leyendo un breve y palpitante artículo de Leila Guerriero en el periódico, me encontré con el núcleo principal de esa reflexión: el amor termina, y cuando lo hace, rasga al que todavía siente. Pero, con el tiempo, nos vemos obligados a cicatrizar y volver a intentarlo. "Diga en voz alta:" Siento su falta ". Comino. Siente que nada tiene sentido y que no hará por mucho tiempo. Piense en morir. Escoge no morir. Sigue adelante. "
-Leila Guerriero-
Asimilamos el dolor de los golpes emocionales con las caídas porque nos derriban, nos causan heridas, nos desorientan, y creemos perder las fuerzas que tenemos. Por eso, cualquier fracaso, equívoco o contratiempo nos da tanto miedo: de repente, entendemos que muchos vacíos son abiertos en el cuerpo, y nadie más que nosotros mismos podrá llenarlos de nuevo. Sin embargo, todo debe ser intentado nuevamente, y el amor no es una excepción: lo que está provocando más sufrimiento no es ese golpe, sino mantenerse en el suelo derrotado.
Usted puede y debe sacudir el polvo del desastre, secar las lágrimas y coser de nuevo el corazón : no abandone, no se abandone. Declarar con coraje que perdemos en el amor
Más duro que el propio término, sea por factores biológicos o sentimentales, tal vez sea negar a interpretar lo que está sucediendo con nosotros: no es fácil reconocer que estamos en un punto en el que tenemos que reaccionar para seguir adelante.Aún así, usted es capaz de hacerlo, incluso no creyendo en eso, y cuando lo haga, el "proceso de luto" seguirá su curso hasta que usted se siente plenamente bien.
Tomar las riendas de la situación en la que nos encontramos no suele ser fácil si no lo es, pero es un precio que tenemos que pagar para volver a deslumbrarnos con nuevas oportunidades:
despierte del sonambulismo frágil en el que está inmerso y enfrente el miedo a la muerte aceptación. Te va a costar mucho menos esfuerzos y, sin duda, te aseguro que valdrá la pena. Julio Cortázar decía que "nada está perdido si usted tiene el coraje de proclamar que todo está perdido", y si pensamos bien, la superación de cualquier pérdida emocional significa un estado de coraje para reconocer la realidad que nos aflige. Tener la garra suficiente para observar un rayo de luz entre tanta sombra seguramente nos ayudará a llegar más cerca de ella.
El proceso previo antes de volver a intentar relacionarse En muchas ocasiones no somos conscientes de que la palabra luto no está apenas conectada a la muerte de un ser querido, sino también al choque sentimental, cognitivo y fisiológico generado por la pérdida. En el caso de una relación amorosa, las fases por las cuales pasamos son las mismas de otros casos, y su duración depende de cada persona: Fase de negación:
si la pareja que formábamos con alguien fue deshecho por algún motivo, aquel miembro que resiste a la separación también se niega a haber perdido al otro. Fase de irritación, indiferencia o rabia: con el tiempo, se comienza a reconocer el término, pero no es posible entenderlo. Es cuando surgen las culpas, el descontento, las causas, etc.
Fase de negociación:
el vínculo fue dividido y eso es reconocido, pero puede ser que alguno de los miembros de la relación continúe pensando en buscar soluciones que curan la unión.
- Fase de dolor emocional: en estos momentos de luto las soluciones no llegan y la tristeza monopoliza todos los estados posibles. Poco a poco la sensación debe ir disminuyendo y, si eso no ocurre, es recomendado pedir ayuda.
- Fase de adaptación: no hay vuelta atrás y todo lo que somos por dentro comienza a amarse otra vez. La necesidad del olvido es aceptada y la construcción de nuevas memorias fuera de aquella relación comienza.
- Se da otra oportunidad, ofrezca una oportunidad Después de la fase de adaptación correspondiente al proceso de duelo por el amor en pareja,
- usted estará preparado para volver a intentar otros caminos : esta ardua jornada le enseñará a aprender solo, a aprender a aprender de los errores cometidos y, sobre todo, le dará las mejores pistas para darse cuenta de que usted será feliz. Es benéfico que aquí mencionamos la virtud de amarnos a nosotros mismos para volver al amor y dejarnos ser amados.
- De esta manera, te dar otra oportunidad
y te ofrecer una oportunidad a aquel que llegue con la intención de quedar para mejorar tu mundo: te mereces esos mimos, te mereces ese cariño. Es verdad que tal vez haya algún retroceso, pero no va a doler más: usted mirará con asombro al pasado, con una cara de superación que sólo un gran guerrero tiene.
A pesar de todo el sufrimiento que el amor puede haber causado, no dejes que un sentimiento tan hermoso quede manchado por esa mala experiencia: nacemos para amar y, aunque desafortunadamente dona, no tiene nada que ver con el dolor. Permita conocer su mejor versión con un nuevo amor. De este modo, si estás listo de verdad, no dejes que los miedos te prendan: solta, deja crecer y, si falla, siempre hay que volver a intentarlo.