De acuerdo con algunos estudios, el primer sentido que desarrollamos en estado embrionario es el tacto. Todavía no podemos ver ni escuchar, pero ya reaccionamos a las fricciones en el líquido amniótico. Por lo tanto, el tacto es, quizás, el sentido más primitivo del ser humano. Los animales ciegos son capaces, incluso, de sobrevivir captando la realidad a su alrededor por las sensaciones que el medio transmite. La piel es, por lo tanto, un maravilloso transmisor de información y emociones que cubre nuestro cuerpo como una especie de radar agudo ...
La piel habla de angustias y alegrías
Son muchas las personas que suelen ir a consultas médicas afectadas por varias enfermedades como eccema , la calvicie y el acné virulento sin encontrar una solución eficaz para su caso. Todos los tratamientos conocidos se agotan sin que el problema se resuelva, sin que se alivie lo que nuestra piel exterioriza y que, sin duda, afecta nuestro interior: las personas no son un conglomerado de agua y aminoácidos sin espíritu y alma, contrario, a veces el peso en nuestro cerebro es lo que provoca esa externalización de patologías.
La piel habla de nuestras tristezas y alegrías casi todos los días: nosotros coramos cuando nos dicen algo agradable o cuando sentimos la proximidad de alguien que nos atrae, nuestras manos sudan cuando estamos nerviosos, quedamos pálidos de rabia y rojos de alegría o de vergüenza ... la piel, en esencia, es capaz de liberar una gran cantidad de neurotransmisores que influencian nuestras emociones, de ahí su relación íntima y cercana con el cerebro. Ella es un indicador de nuestro estado de ánimo; a veces, si las emociones no están bien administradas o canalizadas, pueden resultar en enfermedades. Donde la medicina no llega: la psicodermatología
Los médicos aseguran que muchas alergias realmente se deben a problemas emocionales. Como ejemplo podemos citar el liquen plano, enfermedad fruto de situaciones que generan mucho estrés o ansiedad, como el miedo a perder el empleo, un problema familiar ...
Son evidencias físicas de que algo no va bien, de que estamos poniendo en riesgo nuestro sistema inmunológico. Podemos hablar incluso de casos de "calvicie súbita", situaciones en que el paciente dice que siente que "toda la piel se rasca y que se quema". De ahí la existencia de un área de la medicina creada para tratar esas condiciones importantes, la psicodermatología, ya que la realidad social ha puesto las bases para una especialidad donde la medicina común de los dermatólogos no sirve mucho para, al menos, el 40% de la población . Tratar la peale rehabilitando primero nuestras emociones es un factor clave para resolver brotes muy graves de acné o eczema, por ejemplo. Estas situaciones complicadas nos demuestran efectivamente que la piel es mucho más importante de lo que creemos; no necesita lenguaje para expresar, no necesita palabras, pero sólo a través de este sentido somos capaces no sólo de transmitir afecto, sino de reflexionar sobre nuestro complejo mundo interior. La piel habla y también sufre porque es realmente muy frágil tanto por dentro y por fuera: enfrenta el frío, el calor, las agresiones externas y también los problemas internos.
Para cuidar de ella debemos cuidar, aprender a manejar emociones y ansiedades, miedos y preocupaciones. Depende de usted.