El tiempo está unido y fundido con las experiencias que vamos recogiendo durante toda nuestra vida, entonces todas las cosas nos hacen aprender, conocer y cambiar. De hecho, estamos tan ligados al tiempo que parece que se alarga o se acorta dependiendo de nuestro estado de ánimo y de nuestras expectativas de vida. El tiempo, como se suele decir, no pasa en vano, mucho menos si miramos lo que éramos diez años, cinco meses o tres semanas antes del momento presente; porque ya se sabe que, además, no hay nada más relativo que los años. En este sentido, normalmente medimos el tiempo en eventos clave que nos marcaron y de los cuales siempre recordar.Vivir significa experiencia y las experiencias miden el tiempo
Cualquier emoción que surge de un contacto directo con la realidad implica un cambio : podemos viajar y conocer nuevos modelos de vida, encontrar personas con pensamientos y hábitos que no conocíamos, formar una familia, perder a personas que pensábamos que estarían allí para siempre, descubrir el amor y el desamor, etc. Todo esto nos cambiará sin darnos cuenta.La verdad es que
vivir tiene precios distintos, y uno de ellos, como se sabe, es tener experiencias y ligarlas a nuestro tiempo de vida.
Habrá momentos que nos marcarán tanto que pensar en ellos como algo que duró más tiempo que lo real, y otros que recordaremos apenas como algo pasajero. Por eso decimos que cambiamos con el tiempo.Además, normalmente solemos apuntar las experiencias más negativas o más positivas que podemos vivir como culpables por nuestros cambios de personalidad y, a veces, físicos. Los extremos siempre traerá la diferencia:
no debemos olvidar la verdadera felicidad, ni nuestros fracasos y superaciones. Si pasamos por un mal momento, probablemente saldremos más fuerte de él; si estamos equivocados, sabemos que no erraremos la próxima vez; si estamos felices, sólo nos contentaremos con lo que nos hace bien y huiremos de la tristeza, etc.Lo que es cierto es que nunca volver a ser los mismos después de una nueva experiencia
o después de hacer el cumpleaños: el tiempo nos transforma y moldea a nuestra persona. La resistencia al cambio, en realidad, es inútil. Querer evitar que algo sucediera en nuestras vidas y querer pensar que todo continúa como un tiempo atrás no sirve de nada, porque la realidad no funciona así. Como alguien dijo una vez: todo fluye y todo permanece. Esto es,
nuestra esencia continuará siendo la misma, pero no seremos iguales.
El secreto es adaptarse y aceptar Si no podemos resistir al cambio, la única manera de crecer para el bien como la gente es aceptarla. Renovarnos y si ya no podemos ser fieles a nuestros principios, crear otros nuevos que nos ayuden a empezar de nuevo. Sería beneficioso si entendiéramos que el tiempo pasa y sólo nosotros somos capaces de decidir qué hacer con él y cómo usarlo. De la misma forma que el tiempo nos cambia, también cambia las personas a nuestro alrededor
y, consecuentemente, influye en las relaciones que tenemos en común. Es esencial comprender que el aceptar el cambio en sí es tan importante como aceptar la de otra persona