La felicidad puede presentarse de tantas maneras diferentes que puede incluso ser difícil de definir. Sin embargo, la infelicidad es fácil de identificar. ¿Cuántas personas infelices conoces? La felicidad tiene menos que ver con las circunstancias de la vida de lo que parece, porque la felicidad está bajo el control de cada uno mucho más de lo que pensamos. La felicidad es el producto de nuestros hábitos y de nuestra visión de la vida.
Cuando uno es infeliz es más difícil estar cerca de los demás y aún más trabajar con ellos. La infelicidad lleva a las personas a mantenerse alejadas, creando un círculo vicioso que les impide conseguir todo aquello de lo que son capaces.La infelicidad puede sorprenderle. Gran parte de su felicidad está determinada por sus hábitos, tanto mentales y conductuales. Por lo tanto, cabe una pregunta, ¿qué hay que observar para garantizar que sus hábitos no lo arrastren hacia el abismo?
Hábitos de las personas infelices que perpetúan la infelicidad Algunos hábitos conducen a la infelicidad más que otros.
Por eso, hay que ser especialmente cuidadoso con algunos de ellos. Son los siguientes:
Culpar a todos excepto usted mismo En vez de asumir la responsabilidad de acción con el fin de crear una vida mejor para sí mismo,
la persona infeliz constantemente critica a los demás
, poniendo toda la responsabilidad sobre sus hombros y culpándolos por todo de mal en su vida.Reclamar en lugar de tomar actitudesLas personas infelices gustan mucho de quejarse. Además, ellas constantemente se centran en lo grandes que son sus problemas
en lugar de intentar encontrar una manera de superarlos.
Entran como víctimas de su destinoEn la vida podemos elegir entre ser creadores o víctimas. Las personas infelices optan por el victimismo
. Ellas creen que no tienen lo que necesitan para crear una diferencia positiva en sus vidas, y por eso dejan de trabajar por sus objetivos y se llenan de remordimiento y angustia.
Perden el presente pensando en el futuro y en el pasado El momento presente es el único momento que realmente importa.El pasado ya ha sido y el futuro está por venir. Es aquí y ahora que realmente podemos vivir. Las personas infelices siempre se preocupan por el futuro y no dejan de lado su vínculo emocional con experiencias pasadas.
Estar atrapado en el juego de la competición
Las personas son seres profundamente sociales, lo que quiere decir que la alegría puede nacer de la cooperación y el compartir. Sin embargo, los que no son felices no perciben que están inmersos en la competición, siempre tratando de superar a los demás con la finalidad de sentirse mejor consigo mismos. La única cosa que logran es convertirse en miserables y estresados.
Dificultad en confiar en las personas
Todos necesitamos amistad y amor en nuestras vidas para ser felices. Pero para tener relaciones íntimas o amistades, necesitamos tener un corazón abierto y confiar en las personas. Quien es infeliz se siente inseguro porque no confía en los demás por miedo de ser herido o quedarse decepcionado.
Buscar constantemente la aceptación de los demás
La libertad es un derecho de nacimiento de todos, pero debido a la forma en que hemos sido educados muchos de nosotros estamos condicionados a creer que tenemos que tener la aceptación de los demás antes de hacer algo que deseamos. Este es el caso de las personas infelices que nunca piensan por sí, ni actúan por cuenta propia, pero siguen una trayectoria creada por los demás, esforzándose para cumplir ciertas expectativas. Esto sólo hace que sientan un inmenso sufrimiento.Ser pesimista
El pesimismo es el mayor combustible de la infelicidad.
El problema en tener una actitud pesimista es que ella se transforma en una profecía auto-realizable: si usted espera que las cosas malas sucedan, es probable que realmente ocurran.
No esforzarse para mejorar Debido al hecho de que las personas infelices son pesimistas y se sienten fuera del control de sus vidas, tienden a sentarse y esperar que la vida pase delante de sus ojos.En lugar de establecer objetivos, aprender y mejorar, avanzan penosamente y luego se preguntan por qué las cosas no cambian nunca.