El poder de la sugerencia es uno de los fenómenos más interesantes entre los innumerables que ocurren en la mente humana. Se define como un estado psíquico en el que una persona experimenta sensaciones e ideas que alguien sugiere o induce. Al mismo tiempo, la persona también puede dejar de sentir las que están prohibidas. Ella es implementada en la mente sin que estemos conscientes de ello. El concepto de sugerencia parece ser muy antiguo - de hecho, hay evidencias de que hace miles de años ya se utilizaban técnicas hipnóticas en China, India, Grecia, México y muchas otras culturas. Algunos vestigios indican que la cultura egipcia utilizaba un tipo de hipnosis muy parecido al actual, hace más de 3.000 años. En aquella época, el fenómeno estaba asociado a una experiencia mágico-religiosa.
"La costumbre no es más que un producto de la sugerencia. La ropa que usted viste, las maneras e incluso el alimento que usted come son productos de la sugerencia. " -Swami Sivananda-
Franz Antón Mesmer, en el siglo XVIII, fue la primera persona tratando de encontrar una explicación racional para ese fenómeno. Sin embargo, combinó observaciones científicas con charlatanices y eso hizo que cayera en el descrédito. Posteriormente, fue el Dr. James Braid quien realmente realizó esfuerzos para dar un estatus científico a esos fenómenos. Muchos hombres de la ciencia lo siguieron y lograron explicar la hipnosis especialmente a partir del concepto de inconsciente.
Tipos de sugerencia
Actualmente se reconocen cuatro tipos de sugerencia: la directa, la hipnótica, la indirecta y la autosuficiencia.
La sugerencia directa es aquella que se obtiene debido a la autoridad que una persona ejerce sobre otra sujeta a ella. La sugerencia hipnótica es la que se obtiene a partir de un trance hipnótico, el cual puede ser realizado por diferentes medios.
La sugerencia indirecta, a su vez, es la que se realiza cuando se incorporan ideas de las otras personas como si fueran propias. Y por último, la autosuficiencia es la que el individuo ejerce sobre sí mismo, de forma más o menos deliberada. La propia persona intenta inducir a incorporar en su mente una idea o una sensación. Como cuando está frío y nos obligamos a pensar "Yo no estoy con frío, no estoy con frío", con el objetivo de auto convencerse de eso. También hay un subtipo en la autosuficiente. Se trata de la autosuficiente voluntaria.
Se produce cuando un individuo, sin querer, acaba convenciéndose de una idea. A veces se trata de una idea no deseada. Por ejemplo, cuando aparece alguna mancha en la piel de una persona y ella comienza a pensar que es algo grave. Ella no va al médico para evitar que su pensamiento sea confirmado, pero está seguro de que sufre de un mal terrible. El poder de la sugerenciaEl poder de la sugerencia sobre nuestras acciones y, ciertamente, sobre nuestra manera de percibir la realidad, es extremadamente significativo.
La sugerencia hipnótica se ha utilizado principalmente con fines terapéuticos, pero su eficacia es limitada. Primero porque no todo el mundo es suficientemente sugestionable para dejarse hipnotizar, y segundo porque los avances obtenidos en ese estado de semiconsciencia no se mantienen por mucho tiempo. La sugerencia directa deriva de aquellos individuos que logran persuadir a las otras personas, incluso de ideas peligrosas.
Estos individuos no se dirigen al pensamiento lógico de las personas, sino a sus emociones. En particular, a sus miedos y sus deseos. De esta manera, logran que la voluntad de las personas ceda y logran hacer que ellas hagan lo que desean. Es una forma de sugerencia que está asociada al poder, aunque no necesariamente a los grandes poderes. Es posible ejercer ese tipo de sugerencia en una relación, en una situación de compra y venta y hasta por un jefe de estado o un dictador.
La sugerencia indirecta es la más compleja y más difícil de detectar. Ella tiene su origen en el "mundo de las ideas" que gira sobre una sociedad. Diversas instituciones, aunque inconscientes de eso, la construyen y la promueven. En ese grupo se insertan las creencias religiosas. Como, por ejemplo, la existencia de vida después de la muerte. Muchas personas juramos de pies juntos que es verdad, aunque no hay evidencia que confirme este hecho. Algunas personas llegan a ver como una amenaza cuando alguien intenta probar lo contrario. La autosuficiencia, especialmente la involuntaria, está más presente en nuestras vidas de lo que nos gustaría.
Buena parte de lo que creemos no es más que un conjunto de creencias, sin mayor fundamento. Hacemos muchas cosas porque hemos visto que otras personas hacen o por simple costumbre, pero no siempre paramos para encontrar un por qué. Lo que está claro es que tenemos convicciones sobre nosotros mismos y sobre todas las cosas en general, pero éstas no aguantarían un análisis más riguroso. Es así como nosotros somos, y es así que convivimos con el poder de la sugerencia.