- ¿En qué puedo ayudarla señora?
- Usted podría experimentar la sopa, por favor?
Incluso descrente ante aquella petición, el camarero preguntó con amabilidad si había algo mal con la sopa, y si no le gustaba la cliente.
- No es el caso. Por favor, pruebe la sopa.
Raciocinando rápidamente, el camarero en cuestión de segundos supuso que la sopa estaría fría, y no tuvo dudas al preguntar a la mujer, no sin antes excusarse por lo ocurrido.
- Lo siento por la sopa de estar fría. No te preocupes, no hay problema, traeré otra ...
- La sopa no está fría. Usted podría probarla, por favor?
No era común para un camarero probar la comida de un cliente, pero la señora insistía demasiado para que él probara la sopa. Sin gracia, y sin saber cuál era el motivo para esa petición, y no sabiendo qué actitud tomar, por hallar haber agotado todas sus deducciones, resolvió preguntar:
- Si la sopa no está mal y ni fría, dígame cuál es. el problema. Si es necesario puedo traer otro plato de su agrado.
- Lo siento por insistir, pero si usted quiere saber cuál es el problema con la sopa, usted debe probarla.
Ante una gran insistencia, el camarero se rindió al pedido de la señora. Se sentó a la mesa al lado de la mujer, y alcanzando el plato de sopa, lo colocó delante de él. Al buscar una cuchara, miró de un lado a otro, pero ... no había cucharas. Antes de que pudiera pronunciarse, la mujer declaró:
- ¿Entendió ahora? Falta una cuchara. Este es el problema con la sopa, no puedo tomarla.
Esta historia, extraída del libro de cuentos de Jorge Bucay, muestra cómo muchas personas se comunican sin claridad, con rodeos y de forma no objetiva, no llegando al centro de la cuestión, creyendo que los demás van a entender lo que dicen o piensan.
Hacen que la comunicación sea mucho más complicada y difícil, cuando podría ser más simple. Las personas no son iguales, piensan y entienden de maneras diferentes, y lo que de repente parece tan simple para unos, se vuelve difícil para otros.¿Usted conoce a alguien como la señora que pidió la sopa? ¿Y usted, usa siempre un lenguaje objetivo y claro o se comunica con rodeos?