Son las mujeres las que parecen sufrir más cuando llegan a su cuarta década de vida. Esto se debe al hecho de que atravesan una etapa biológica en la que no son ni jóvenes ni viejas. Pero, ¿cómo superar esta crisis o impedir, sencillamente, que aparezca? Puede que tenga miedo de envejecer o de no ser tan joven. O ambas cosas al mismo tiempo. La verdad es que la denominada crisis de los 40 es sufrida por la gran mayoría de las mujeres y por muchos hombres también.
En el caso femenino, se suma al hecho de comenzar a atravesar la menopausia y los síntomas que ella trae, tanto los físicos y los psicológicos. La "crisis de la mediana edad" no aparece bien el día en que la persona sopla las 40 velas; puede surgir un poco antes o después. Es hora de empezar a analizar lo que se ha hecho hasta ahora y los asuntos pendientes que dejamos por resolver.
Sin duda, en algunos casos, la idea de jubilación ya ronda la cabeza de la gran mayoría (aunque falte, al menos, dos décadas más para que esto ocurra en la mayoría de los países occidentales). Características de la crisis de los 40 Los estudiosos indican que existen dos tipos de crisis relacionadas con la edad. Una de ellas es la evolutiva, que tiene que ver con los años que tenemos y con nuestros cambios biológicos. La otra es circunstancial, motivada por los cambios en el medio, pero que también nos afecta en el lado personal. La crisis de los 40 años está incluida en el primer grupo.
Los síntomas de llegar a las cuatro décadas de vida pueden venir acompañados por un cuadro de depresión y ansiedad
, especialmente debido a las presiones sociales y familiares al alcanzar cierta edad. Por ejemplo, si esa persona aún no se casó o no tuvo hijos, no consiguió un buen empleo o no compró su casa, estudios dicen que existe una mayor probabilidad de que esas personas se sienten tristes, más que alguien que haya cumplido con esas pautas culturales . Los motivos de la crisis de mediana edad son diversos, pero los más frecuentes son la inseguridad, la responsabilidad excesiva, la misma rutina durante mucho tiempo, los conflictos de parejas, percibir los errores cometidos, el aburrimiento, la falta de objetivos claros, etc. Una nueva perspectiva
Sin duda, uno de los signos más importantes de la crisis de los 40 es esa necesidad de volver a ser "joven", es decir, de tener nuevamente 20 años (o menos). Esto implica la búsqueda de nuevas experiencias, de hacer cosas que antes no se animaban a hacero que no pudieran hacer por diversas razones, vestirse como un adolescente, frecuentar bares o discotecas, etc.
Esta nueva actitud frente a la vidapuede ser convertida en un nuevo y maravilloso despertar, en una motivación que nos quite de nuestra rutina y que enriquezca nuestras vidas. Pero, también puede provocar una gran nostalgia que nos paralice y nos haga empezar a pensar profundamente sobre lo que ya se ha ido, olvidándonos de que tenemos todavía un montón de cosas para hacer. El cambio positivo que puede emanar de esta crisis surge, en gran parte, de la aceptación de que el tiempo pasó, sin sentimientos de rabia o de impotencia ante este hecho.
Podemos decir que una buena reflexión y un buen rediseño de nuestra vida, que es, en realidad, lo que está pidiendo nuestro cuerpo, harán que sigamos adelante con la sabiduría de ahora y la inquietud joven de antes.
En puntos concretos, lo que podemos hacer frente a esta "crisis":Mantener una actitud positiva :
No importa que todos lo hagan notar que ya no está tan joven; es bueno saber que la edad trae experiencia, nuevas experiencias y conocimientos. Usted todavía tendrá muchos años por delante, no vale la pena pasarlos sufriendo.Disfrutar: La experiencia de haber madurado y pasado por muchos problemas lo hace aún más interesante y preparado para lo que venga. Tendrá un mayor autocontrol, sabrá de las consecuencias de sus actos y no se sentirá inexperto en nada. Recuerde también que
el mejor momento es el aquí y el ahora. No asocie a la juventud con la felicidad. En cada etapa de la vida usted puede sentirse alegre y lleno.Reflexionar:
Podríamos decir que se está en la mitad de la vida. Es un buen momento para pensar en lo que ya se ha hecho, conseguido, y también reflexionar sobre el futuro, porque aún queda mucho por hacer.
Cualquier cambio que usted desee a partir de ahora, deberá ser evaluado y analizado detalladamente.