Cuando usted quiere alcanzar un objetivo, no basta con concentrarse en adoptar hábitos para acercarse a sus sueños. Todo lo que usted hace importa. Muchas veces, los hábitos ya adquiridos son aquellos que entorpecen a la hora de conquistar las metas establecidas. No importa qué tipo de blanco que desea golpear. Tanto si es un objetivo relacionado con la salud y la familia, como si lo que usted está buscando con su situación financiera, los estudios o el amor, hay algunos hábitos que pueden perjudicar cualquiera de estas iniciativas.
"Nada puede parar al hombre con la actitud mental correcta de lograr alcanzar su meta; nada en la Tierra puede ayudar al hombre con la actitud mental equivocada.
-Thomas Jefferson-
Hábitos para acercarse a sus sueños
Acompañar sus objetivos en un calendario
Algún día, en la próxima, cuando pueda, etc.
Estas fechas no aparecen en ningún calendario. En ese sentido, del mismo modo que las fechas presionan, ellas también nos motivan a seguir adelante con las tareas que son menos agradables. En realidad, localizar un objetivo dentro de un plazo definido suele ser uno de los primeros pasos que hace realidad ese objetivo. Los sueños ya están cargados de intenciones, por eso para que se materializan, hay que empezar a actuar. Sin fechas, todo intento de elaboración de un plan va a dar en nada. Poco importa si en el camino usted tendrá que hacer cambios, o si para alcanzar esa meta usted se retrase por algún motivo.
Un plan puede ser modificado y adaptarse para llegar al destino, pero la falta de un plano es un salto en el abismo sin paracaídas. Así, comience definiendo su objetivo y dándole espacio en el calendario, un espacio dentro de sus días. Y si no puedes conseguir ya, no importa. Usted decide cuándo comenzará cuando va a elaborar su plan de acción.
Estar listo para comenzar
La frase "todavía no estoy listo para comenzar" puede ser el reflejo de muchos estados de espíritu. Tal vez usted no esté seguro de su objetivo, es decir, usted no siente que es, de hecho, una elección autónoma y personal. Tal vez usted no esté tan motivado como cree, porque lo que lo motiva a soñar no es el motor adecuado. Tal vez su sueño no esté muy claro, y no sea más que una vaga idea general. Tal vez usted tenga miedo.
De cualquier manera,
una vez que la meta esté bien definida, a pesar de no saber si habrá alguna garantía, hay que cerrar los ojos y continuar. Un ejercicio de coraje para dar el primer paso, de confianza en ti mismo y en tus recursos. En ese sentido, si estás listo para soñar, estás listo para empezar a trabajar en tu sueño. Permitir que la lista de dificultades congele sus sueños
Subestimar los recursos para enfrentar las dificultades que vienen por delante es arrojar un balde de agua en los sueños y las ilusiones de muchas personas. Ellas tiemblan ante cualquier incertidumbre que aparece por el camino, y por eso no avanzan.
Piensan que no van a poder llegar hasta el lugar que desean, pero tampoco se mueven para conseguir las herramientas que permitan eso. Ellas no posponen su sueño y tampoco renuncian, pero tampoco deciden correr detrás de él.
En ese sentido,
anticipar las dificultades, hacer un plan de imprevistos es una estrategia inteligente en sí que puede ser mala, si es malfectada o empleada incorrectamente. Si es mal ejecutada, puede hacernos fijar objetivos que son actualmente inalcanzables; por otro lado, si el plan es mal, él puede dejarnos muy confiados y acabamos huyendo de la realidad. Sin embargo, el plan puede ser adecuado, pero después de ser mal empleado o simplemente no se utiliza. En esos casos, el esfuerzo de hacerlo sería energía desperdiciada. El caso más común ocurre con aquellas personas que, en vez de almacenar herramientas para poder enfrentar esas dificultades, quedan paralizadas, imaginando el sufrimiento que eso les va a causar.
Ver los errores como pérdidas
No siempre da para caminar en línea recta. A veces es necesario eludir los obstáculos, otras veces, trabajar duro para eliminarlos o, al menos, reducirlos. Además, en pocas ocasiones el trabajo proporciona inmediatamente el resultado que usted espera. Pero eso no es una pérdida.
Raras veces la gente pierde cuando aprende.
Esto es el reflejo más hermoso de los malos resultados, y que sólo es visible para aquellos que hacen una gestión inteligente del "fracaso". Si algo sale mal, no importa. Es parte del proceso. Además, suele suceder que, cuanto mayor sea el error, mayor es el aprendizaje. Lo que no sirve nada es quedarse frustrado y acobardarse ante las fallas y, peor aún, ante la idea de fracasar. Acepte sus errores, admítelos en su historia y dales un sentido que haga bien y use toda la energía producida por la rabia del propio error para reanudar el rumbo hacia ese u otro destino.
Desistir antes de ver los resultados La impaciencia es amiga de la precipitación y bastante traicionera en los cambios, convirtiéndose en uno de los grandes obstáculos para la materialización de cualquier sueño. A pesar de tener un plan,difícilmente todo va a depender de usted, por eso indicamos la paciencia como una potente aliada. En este sentido, para muchos, la manifestación del progreso no es gradual. Se produce en saltos. Períodos en que prácticamente no damos un paso adelante o, incluso, retrocedemos, se combinan con otros períodos en los que se produce un gran salto.
Trate de no desesperarse.
El hecho de no poder ver los resultados no significa que los esfuerzos hayan sido en vano. Recuerde que, en muchos casos, el avance ocurre de una sola vez, y muchas veces se produce de una manera inesperada. En ese sentido, lo mejor que puede suceder cuando esto sucede es que usted sea sorprendido trabajando.
Piense, por ejemplo, en un escritor cuando publica su primer ensayo o libro. Probablemente, antes de ver su sueño ser realizado, será rechazado varias veces por las editoriales, habrá pasado un largo período en que no ve ningún avance. Sin embargo, nuestro escritor, a diferencia de desistir, sigue enviando su manuscrito hasta que finalmente recibe una carta en la que aceptan editar su libro. El paso que esta carta representa es enorme y probablemente no sucedería sin la fe y la perseverancia de quien las envió.
"Las dificultades aumentan cuando llegamos más cerca de la meta". -Johann Wolfgang von Goethe- Caminar para alcanzar
El soñar es maravilloso, emocionante, inspirador. Te hace ver el futuro con otros ojos, te hace tener esperanza y sentirse bien. Sin embargo, esa recreación placentera, cuando no es acompañada por la acción, no hace progresos.
Analice su sueño, evalúe su meta y descubra si es viable.
Establezca un plan y enfrente las dificultades una a la vez, empezando por la primera. Celebre cada pequeño avance como un gran avance en sí. Y continúe avanzando.
Revise sus hábitos diarios y haga lo que tenga que hacer para caminar firme hasta su meta.
Los cambios que usted tiene que hacer son parte de la trayectoria
, no se olvida. Y recuerde que, por más que tenga que desviarse, o por muchas paradas que esté obligado a hacer, mientras pueda ver dónde va, irá por el camino del éxito.