Tal vez usted se sorprenda, pero de acuerdo con los expertos, más del 60% de la población presenta un tipo de personalidad orientada a un locus de control externo.Así, es posible que tanto tú como yo nos encajamos en esa dimensión. Pero, ¿qué quiere decir? Para entender mejor, podemos observar un simple ejemplo.
"Encontramos un amigo, ypreocupadoscon su expresión, preguntamos: - Usted no se ve bien. ¿Esta pasando alguna cosa?Ante esta pregunta, nuestras respuestas podían ser las siguientes:"Mi socio me ofendió", "Mis padres no me apoyan", "Mi mejor amigo no quiso prestarme dinero", "Tengo mala suerte","Las cosas están cada vez peor ".
Esencialmente, tener un locus de control externo alude a que, en la mayoría de las ocasiones, atribuyamos a las circunstancias externas - ya las personas - la responsabilidad de nuestro humor. Otro ejemplo sería quizás pensar "Últimamente estoy teniendo mucha suerte", una expresión común donde sigue apareciendo la responsabilidad atribuida a un marco de referencia externo. Veamos detalladamente.
Control: a que usted atribuye sus éxitos y fracasos?
Entonces, como una persona con un locus de control interno actúa? Usted se preguntará a usted mismo. Estas personalidades ponen sobre ellas mismas toda la responsabilidad de lo que sienten y de lo que hacen. Parecerá extraño para usted, pero según los psicólogos, no son muchas las personas que se atribuyen a ellas mismas todo el peso de lo que ocurre en sus vidas.Sabemos que podemos alternar, en algunas ocasiones, ambos locus de control. Usted puede saber que, por ejemplo, tener un mejor trabajo depende de usted (mejorar sus estudios, cambiar de casa, de país), pero, sin embargo, puede pensar que la felicidad de su vida emocional depende exclusivamente de su pareja, sin ver su propia responsabilidad en ello.Nosotros, las personas, somos muy complejas en este tipo de dimensión, y está claro que no siempre es fácil ver nuestra propia responsabilidad en todas y cada una de las facetas que nos rodean.
Es siempre fácil pensar que, si no tengo trabajo, es culpa del contexto social y político en el que mi país está involucrado, cayendo poco a poco, sin darse cuenta, en una actitud derrotista.Y, aún más, también hay personas que aunque no son felices en el matrimonio o en su situación personal, deciden simplemente aguantar sin tener en cuenta sus propias necesidades; el propio derecho de ser feliz.
Lo que sí debemos tener claro es que existen muchas formas exteriores que se imponen a nosotros y de las cuales no podemos escapar. Todos tenemos obligaciones en muchos de los contextos en los que nos movemos a diario. Pero dentro de estas esferas, disponemos del derecho y de la posibilidad de controlar nuestras vidas y elegir nuestro propio camino.Para ello, para conseguir, debemos comenzar a poner el pronombre personal en muchas de nuestras acciones y pensamientos. "Yo voy a buscar todas las opciones para sentirme mejor." "Las cosas están mejorando porque me esforzaba por conseguirlo". "En los momentos en que me siento mal en mi relación personal, debo hacer mi parte para encontrar una solución." "YO soy responsable de mí mismo y aquí es donde quiero estar".Sabemos que no es fácil. Pero nunca conseguiremos tener el control de nuestra propia felicidad si no invertimos en nuestra propia realización, evitando, ante todo, dejarnos manipular por fuerzas externas. La vida suele traernos muchas pérdidas en nuestros caminos personales, en nuestro mapa existencial. Pero evitarlos, abrir paso para transitar en paz por nuestro camino, depende de nosotros mismos. De nuestra fuerza vital, de nuestra motivación.Los fatalistas y los que se sienten determinados por agentes externos siempre se sentirán manipulados por el resto, casi obligados a vivir una vida "planificada". Y nadie puede ser feliz de esa manera ...
Créditos de la imagen: deRoger Hall