¿Cuál es el límite del deseo? La palabra deseo se utiliza con frecuencia, a menudo alejada de su significado preciso. De manera general, es un sinónimo de excitación y está asociado con lo sexual, con el placer. Las miradas e insinuaciones excitadas encajan en esta asociación. Sin embargo, también es común que otros tipos de comportamiento sean calificados como deseo, pudiendo llegar a la morbilidad.
Esto ocurre, por ejemplo, cuando alguien quiere saber en detalle la vida personal o íntima de alguien y está dominado por un estado de agitación, un deseo mórbido de conocer detalles. O cuando algunas personas sienten una especie de placer mórbido viendo imágenes sangrientas o excesivamente violentas. De la misma forma, la palabra también puede significar impulso o exaltación,o estar relacionada con comportamientos sexuales vistos como desvíos patológicos. En ese sentido, la excitación sexual podría remitir a trastornos sexuales de varios tipos. Es comúnmente identificada con la perversión, pero éste no es siempre el caso. La pregunta, entonces, es: ¿qué es el deseo?
"El erotismo es la desobediencia de la razón." -Plutarco-Desear, una realidad humana
El deseo es uno de nuestros impulsos básicos.
Tiene relación con nuestros instintos básicos,
en que entran otras necesidades fundamentales como comer, dormir, socializar y hacer sexo.
Puede ser definido como la necesidad de ver, sentir, oír, oler o interactuar de alguna forma con lo que es clasificado socialmente como prohibido o ilegal. Es una fuerza que nos lleva a entrar en contacto con el restringido y sentir placer al hacerlo . El placer de transgredir reglas o entrar en el mundo de lo prohibido.
Hay muchas formas de manifestación. La pornografía, por ejemplo, satisface la curiosidad, pero también permite ir "más allá" de relaciones sexuales cotidianas y corrientes. Ella atrae porque no respeta los límites habituales, lo que le confiere una dosis de placer. La clave para la excitación es la transgresión como una fuente de placer.Las características del deseo
El diccionario dice que desear es una tendencia obsesiva para lo prohibido. En principio, está asociada con fantasías, pero también con placer, casi siempre de cuño sexual. Sin embargo, hay matices que se deben apuntar. No todos los impulsos guiados por la excitación sexual son perjudiciales.
A veces es sólo diversión, y parte de nuevas formas de explorar el placer.
Lo que generalmente despierta el deseo es todo aquello que guarda algún misterio o proyecta la idea de lo inaccesible. En condiciones normales, esto corresponde a todo lo que normalmente no es una experiencia habitual o que implica la ruptura de lo que se considera "normal".
En casos patológicos, significa atracción por objetos prohibidos por las reglas del parentesco, salud mental o por el orden social. Son los casos de atracción por personas de la familia o niños, etc. En esos casos, el límite del deseo fue superado y entra en el territorio de la perversión. Lo prohibido y lo deseado La imaginación desempeña un papel muy importante en la sexualidad.
La atracción sexual depende muchas veces no tanto de lo que vemos, sino de lo que imaginamos.
Lo que es invisible a primera vista, se convierte en fuente de deseo.
Hay culturas en las que las mujeres suelen mantener los senos desnudos. Verlas así no provoca deseo entre los que forman parte de esas comunidades. Sin embargo, para alguien que pertenece a una sociedad donde el pecho siempre está tapado, la posibilidad de mirar a un seno puede ser altamente excitante. Gran parte del mundo del erótico comienza a partir de lo que está implícito, y no tanto de lo que se ofrece. En ese sentido, gran parte de las pasiones aumentan cuando presuponen sobrepasar algún límite.
Así funciona el deseo.
¿Cuál es el límite del deseo sano? Sea en el terreno del deseo, sea en el terreno de la sexualidad, sólo es válido lo que parte de un acuerdo común entre personas conscientes.
Aunque se trate de algo que pueda ser catalogado como "sucio", "cruel" o "extraño" por otras personas, la única condición es que los involucrados sean capaces de aceptar libremente esas prácticas.
Mario Vargas Llosa dijo que en el mundo del erótico, lo que desafía los prejuicios es válido. Sin embargo, no es aceptable cuando empobrece el acto sexual y las personas involucradas en él. Es decir, cuando se convierte en una realidad puramente física, desprovista de emociones y sentimientos. También no es válido, naturalmente, cuando el deseo sólo existe para uno de los involucrados. En este caso, es un intento de reducir el otro a una cosa con el estado de instrumento. En tales circunstancias, se sobrepasa el límite del deseo y se adentra el territorio de la perversión, transformándose en algo altamente destructivo para los involucrados.