Suicidio: el dolor que quiere acabar

¿Qué lleva a una persona a querer suicidarse? ¿Qué motiva a alguien producir en sí el dolor de una autoagresión? ¿Por qué alguien pierde el sentido de la vida y no quiere más vivirla? ¿O qué trae este dolor que no puede callar y que quiere acabar?

El suicidio lleva a muchos cuestionamientos, pero una cosa es cierta:

nadie quiere dejar de vivir, el suicida no quiere acabar con la propia vida, él quiere acabar con el sufrimiento.

Este sufrimiento es tan fuerte, tan cruel, tan profundo, que nada parece tener sentido. La familia, los amigos, la profesión, el dinero, la esperanza, nada más existe. Sólo aquel vacío, aquel agujero donde debería haber tantos sentimientos, pero ellos ya se fueron ...

Las fuerzas para luchar se acabaron, y lo que sobró es usado para un último acto, en la búsqueda errónea por la solución de todos los problemas. Y este acto, cuando es consumado, pone fin a una vida, una historia, un destino y toda una existencia.

Quien se queda sufriendo mucho, es muy difícil comprender, aceptar

Vienen los cuestionamientos, la negación, la rabia, la culpa, la decepción, y muchos sentimientos negativos, pues nadie espera que esto suceda. La muerte es dolorosa y el luto siempre viene acompañado de sufrimiento, pero, cuando la muerte fue una elección, una decisión, un grito de socorro imposible de ser atendido, el dolor es mucho mayor , no hay comparación.Cuando se sobrevive a un intento de suicidio parece que la persona vive una mezcla de gratitud con decepción, que depende del nivel en el que está el vacío y la desesperanza. Al mismo tiempo que se cuestiona por qué no logró, también se cuestiona si no es una nueva oportunidad de vivir que está teniendo y que debe aprovechar, pero aún no sabe cómo. Si encuentra la ayuda correcta es posible percibir otras salidas, sin embargo, si no tiene esta ayuda necesaria, pronto intentará de nuevo, y esta vez puede lograrlo.

Al experimentar este sufrimiento y vivir con este dolor, es muy difícil percibir que hay una realidad diferente para sí mismo

, no se ve una luz al final del túnel, no se percibe una salida. Todo parece gris, nada trae alegría y placer, no hay buenos sentimientos. La incomprensión de las personas que están alrededor es dolorida, pues es realmente difícil entender por qué algunas personas no quieren seguir viviendo sus vidas, a pesar de que los demás parecen buenos.Por eso es muy importante entender que el suicidio no es frescura, no es broma, pero es algo muy serio, es un grito de socorro, es una desesperación profunda, un dolor insoportable, una necesidad urgente de salir del sufrimiento en que se encuentra y nada más logra aplacar.

Mientras que la persona en riesgo de suicidio percibe que alguien entiende y acoge su dolor, sabe que es aceptada, comprendida y amada, puede comenzar a aceptar, comprender, amarse y dejar el deseo de poner fin a su vida de lado , pues su dolor es aplacado, sus esperanzas son renovadas, la luz al final del túnel se vuelve visible y se visualizan nuevas posibilidades.

Pero la lucha continúa, lo que ha sido renovado debe continuar en constante perfeccionamiento, tanto de la parte de la persona que deseó morir como de las personas a su alrededor, hasta que se extingue esta posibilidad. Acompañamiento psicológico es de extrema importancia en todo el proceso, y el uso de medicamentos, con acompañamiento psiquiátrico, puede ser necesario por un buen tiempo, pues ambos ayudan mucho a la persona a reflexionar, a repensar su vida y sus hábitos. La psicoterapia trabajará a la raíz del problema, fortaleciendo a la persona y haciéndola capaz de no volver al fondo del pozo donde se encontraba.

Y es tan bueno ver nuevas posibilidades, recomenzar, reinventar la vida, resignificar los dolores y experiencias, superar el pasado, aprovechar el presente y vislumbrar un futuro mejor! Se sabe que es posible, con la ayuda correcta muchos han logrado y usted también va a conseguir!