Las enfermedades cerebrovasculares son la causa más común de problemas neurológicos.son responsables del 50% del total de estos problemas. Además, es la tercera causa de muerte en el mundo, detrás de las enfermedades del corazón y del cáncer. Una de esas enfermedades son los accidentes vasculares cerebrales, conocidos también por su sigla AVC o como derrames.
Estas anomalías del funcionamiento del cerebro son causadas por procesos patológicos de los vasos sanguíneos y suelen llevar a cambios neurológicos. El encéfalo depende de la irrigación sanguínea, por lo que cuando hay una obstrucción o la ruptura de las venas y alguna región tiene su flujo sanguíneo interrumpido durante algunos minutos, se produce un daño neuronal. Si la situación se alarga, llegamos al punto de la muerte de neuronas con lesiones irreparables y síntomas irreversibles.
¿Cómo detectar el daño causado por una patología cerebrovascular?
Uno de los procedimientos posibles es la detección por medio de exámenes radiológicos realizados por médicos y neurólogos. Por ejemplo, una tomografía computarizada o una resonancia magnética pueden traer mucha información acerca de las estructuras cerebrales afectadas por un derrame.
Además, es importante que un psicólogo haga una investigación neurológica. De esta forma, pueden observarse indicios que no siempre son detectados por exámenes radiológicos, como cambios en el comportamiento. Ambos procedimientos son necesarios para un diagnóstico más completo y riguroso. Características de los accidentes vasculares cerebrales
Este tipo de patología cerebrovascular está formada por un grupo heterogéneo de trastornos en los que se produce una lesión cerebral por alguna cuestión vascular.
Su prevalencia ha aumentado en las últimas décadas debido a una mayor precisión en la detección de los casos por medio de técnicas de neuroimagen. El estilo de vida que se lleva hoy también contribuye a ese aumento. Los principales factores de riesgo son aquellos que facilitan el proceso de acumulación de grasa en los vasos sanguíneos, su calcificación o pérdida de flexibilidad. Es decir: la hipertensión, el colesterol alto, la diabetes y el hábito de fumar. Son más frecuentes en personas mayores de 60 años.
El AVC provoca la interrupción del flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro. Esto causa una falta de oxígeno que, si se mantiene por un determinado tiempo, provoca lesiones en el área afectada o en las áreas cercanas, debido a la muerte del tejido cerebral. ¿Cuáles son las manifestaciones de los accidentes vasculares cerebrales
Los síntomas del AVC suelen presentarse sin que haya dolor y suelen ser transitorios, y por eso muchas veces no son ni diagnosticados. No hay dolor porque el cerebro no tiene receptores para el dolor, y pueden ser pasajeros porque el flujo sanguíneo se rehace tras una breve interrupción.
Los síntomas motores y de los sentidos suelen presentarse del lado opuesto del lugar afectado en el cerebro. Por ejemplo, si se produce una disminución del flujo sanguíneo hacia la parte derecha del cerebro, las consecuencias normalmente se observan en la mitad izquierda del cuerpo. Además, los derrames también suelen causar una pérdida de la fuerza o una sensación de adormecimiento de una mitad del cuerpo
(cara, brazo, pierna ...). También puede ocurrir una pérdida brusca de visión, parcial o total en uno o ambos ojos. Otro síntoma es dificultad para hablar y comprender a los demás. Tipos de AVC o derrame El accidente cerebrovascular provoca una interrupción del flujo sanguíneo normal del cerebro. Es lo que también llamamos infarto cerebral, y puede ser causado por una obstrucción de las venas (el ictus isquémico), o por una hemorragia (el ictus hemorrágico)
. La causa de los accidentes vasculares cerebrales isquémicos es la interrupción del flujo sanguíneo debido a una obstrucción del vaso sanguíneo
. Un coágulo circula por los vasos sanguíneos hacia el cerebro, y queda atrapado en algún punto de una arteria, causando un bloqueo. La región irrigada por esa vena para recibir sangre, y por lo tanto también para recibir oxígeno, y eso causa daños en la región no irrigada. Las causas de este tipo de derrame son la falta de riego sistémico, la trombosis o la embolia.Trombosis
: ocurre cuando un coágulo de sangre cubierto por una capa de grasa solidificada estrecha el vaso sanguíneo cerebral. Puede aparecer repentinamente.
Embolia : un coágulo, formado en el corazón o por el fragmento de un trombo, se desprende en el torrente sanguíneo y bloquea una arteria en algún punto del cuerpo.AVC hemorrágico
Lo que diferencia este accidente cerebrovascular anterior es la alta tasa de mortalidad en comparación con los accidentes vasculares cerebrales isquémicos.
- La tasa de muerte para los pacientes que sufren de este mal es aproximadamente entre 30 y 50% en el primer mes después de la hemorragia.La gravedad es mayor en este tipo porque la sangre derramada también causa daños. Es decir, la hemorragia por sí sola es otro factor de daño sumado a la falta de irrigación que puede suceder en la región próxima.
- La causa del derrame cerebral es la ruptura de una pared de una vena, que es débil. Los mecanismos que provocan este rompimiento de vasos son principalmente dos: aneurismas e hipertensión.Aneurisma
: es la dilatación, ensanchamiento o hinchazón localizada de un vaso sanguíneo que se da como consecuencia de una fragilidad congénita de las paredes de las arterias. Como consecuencia, la sangre comienza a llenar el espacio subaracnoideo y, como el cráneo no tiene un volumen flexible, aumenta la presión intracraneal y provoca secuelas graves.
Hipertensión: aumenta el riesgo de una hemorragia intracerebral, es decir, la sangre fluye directamente en el tejido del cerebro y comienza a dañar varias áreas. El porcentaje de fallecimientos de este tipo es del 80% y hay riesgos de estados de coma y vegetativos.
La prevalencia de los accidentes vasculares cerebrales es actualmente alrededor del 3,5% para la población mayor de 64 años. Entre los 64 y los 74 años hay un mayor número de casos entre las personas del sexo masculino. A partir de los 75 años, sin embargo, la prevalencia aumenta significativamente entre el sexo femenino. Bibliografía
- Junqué, C. y Barroso, J. (2009).Manual de neuropsicología.
- Madrid: Editorial Síntesis.