga permanece activa por más de dos minutos incluso en la falta de peligro, se prolonga como consecuencia de factores que influencian nuestro estado emocional (como problemas familiares, en el trabajo, enfermedades).
El nivel de hormonas, que al principio nos beneficia, comienza a dañar nuestro organismo de manera continua, debido a la disminución de nuestras defensas. Estudios publicados en la revista PNAS (Proceedings of the National Alcancemy of Sciences) demuestran que las hormonas del estrés pueden ser liberadas en cantidades elevadas en situaciones como timidez o miedo irracional de nuevas situaciones (como encontrar extraños, conversar con personas, tener miedo de objetos y lugares, incluso cuando no presentan ninguna amenaza). Este miedo irracional de lo nuevo se llama Neofobia.
Los grupos más afectados son niños y jóvenes, que mantienen este tipo de comportamiento mientras alcanzan la madurez. Si permitimos que el ritmo de la sociedad en los estrés, vamos a liberar hormonas de forma continua, el proceso de envejecimiento será acelerado y nos enfermar con más facilidad. Si estas nuevas situaciones se enfrentan con miedo y timidez, y eso se mantiene por el resto de nuestras vidas, el nivel de hormonas siempre será aumentado, lo que puede reducir la expectativa de vida en aproximadamente 10 años.
El ideal es, por lo tanto, llevar una vida tranquila y tranquila, pero también decidida, valiente y sin miedo a lo nuevo.