La teoría del inconsciente según Sigmund Freud

La teoría del inconsciente que Sigmund Freud formuló representó un hito en la historia de la psicología. Este inframundo extraño y fascinante generador de fantasías, lapsos e impulsos no controlables nos permitió, por fin, ver gran parte de los trastornos mentales no como enfermedades somáticas, no como enfermedades del cerebro, sino como alteraciones puntuales en nuestra mente. Hoy en día, todavía hay escépticos que ven con un poco de sutil ironía gran parte del trabajo del padre del psicoanálisis.

Algunos conceptos, como la envidia del pene en la construcción de la sexualidad femenina, son vistos como conceptos superados y risibles. También hay quienes consideran gran parte de su legado como un tipo de pseudociencia poco coherente con los descubrimientos de la psicología experimental. "El inconsciente es el círculo más grande que abarca en sí el círculo más pequeño de la conciencia; todo lo que es consciente tiene una etapa previa inconsciente, mientras que el inconsciente puede permanecer en esa etapa y aún así reclamar el valor pleno de una producción psíquica. " -Sigmund Freud- Sin embargo, para aquellos que defienden esas ideas, es importante especificar una serie de reflexiones básicas. Cuando Sigmund Freud publicó por primera vez su trabajo sobre el inconsciente, fue tachado de "hereje" por sus colegas. Hasta ese momento, la psiquiatría se basaba en un fuerte sustrato organicista o biologista.

Freud fue el primero en hablar sobre los traumas emocionales, los conflictos mentales, los recuerdos escondidos en la mente ...
Podemos sin duda ver con escepticismo alguna de sus teorías, pero

no podemos menospreciar su legado , sus contribuciones, su enfoque revolucionario en el tema el estudio de la mente, la personalidad, los sueños y la necesidad de reformular la psicología uniendo el plano orgánico a ese otro escenario regido por las fuerzas de la mente, por los procesos inconscientes y por los instintos. Los nuestros, por supuesto.

Así, más allá de lo que podemos creer, el legado de Freud no tiene plazo de validez y nunca tendrá. De tal manera que, hoy en día, la neurociencia sigue el camino de algunas de las ideas que el padre del psicoanálisis postuló en su época. Mark Solms, un conocido neuropsicólogo de la Universidad de Ciudad del Cabo, nos recuerda, por ejemplo, quemientras que la mente consciente es capaz de atender 6 o 7 cosas al mismo tiempo, nuestro inconsciente se ocupa de cientos de procesos.

Desde los puramente orgánicos regidos por el sistema nervioso hasta gran parte de las decisiones que tomamos en el día a día.

Si rechazamos el valor y la relevancia que el inconsciente tiene en nuestra vida, rechazamos, por lo tanto, gran parte de lo que somos, gran parte de lo que está debajo de la pequeña punta del iceberg ... El curioso caso de Anna O Estamos en 1880 y la consulta del psicólogo y fisiólogo austriaco Josef Breuer llega a la que fue considerada "el paciente 0". Es decir, la persona que permitiría a Sigmund Freud establecer de la psicoterapia ya iniciar los estudios sobre la estructura de la mente y del inconsciente.

"El inconsciente de un ser humano puede reaccionar al de otro sin pasar por lo consciente."

-Sigmund Freud-

Hablamos sobre "Anna O", pseudónimo de Bertha Pappenheim,

una paciente diagnosticada con "histeria" y cuyo cuadro clínico superó Breuer de tal manera que él pidió ayuda a su compañero amigo y amigo Sigmund Freud. La joven tenía 21 años y desde el momento en que tuvo que hacerse responsable del padre enfermo, comenzó a sufrir alteraciones tan serias como extrañas. Su comportamiento era tan extraño que no faltaron personas que se aventuraron a decir que Bertha estaba poseída por el demonio.
La verdad es que el caso en sí no podía ser más particular.

La joven sufría episodios de ceguera, sordera, parálisis parcial, estrabismo ocular, y, lo más llamativo, había instantes en que perdía la capacidad del habla o incluso se comunicaba en idiomas que no dominaba, como el inglés o el francés. Freud y Breuer sentían que eso era más allá del clásico histerismo. Llegó un momento en que Bertha Pappenheim dejó de beber. La gravedad de su estado era tanta que el padre del psicoanálisis recurrió a la hipnosis para evocar de súbito un recuerdo: la dama de compañía de Bertha había dado agua para ella usando la misma taza que antes había dado al perro. Después de "desbloquear" ese recuerdo inconsciente, la joven consiguió volver a ingerir líquidos. A partir de entonces

  • las sesiones continuaron siguiendo la misma línea: traer a la conciencia traumas del pasado. La relevancia del caso de Anna O (Bertha Pappenheim) fue tal que Freud lo usó para introducir en sus estudios sobre histerismo una nueva teoría revolucionaria sobre la psique humana, un nuevo concepto que cambió por completo los cimientos de la mente. Lo que es la mente inconsciente para Freud
  • Entre 1900 y 1905, Sigmund Freud desarrolló un modelo topográfico de la mente a través del cual describió las características de su estructura y de su función. Para ello utilizó una analogía que es bastante familiar a todos: la analogía del iceberg. En la superficie está la conciencia,

donde ocurren todos los pensamientos, donde enfocamos nuestra atención, que sirve para desarrollarnos y que utilizamos de forma inmediata y con un rápido acceso. En el preconsciente se concentra todo aquello que nuestra memoria puede recuperarse con facilidad. La tercera y más importante área es el inconsciente. El inconsciente es amplio, vasto, a veces confuso y siempre misterioso.

Es la parte que no se puede ver del iceberg y la que ocupa, en realidad, la mayor parte de nuestra mente.

El concepto de inconsciente de Freud no era una idea nueva Sigmund Freud no fue el primero en hacer uso de ese término, de esa idea. Neurologistas como Jean Martin Charcot o Hippolyte Bernheim ya hablaban del inconsciente. Sin embargo,

  • fue él quien hizo de ese concepto el eje conductor de sus teorías , dándole nuevos significados:
  • El mundo inconsciente no está más allá de la conciencia, no es una entidad abstracta, sino una capa real, amplia, caótica y esencial de la mente, a la que no se tiene acceso. Sin embargo, ese mundo inconsciente se revela de varias maneras: a través de los sueños, en nuestros errores involuntarios al escribir o hablar o en nuestros actos fallidos.
  • Así, el inconsciente para Freud es interno y externo. Interno porque se esparce por nuestra conciencia y externo porque afecta nuestro comportamiento. Por otro lado, en "Estudios sobre la histeria", Freud elaboró ​​el concepto de disociación de un modo diferente y revolucionario en relación al de los primeros hipnólogos, como Moreau de Tours o Bernheim o Charcot. Hasta ese momento, ese mecanismo de la mente en que partes de la mente -como las percepciones, los sentimientos, los pensamientos y los recuerdos- que deberían estar unidos se mantienen separados, se explican exclusivamente por causas somáticas, por enfermedades del cerebro asociadas al histerismo. Freud consideró la disociación como un mecanismo de defensa. Era una estrategia de la mente, por medio de la cual podía alejar, ocultar y sofocar ciertas cargas emocionales y experiencias en el inconsciente por el simple hecho de que no podía tolerar o aceptar la parte consciente. El modelo estructural de la mente

Freud no descubrió el inconsciente, sabemos que él no fue la primera persona en hablar de ello. Sin embargo,

él fue la primera persona que hizo de este concepto un sistema constitutivo del ser humano. Él dedicó toda su vida a esa idea, hasta el punto de afirmar que la mayoría de nuestros procesos psíquicos son, en sí mismos, inconscientes y que los procesos conscientes no pasan de actos aislados o fracciones de todo ese sustrato subterráneo que se encuentra debajo de la parte visible del iceberg.Sin embargo, entre 1920 y 1923 Freud dio un paso más y reformuló un poco más su teoría sobre la mente para introducir lo que hoy se conoce como el modelo estructural de las instancias psíquicas, donde se incluyen las clásicas entidades del "ego, id y superyó "Vamos a analizarlas en detalle.

  • El Id:
  • El Id es la estructura de la psique humana que queda en la superficie, es la primera que aparece en nuestra vida y que rige nuestro comportamiento en la primera infancia. Es la que busca el placer inmediato, se guía por el instintivo, por los impulsos más primitivos de nuestra esencia y contra los cuales solemos luchar todos los días.
  • El Ego:

a medida que crecimos y cumplimos 3 o 4 años, nuestro concepto de realidad y nuestra necesidad de sobrevivir en el medio que nos rodea van apareciendo. Así, con el desarrollo de ese "Ego" también aparece una necesidad: la de controlar a cada instante el "Id" o la realización de acciones para satisfacer los impulsos de un modo aceptable y correcto socialmente. De la misma forma, para hacer que el propio comportamiento no sea descarado o muy desinhibido se hace uso de los mecanismos de defensa.

El Superego: el Superego surge a partir de la socialización, de la presión de nuestros padres, de los esquemas del contexto social que nos transmiten normas, patrones, guías de comportamiento. Esta entidad psíquica tiene un fin último muy específico: velar por el cumplimiento de las reglas morales. Este propósito no es ni un poco fácil de realizar porque de un lado tenemos el Id que detesta la moral y que desea satisfacer sus impulsos y del otro lado tenemos el EGO que quiere sólo sobrevivir, quedarse en equilibrio ... El Superego se enfrenta con los dos y produce la sensación de culpa cuando, por ejemplo, deseamos algo, pero no podemos obtener o realizar porque las reglas sociales nos impiden.

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La importancia de nuestros sueños como camino hacia el inconsciente En la excelente película "Cuando habla el corazón" de Alfred Hitchcock sumergimos en el mundo onírico del protagonista gracias a los sugestivos escenarios que Salvador Dalí creó para la película. La verdad es que pocas veces se nos ha mostrado con tanta perfección el mundo del inconsciente, el universo del trauma escondido, de los recuerdos reprimidos, de las emociones sepultadas. "La interpretación de los sueños es el verdadero camino al conocimiento de las actividades inconscientes de la mente."

-Sigmund Freud-

  • Así, una manera de conseguir evocar parte de ese recuerdo traumático guardado en las esquinas de la mente era a través del análisis de los sueños.Freud consideraba que la comprensión de ese mundo del onírico era el verdadero camino al inconsciente, donde se pueden vencer los mecanismos de defensa y se alcanza todo el material reprimido bajo formas distorsionadas, desconexas y extrañas ...
  • El mundo del inconsciente en la actualidad La teoría del inconsciente de Freud fue vista como una verdadera herejía en aquella época.
  • Más tarde se reanudó como un concepto conducente en el análisis y la comprensión de cualquier comportamiento y, en la actualidad, es visto como un corpus teórico que no está exento de limitaciones técnicas, garantías científicas y perspectivas empíricas. Hoy en día sabemos que no todos nuestros comportamientos, nuestra personalidad o nuestra conducta pueden ser explicados por ese universo del inconsciente. Sabemos, sin embargo, que hay cientos, miles de procesos que son inconscientes en nuestro día a día, por simple economía mental, por mera necesidad de automatizar ciertos heurísticos que nos permiten tomar decisiones rápidas. Con el riesgo de perpetrar algunas etiquetas injustos, de hecho. La psicología y la neurociencia actuales no disminuyen el valor del inconsciente, por el contrario. En realidad,
es un mundo fascinante y de gran valorcon el que se pueden entender muchas de nuestras conductas, de nuestras elecciones cotidianas, de nuestras preferencias ... Un tejido psíquico que constituye gran parte de lo que somos y cuyo descubrimiento y formulación debemos a la la figura de Sigmund Freud.

Referencias:

Freud, Sigmund (2012)

"El Yo, el Ello y Otros Ensayos de metapsicología"
, Alianza Editorial

Sigmund Freud (2013) "Estudios sobre la histeria", Colección piensan. Madrid