La importancia de la alimentación para el cerebro

¿Cuál es la importancia de la alimentación para el cerebro? La mayor unión entre nuestro cuerpo y la comida no está en el sistema digestivo, sino en el cerebro. El impacto de nuestra dieta lo afecta directamente. Por un lado, él es el responsable del hambre, la saciedad y el deseo de comer y, por otro lado, obtiene su energía a través de los alimentos.

Para que el cerebro funcione perfectamente, es necesario nutrirlo correctamente. Así, dependiendo de lo que ingerimos, ocurrirá una serie de procesos metabólicos que transformarán esos nutrientes en el combustible que nuestra mente necesita.

¿Cuál es la importancia de la alimentación para el cerebro?

El cerebro no descansa. Está continuamente activo y funcionando, incluso cuando no somos conscientes de ello. De ahí la importancia de su nutrición, porque la única manera de dar energía a nuestro cerebro es ingerir diferentes y variados tipos de alimentos.

De todos ellos, los carbohidratos son la variedad nutricional que le permite ejercer su actividad de forma más eficaz. Y entre las variedades de carbohidratos, azúcar o sacarosa es lo que garantiza la función cerebral ideal. El azúcar es soluble en agua y fácilmente digerible por el organismo. Químicamente, es un disacárido formado por dos moléculas: una de glucosa y otra de fructosa. Por lo tanto, ambos son comúnmente considerados como los dos principales tipos de azúcar.

Sin embargo, la glucosa y la fructosa tienen efectos antagónicos en nuestro cerebro

. Mientras el primero activa la señal de saciedad, la fructosa desempeña la tarea opuesta, la de activar los caminos cerebrales que aumentan nuestro interés en alimentos. Un aplaca y el otro estimula el deseo de continuar comiendo. Curioso, ¿no? La glucosa es la comida favorita del cerebro.Pero entre los dos tipos de azúcar, el cuerpo tiene un favorito: la glucosa

. Es el "menú preferido" de las células de nuestro cuerpo y la principal fuente de energía cerebral. Este azúcar es esencial. En realidad, a pesar del hecho de que el peso de este órgano es de apenas el 2% del peso corporal total, requiere casi una quinta parte de la glucosa circulante en los capilares. Además,

requiere una cantidad de sangre 10 veces mayor que la del tejido muscular . Porque, a diferencia de los músculos y otros órganos, el cerebro no puede almacenar la glucosa para su uso posterior.Además, tiene la desventaja de que sus células no son capaces de transformar las grasas o las proteínas en la glucosa, por lo que sólo puede utilizar lo que viene de la ingesta externa diaria de azúcar

que hacemos todos los días. Tal vez ahora estemos más conscientes de que comer es una decisión que nos afecta más allá de una buena digestión. Algunos alimentos ricos en glucosa son vegetales (zanahoria, remolacha), productos lácteos, cereales (maíz, sémola de trigo, arroz integral) o pan blanco.En exceso el efecto es perjudicial

Pero tenga cuidado, pues el hecho de que este monosacárido permita el buen funcionamiento del cerebro no significa que debamos saciarnos con pasteles, alimentos procesados ​​o "porquerías" . Recuerde que el azúcar está presente naturalmente en las comidas que consumimos diariamente y que esa cantidad es suficiente para nosotros.

Niveles muy altos o muy bajos de glucosa impiden el funcionamiento normal del cuerpo

. Si su concentración sanguínea es baja, como en dietas muy restrictivas, puede debilitar la memoria, la concentración o el aprendizaje. Si es excesivo, pueden aparecer enfermedades crónicas, como la epilepsia.

Otros alimentos que favorecen nuestro cerebro El almidón es otro tipo de carbohidrato complejo formado por moléculas de glucosa y es muy útil para una buena función cerebral. Por lo tanto, es esencial que en nuestra dieta también encuentre alimentos comopatatas, arroz o pastas

.Las proteínas son esenciales para la producción de neurotransmisores

(responsables de garantizar el flujo de información entre el cerebro y el resto del cuerpo). Por ejemplo, aquellas contenidas en peces azules (atún, sardina o salmón), carnes o huevos.

Las oleaginosas favorecen la circulación sanguínea y la llegada del oxígeno a todas las partes del cuerpo . Además, nueces, almendras o pasas desempeñan una función antioxidante y anti-inflamatoria debido al alto contenido de ácidos grasos omega 3 y de vitaminas y minerales.¿Cómo los alimentos se transforman en energía para el cerebro?

Cuando comemos, las enzimas encontradas en nuestro sistema digestivo son responsables de romper el alimento en diferentes partes

. Los carbohidratos se dividen en azúcares simples, las proteínas se dividen en aminoácidos y grasas en ácidos grasos.Estos compuestos viajan por el flujo sanguíneo a las diferentes células que componen el cuerpo humano. Algunos, como la glucosa, van directamente a los vasos sanguíneos del cerebro. Otros, como los ácidos grasos, son elementos estructurales de las membranas celulares.

Hábitos que perjudican el funcionamiento cerebral

No tomar el desayuno garantiza una reducción de la contribución nutricional del cerebro y perjudica su funcionamiento desde el inicio de la mañana. De la misma forma, consumir muchos azúcares a la vez también afecta su potencial .La falta de ejercicios físicos, dormir poco, el tabaquismo o la ingestión de alcohol y otras sustancias pueden incluso cambiar la estructura del cerebro debido a sus graves efectos en el sistema nervioso central.

La falta de amistades, reacciones violentas y estrés también disminuyen la capacidad mental

. Una persona no se vuelve más o menos inteligente a través de su dieta, pero influye en el rendimiento y la eficacia de los procesos mentales que ocurren en el día a día. Hemos visto que, aunque la glucosa es la base, la mejor manera de garantizar que nuestro cerebro esté siendo totalmente alimentado es mantener una dieta sana y equilibrada.

Al introducir pequeños cambios en la dieta, podemos obtener resultados sorprendentesen tareas habituales, como por ejemplo cálculos, raciocinio o memoria. ¿Por qué no intentar?