Desde antes del nacimiento, estamos involucrados con el discurso de nuestros padres, tíos y abuelos. ¿De qué color serán tus ojos? ¿Cómo será su personalidad? Ellos piensan y hablan sobre nosotros, sobre si vamos a ser esto o aquello, para qué equipo de fútbol torceremos y hasta las profesiones que seguiremos. Entonces, a lo largo de nuestra infancia y de nuestra vida, esas expectativas son, además de una marca propia, determinantes de nuestro camino.
¿Pero cómo todo eso afecta nuestras decisiones y elecciones en la vida? En este artículo vamos a mostrar lo que son profecías autorrealizables y cuál es el efecto de ellas sobre nuestras vidas.
El Efecto Pigmaleón
Consideramos profecías autorrealizables los pensamientos predictivos que las personas tienen y que, una vez emitidos, se transforman en la causa que los realizará.Así, se genera una expectativa que acaba siendo cumplida. El efecto Pigmaleón está directamente relacionado al concepto de la profecía autorrealizable, ya que implica tener una creencia sobre alguien que, por el simple hecho de existir, moldea y facilita un comportamiento que hace que la misma acabe concretizándose.
Profecías autorrealizables y expectativas sobre el comportamiento de alguien pueden ser positivas o negativas.
Si creemos que vamos a fallar en una prueba o en alguna actividad, es probable que esto altere nuestro comportamiento para que esto ocurra, y esa creencia va a condicionar nuestras respuestas y nuestro modo de lectura de la realidad. Robert K. Merton investigó el asunto, dando una estructura para el concepto y sus consecuencias. Él descubrió que esa creencia es crítica en el comportamiento, aunque ella venga a comenzar sin ningún fundamento.
Ha habido muchas experiencias sobre el efecto pigmaleón en los niños. Así, se descubrió que si un profesor tenía bajas expectativas en relación a sus alumnos, éstos rendían menos y, por otro lado, si las expectativas permanecieran elevadas, los niños tendrían resultados sorprendentes. El peso de las profecías autorrealizables en los niños Modificar algunas de las profecías que se han hecho en su propia vida es difícil, pero no es imposible, ya que nuestro aparato psíquico es fuerte y tiene muchos recursos. Sin embargo,
en el caso de los niños, las creencias y expectativas de los padres y adultos alrededor de ellas son cruciales
y pueden cambiar el curso del comportamiento futuro. Con estas expectativas limitantes o incentivadoras, los niños salen al mundo para lidiar con diversas situaciones. Si un niño es etiquetado como "rebelde", "perezoso" o "estúpido", probablemente su desarrollo será pobre, difícil y complicado.
Es extremadamente importante prestar atención a estas cuestiones, porque los niños absorben todo el ambiente a su alrededor.El desarrollo de la autoconfianza y de la autoestima está directamente ligado a las expectativas y creencias de nuestros padres respecto a nosotros. Basta mirar dentro de una familia para ver cómo cada miembro ocupa un lugar. Así, tenemos a la hermana inteligente, bonita, bondadosa, el hermano atleta, etc. Es necesario tener mucho cuidado con estas etiquetas, que son marcas para la vida. ¿Qué podemos hacer?
¿Puede usted recordar algunas situaciones personales en las cuales fue afectado por el efecto Pigmaleón y sus propias profecías autorrealizables? Usted necesita aprender a desligarse de esos pensamientos, tanto sobre sí mismo y en relación a los demás. ¿Qué puedes hacer con ellos? Considere los siguientes puntos: - Detecte estos pensamientos.
Si usted está en situaciones que indiquen un final negativo, trate de pensar que el futuro es incierto, y que usted puede salir bien; usted tiene potencial para resolver todo.
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Preste atención al lenguaje que usted usa y en lo que dice cerca de sus hijos. Recuerde que están ansiosos por absorber lo que viene de las personas importantes; En este caso, usted.
- Analice las creencias limitantes detrás de estas profecías. Ciertamente la próxima vez que esto ocurra será más fácil percibir el mecanismo que está utilizando.
- Busque las experiencias preciosas que le permitan comprobar la profecía contraria. Como pudimos ver, no es sólo posible reconocer el efecto pigmaleo en nosotros mismos, pero también podemos, a partir de una reflexión consciente y madura, percibir cómo somos y neutralizar el impacto negativo de él en nuestras vidas. ¿Qué íbamos a conseguir con eso? Nada más y nada menos que una vida plena, libre de lazos y conceptos negativos que limitan el potencial infinito que los seres humanos poseen.