La internet dio voz a los imbéciles y escenario a los que siempre soñaban con la fama. Hoy, está faltando espejo para tanto narciso.
Dice "la leyenda" que cuanto mayor es la exposición, menor la autoestima; lo que me lleva a concluir que cada K de curtidos recibidos está sustituyendo un año de terapia.
No! No está sustituyendo, está enmascarando; después de todo, es mucho menos doloroso esconderse dentro de un personaje o de un avatar virtual que se crea a tener que enfrentarse a la liberadora realidad. Felizmente es quien logra vivir en el anonimato en tiempos en los que parece algo de otro mundo viajar y no hacer siquiera un check-in. El mundo anda fútil, raso, desechable. Todo está sujeto a filtro, photoshop y la tecla eliminar. No le gustó, apaga. Se apaga cada capítulo de la vida como si fuera un mero error de digitación.
No soy de ese tiempo de narcisoSoy del tiempo del anonimato
, de las estrellas de TV y de la revista, de fotos tomadas con película Kodak, flash y sin posibilidad alguna de corrección. Fotos que se guardaban en un pequeño álbum cuya portada era de cartón y en el que había páginas plásticas para que se guardasen las fotos que serían mostradas a los amigos, a la familia o un día encontradas por quien fuera a limpiar el cajón años después.
Soy del tiempo en el que éramos nadie y que"aparecer" era cosa de la columna social los domingos en la prensa escrita.
Saludo del tiempo en el que se permitía la insignificancia y el aficionado. Saudade del tiempo en que hermosa era Marilyn Monroe que nunca hizo siquiera un botox.
Saudade de cuando esa vitrina virtual no existía y la gente estaba obligada a vivir en su tiempo, espacio y en sus relaciones reales porque tenían la posibilidad de abrir la caja de e-mails sólo una vez por semana.
Saudade de cuando Matrix era sólo una película
, ya que hoy existen seres humanos viviendo "varias vidas" y haciendo scripts y enredos que no existen para una audiencia hipnotizada. Una entrada con la receta de un jarabe natural para su hijo recibe cinco visitas mientras los tutoriales sobre maquillaje y uñas decoradas sobrepasan los tres dígitos en segundos.
Estoy vieja y esta mi rabugice es porque viví en un mundo en el que no se inventaba excusas para los hijos porque se tenía horario en la peluquería y en la academia. En mi tiempo sólo en la adolescencia la gente soñaba con los pantalones de Zoomp, porque después maduramos, enfrentábamos la vida adulta yaprendíamos que las etiquetas deben quedarse del lado de dentro de la ropa.
Hoy somos perchas, vitrinas, mancebos en los que se cuelgan las ropas, bolsos y zapatos. En mi tiempo las mujeres de cuarenta, cincuenta y sesenta años tenían arrugas y cosas para contar, hoy ellas se disputan con muchachitas de diez años cuál es el mejor selfie
y no consiguen siquiera cocinar sin que exhiban los platos. Se ha perdido el flujo natural y sagrado del florecimiento, florecer y madurar ... No tenemos ni siquiera para quien rezar.
Hasta la fe se convirtió en modismo
; una hora apegada al "refinamiento intelectual" budista, nócora en la vibe pop cristiana envuelta en el arquetipo del padre bonitón. Las madres no sienten el olor de las meriendas de sus hijos, pues prefieren acompañarlos por la aplicación "cámara escondida" tal vez esperando alguna absolución por sus ausentes presencias.A veces siento miedo, en otras veces tristeza, y aún en otras siento nostalgia, pero sobre todo
siento envidia de cuando yo también era liberada de los casi quince Ks que disfrutan mis pitacos sobre todo eso.