El vínculo con la profesión comienza en la infancia. Muchas veces los niños se identifican con las profesiones de los padres o de las personas que están más cerca. Por otro lado, algunas profesiones están cargadas de recuerdos desagradables que las traumatizan.
El trabajo para un determinado sujeto puede tener varios significados, puede tener el sentido de placer o displacer, o simplemente ser visto como algo que garantizará solamente la supervivencia. Esto se justifica por el hecho de que muchas personas no ver el trabajo como forma de realización y crecimiento personal. Para Soares (2002), el trabajo ocupa mucho tiempo de la vida de una persona. Por eso, la elección profesional debe ser hecha de forma consciente y coherente con las necesidades e intereses personales.
El proyecto profesional de la mayoría de los jóvenes es influenciado por diversas características, entre ellas la familiar. En lo que se refiere a la familia, la mayoría de los jóvenes hacen sus elecciones sin tener conciencia de las influencias que ésta proporciona. Sin embargo, investigar estos determinantes amplía el grado de libertad de las elecciones.
Así, el trabajo de los psicólogos pretende asesorar a ese joven para que refleje de manera consciente sobre el mejor camino, sin que sea influenciado por deseos de la familia, por ejemplo. El papel del psicólogo, entonces, no será indicar sus probables áreas de actuación, sino ofrecer instrumentos para auxiliar en la toma de decisión con sus riesgos y responsabilidades. Para ello, es primordial que el joven realice un análisis crítico de la realidad, del contexto en que está inserto, y también del mercado de trabajo. SOARES, Dulce Helena Penna.
La elección profesional: del joven al adulto. São Paulo: Summus, 2002.