Síndrome del exceso de empatía o del desgaste por la compasión

La persona con el síndrome del exceso de empatía es como una antena de largo alcance que absorbe e involucra cada emoción que vibra en su ambiente. Lejos de gestionar esa sobrecarga, acaba por diluir las necesidades de los demás, envenenándose con una compasión excesiva hasta sentir culpa por el dolor que otros experimentan. Pocos sufrimientos pueden ser tan agotadores.

Es posible que ver tales situaciones como un problema clínico pueda sorprender a muchas personas. ¿Nos estamos excediendo en el momento de usar el rótulo de "patológico" para comportamientos (aparentemente) "normales"? Obviamente no y todo esto tiene una explicación. Si el manual de diagnóstico y estadística de disturbios mentales (DSM-V) la etiqueta como característica de los trastornos de personalidad, es por una razón obvia.

Cualquier comportamiento que impida nuestra manera de relacionarnos, que nos traiga sufrimiento y la incapacidad de llevar una vida normal, necesita un diagnóstico y un tipo de estrategia terapéutica que pueda resolverlo. Por lo tanto, las personas que sufren un exceso de empatía o que muestran un patrón persistente de incomodidad e incapacidad de funcionar a nivel social, personal y de trabajo, entrarán, en este caso, dentro de un cuadro de trastorno de personalidad.

Todo esto nos lleva a percibir que no es lo mismo "ser muy sensible" y sufrir de un síndrome de exceso de empatía. Por ejemplo, en el libro "Mujeres que aman a los psicópatas" de Sandra L. Brown, hay un aspecto que no puede dejar a nadie indiferente. En el trabajo de esta psiquiatra, se puede ver que hay mujeres que pueden entender el comportamiento psicopático de sus parejas e incluso justificarlo.

El exceso de empatía les impide ver claramente al predador, al asesino o al agresor que tienen delante. Además, su inteligencia para justificar los actos violentos del cónyuge era increíblemente sofisticada. Un hecho que muestra claramente que un exceso de empatía es un tipo de trastorno que no se divulga, pero que debemos considerar.

Empatía y exceso de empatía, la frontera del equilibrio y del bienestar

Quizás muchos piensan que si la empatía es una capacidad positiva, útil y deseable ... ¿qué habría de mal en tener "mucha empatía"? Como siempre, en la vida los excesos no son buenos y el equilibrio es el ideal. Lo mismo sucede con esa dimensión en la que nunca olvidamos separar nuestro "yo" del "yo" de los demás. Es decir, la famosa frase de "empatia es la capacidad de colocarse en el lugar de la persona frente a nosotros". Debemos especificar que lo haremos sin dejar de ser nosotros mismos. De la misma forma, es importante recordar ahora qué tipos de empatía podemos experimentar, las que son saludables y las que pueden llevarnos a esa frontera donde, inevitablemente, ocurre una incomodidad.Empatía afectiva o "Siento lo que siente".En este caso, la empatía afectiva tiene que ver con nuestra capacidad de sentir las emociones, sensaciones y sentimientos experimentados por otra persona ... y, a su vez, sentir compasión por ello.

Empatía cognitiva o "entiendo lo que está pasando con usted"

  • . La empatía cognitiva, por otro lado, es más una habilidad. Ella nos permite tener un conocimiento más completo y preciso sobre el contenido de la mente de la persona frente a nosotros. Sabemos cómo se siente y entendemos eso. La empatía excesiva significa ser un espejo y, a su vez, una esponja.
  • Nosotros no sólo sentimos lo que los demás sienten, pero sufrimos con eso. Es un dolor físico que crea angustia y, a su vez, nos subordina a las necesidades de los demás sin que podamos discriminar esta frontera entre nosotros y ellos.¿Cómo es una persona que sufre el síndrome del exceso de empatía?
  • Describir la persona que sufre de síndrome de exceso de empatía nos ayudará bastante. Primero, discriminar entre la simple "sensibilidad emocional" de la "hipersensibilidad" patológica. Además, también veremos cómo el DSM-V identifica este tipo de comportamiento. El deterioro obvio de su identidad y habilidades sociales.

Es común que aparezcan otros tipos de disturbios en los que la compulsión o psicoterapia están presentes.

Es común que la persona experimente muchos cambios de humor

  • , que van desde la depresión más profunda hasta una felicidad histriónica o desproporcionada.
  • Son pacientes muy dependientes.
  • Es decir, ellos quieren resolver todos los problemas de los demás para reforzar la imagen de personas valiosas y necesarias que ellos quieren proyectar, necesitan una interacción continua y se valen de favores. Si alguien intenta imponer límites, se sentirán heridos y rechazados.También es común que las personas que sufren de exceso de empatía sean muy superprotectoras y minen la autonomía de los demás.
  • El exceso de empatía trae serias dificultades en la productividad de estas personas. Ellos se sienten discriminados, nadie entiende su altruismo, su necesidad de apoyo y de ayuda ... Por último, y no menos importante,
  • muchas veces nos vemos con pacientes que pasan de empatía en exceso al resentimiento. Fueron tantas decepciones sufridas que van siendo aisladas, perdidas en sus sentimientos de rabia y de decepción. ¿Qué podemos hacer si sufrimos por un exceso de empatía?
  • En este punto, es probable que muchos de nosotros nos preguntemos por qué. ¿Qué hace que alguien experimente tanto sufrimiento cuando es infectado por las emociones de otras personas? Bueno, en los últimos años estamos logrando grandes avances en el asunto y, de hecho, ya estamos conociendo la base genética y neuroquímica que puede favorecer esta situación.
  • Los llamados "disturbios del espectro de empatía" nos están proporcionando mucha información sobre realidades como las del síndrome de Asperger, síndrome del exceso de empatía o trastorno de la personalidad limítrofe. Es, sin duda, un tema interesante que nos dará excelentes respuestas y mejores abordajes terapéuticos en los próximos años. Por otro lado, para la cuestión de lo que debemos hacer si sufrimos de empatía excesiva, la respuesta no puede ser más simple: pedir ayuda profesional. Si estamos en el extremo más patológico, siempre es apropiado aprender una serie de técnicas para definir límites, tener un mayor autocontrol sobre nuestros pensamientos, alimentar nuestras propias necesidades y definir con más fuerza nuestra identidad y autoestima.

No podemos olvidar que la empatia excesiva no sólo genera incomodidad, sino que nos separa de nosotros mismos y del propio mundo.

No vale la pena anclar en una esfera de vacío y tormento persistente. Vamos a dar el primer paso para salir de esta realidad tan negativa ...