En la infancia, recibimos y captamos sensaciones y aprendizajes que nos permiten comenzar a desarrollar nuestras emociones. "Si en verdad queremos amar, tenemos que aprender a perdonar" - Teresa de Calcuta -
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Nuestro entorno nos condiciona, tanto para el bien como para el mal. En mi caso, esta última condición no fue así. Tuve suerte, y me encantar contar el por qué.Cada día de mi vida, desde mi madurez precoz, mi familia y amigos eran constantes a la hora de hacerme desarrollar un valor que, en los días de hoy, compone una de las parcelas de mi actual esqueleto emocional: el hecho de aprender a perdonar a quien nos hace mal.Muy pronto entendí la importancia de ese valor. Perdonar permite que nos sintamos en paz
; alcanzamos una plenitud interior con nosotros mismos y, en consecuencia, con el mundo.
Y crea: ese pilar de vida es totalmente cierto. En muchas de nuestras filosofías y religiones dicen que el acto de perdonar nos convierte en almas grandes, nos dota de un gran corazón y de un inmenso valor interior. También afirman que nuestro eterno compañero de aventuras, el olvidar, es presente de aquellos que son valientes y valoran su propia felicidad.
Perdonar y olvidar: dos ingredientes vitales que cada uno de nosotros tendríamos que desarrollar todos los días de nuestras vidas, ¿sabe por qué? Poco a poco fui aprendiendo queusted no será más débil por perdonar a alguien que le hizo daño.
Descubrí que si perdonamos y luego olvidamos, podemos sentir que las cosas nos dejan de hacer mal, pudiendo olvidar o eliminar de nuestras vidas a aquellos que no nos aman verdaderamente.Invite a su propio corazón a abrirse cuando alguien se disculpa frente a usted y perdónelo
, aunque pueda parecer complicado, por grave que haya sido la experiencia o el daño causado. Cuando concrete el acto de perdón, usted se sentirá iluminado y en equilibrio con su propia esencia, su alma. Y eso es una de las mejores recompensas de esta vida: el primer paso hacia la eternidad. Perdonar también nos invita, muchas veces, a hacernos la pregunta de lo que sucede cuando alguien nos hace mal y no se disculpa. ¿Debemos perdonarlo así? Le invito a reflexionar con el corazón. Usted percibirá que su propia alma le llevará a perdonar de toda forma. Recuerde solamente cuán importante es "saber olvidar". A fin de cuentas, no vale la pena sufrir por aquel que no pudo o supo demostrar que lo valorizaba.
Si ocurre esta situación, me gustaría transmitir a usted la preciosa emoción de que usted es mucho más fuerte, porque es capaz de demostrar que se valora y tiene respeto por su propia persona.Y confía en mí, eso es lo que verdaderamente importa: el respeto y el amor por nosotros mismos en primera instancia. Sin eso, no sabemos dar amor, y en consecuencia, vivir plenamente.
Por eso,
perdone y recuerde olvidarse. Ambos se convertirán en la clave para que usted continúe con su desarrollo personal y la evolución como el gran ser humano que usted es.
Vivir bajo estos valores le permitirá deshacer de la mochila cargada que usted lleva sobre la espalda, que no deja mirar al cielo, hacia el destino que todos deseamos alcanzar. No me despedir sin antes resaltar que vivir con rencor no generará ningún bien a usted, y ningún mal a la persona que le causó daño.
Sólo podemos cambiar teniendo la valentía de perdonar y el trabajo de olvidar lo ocurrido. Aprende a aceptar las excusas si te ofrecen esto de corazón. Si eso no sucede, simplemente olvide y continúe con su camino, recordando que perdonar no es volverse hacia atrás. "Perdonar es el valor de los valientes.
Solamente el que es bastante fuerte
para perdonar una ofensa sabe amar"
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Mahatma Gandhi
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