Nuestros pensamientos condicionan en gran parte nuestro estado de salud mental. La práctica de ciertos hábitos de pensamiento y la resistencia al cambio originan nuestra propia realidad. Existe una realidad fuera de nosotros, y en realidad no interactuamos con ella. La única realidad con la que convivimos de verdad es una simulación creada por nuestro cerebro por medio de nuestros propios pensamientos, que puede aproximarse más o menos a la realidad exterior. En teoría, cuanto menos influenciados están nuestros pensamientos, más nos acercamos a la precisión. El problema aparece cuando fuimos educados con generalizaciones, preconceptos y dicotomías que nos alejan de lo real.
Pensar es como respirar, lo hacemos sin darnos cuenta, pero no podemos creer en todo lo que pensamos. Se estima que sólo alrededor del 20% de nuestros pensamientos llegan a hacerse realidad. Los seres humanos tienen pensamientos que no corresponden a la realidad del momento o de la situación; estos pensamientos se llaman pensamientos deformados o irracionales. Son ideas que vienen a la mente y que nos impiden ver la realidad exacta de las cosas; generalmente nos llevan al error y eso influye en gran parte y directamente en nuestro propio estado emocional.
Las interpretaciones sobre la realidad son las que nos llevan a ser personas estables o inestables a nivel emocional
, más que la realidad propia. Lo que pensamos de nosotros mismos y de nuestra experiencia es lo que realmente crea los problemas de ansiedad y / o depresión, tan comunes en el primer mundo, y no la situación en sí. Dos personas, ante la misma situación, pueden vivenciarla y entenderla de forma diferente, evidenciando que la realidad, en última instancia, es creada por nuestros pensamientos.La realidad es aquello que, cuando la gente deja de creer en ella, no desaparece.
CompartirSi usted quiere cambiar su realidad, cambie sus pensamientos
La psicología basa parte de sus terapias en la sustitución de pensamientos irracionales por otros que se adecuan mejor a los hechos reales.
Aprender cómo transformar los pensamientos irracionales en pensamientos racionales es el eje principal del pensamiento adecuado a la realidad. Las personas que son capaces de modificar estos pensamientos pueden tener mucho control sobre sus emociones y ser capaces de tomar decisiones más adecuadas. Una de las técnicas más utilizadas en la atención clínica para cambiar los pensamientos inadecuado es el debate, donde el paciente es enseñado a modificar sus creencias a través de preguntas formuladas por parámetros racionales, hasta que éste sea capaz de ir generando un pensamiento alternativo mucho más adaptativo. El objetivo es, al fin y al cabo, que el paciente sea capaz de sustituir o recortar sus pensamientos de una forma autónoma.
Aunque las circunstancias son complejas, como las que pueden ocurrir en torno a un despido o una relación amorosa que llega al fin, estas situaciones no van a mejorar por más que pensemos en ellas. En muchas situaciones difíciles, el margen de actuación es mucho más una cuestión de intervención sobre los propios pensamientos que sobre la propia realidad.
"Cualquiera puede tener conocimiento, pero el arte de pensar es el regalo más escaso de la naturaleza." Compartir
¿Cómo pensar en forma sana y racional?Los acontecimientos no causan los problemas emocionales y de conducta, pero estos son causados por las creencias que residen en las interpretaciones de estos problemas. Uno de los aspectos básicos a resaltar es la diferencia entre creencias racionales y creencias irracionales.
Pensar de forma racional es pensar relativizando, expresándose en términos de deseos y gustos (me gustaría, preferiría, desearía ...). Cuando las personas piensan de forma sana, aun cuando no logran lo que desean, los sentimientos negativos que estas situaciones provocan no impiden la conquista de nuevos objetivos o propósitos.
Por el contrario, pensar de forma dogmática y absolutista nos lleva a expresarnos en términos de obligaciones, necesidades o exigencias
(tengo que, necesito, estoy obligado a). Su no realización provoca emociones negativas inadecuadas (depresión, culpa, ira, ansiedad, miedo) que interfieren en la realización de los objetivos y generan alteraciones de la conducta como el aislamiento, la conducta de evasión o la fuga y el abuso de sustancias tóxicas.
Todo depende de cómo veamos las cosas, y no de cómo son en la verdad. Compartir Sin cambio de hábitos, no hay cambio de vida.