El divorcio o la separación de los padres suele ser una situación traumática para los niños.La familia, que consideran como núcleo fundamental de la vida, se rompe sin que ellos puedan hacer nada. Un período de tristeza e incertidumbre las invade, haciéndolas más vulnerables. En esta situación, algunos padres aprovechan para lastimarse uno al otro, provocando el síndrome de la alienación parental.
Parece inconcebible que un acto tan egoísta pueda llegar a suceder. Desafortunadamente, el odio y el rencor hacia el ex pareja a veces es más fuerte que el sentido común. Muchos padres ni siquiera son conscientes del daño que hacen a sus hijos alimentando su sensación de desamparo. Para ellos es más importante el sufrimiento propio que de sus hijos, que casi siempre pasan a un segundo plano.
Decir a un niño que su padre no quiere verlo, contar mentiras sobre él o ella o insultar al otro tratando de hacer que el hijo pierda el respeto por éste son sólo algunos ejemplos de ese tipo de manipulación.Las secuelas psicológicas que el niño sufrirá pueden llegar a ser problemáticas, generando un posible odio patológico hacia el padre o la madre que es víctima de la alienación parental. ¿Qué es el síndrome de la alienación parental?
El síndrome de la alienación parental es un tipo de maltrato psicológico infantil. Es conocida como
la influencia que se ejerce en la mente de los niños para que ellas modifiquen la percepción que tienen de su progenitor.Esta situación puede darse de un padre a otro o puede ser utilizado por ambos para herirse mutuamente. Los padres alienadores no dudan a la hora de ridiculizar al niño si esta manifiesta sentimientos por la otra persona. Incluso muchos se valen del ambiente familiar para reforzar la idea de desprecio hacia el padre o la madre, siendo abuelos, tíos y amigos cómplices de este tipo de maltrato.
"Es más fácil crear niños fuertes que reparar a los adultos quebrados."
- Frederick Douglas -
En estos casos, también es bastante recurrente contar al hijo aspectos del divorcio.
La intención es vitimarse a sí mismo para que el niño sienta pena de uno y culpe al otro por lo que está viviendo.Todo para causar una venganza personal en la que el más perjudicado es el hijo. El niño es la verdadera víctima y la que debe ser alejada de este comportamiento tóxico.¿Qué puede llevar a un padre oa una madre a comportarse así?
El correcto ante un divorcio es saber separar los conceptos.
El hecho de que el otro haya sido un mal socio no significa que sea un mal padre. Aunque esto no puede ser tenido en cuenta, por ejemplo, en casos en los que haya existido violencia contra el cónyuge. Es lógico que haber sufrido experiencias de maltrato por parte de un ex compañero genere un miedo horrible de que la historia vuelva a repetirse en los menores. En las demás situaciones, alejar a los niños del otro padre puede ser una señal de que la separación o el divorcio no están siendo administrados de manera adecuada. Denota un egoísmo y una gran falta de autoestima, además de una escasez de sensibilidad y empatía que repercutirá emocionalmente en sus hijos.
También puede ocurrir que el padre alienador sufra algún tipo de trastorno de personalidad. Los más relacionados con estas situaciones son el narcisismo y el trastorno de personalidad limítrofe, pero suelen ser menos recurrentes. ¿Qué puedo hacer si soy testigo o víctima de este comportamiento?
Es necesario tener en cuenta que el ser acusado de este tipo de maltrato infantil en un tribunal puede influir en la custodia.
Antes de amenazar al ejecutor de los actos con avisos a la policía oa los servicios sociales, es importante conversar con él. Hacerle entender que su forma de actuar no es la adecuada y que el niño es quien más sufre.
Si aún así la actitud manipuladora persiste, un juez debe determinar qué hacer. Muchas veces los hijos se niegan a vivir con el otro progenitor por el odio infundado. El síndrome de la alienación parental es un problema muy delicado que, la mayoría de las veces, requiere atención psicológica. causa efectos devastadores en los niños. La ansiedad y el miedo ante el contacto con el otro padre pueden influenciar su relación con éste, además de perjudicar su desarrollo emocional.Sentirse ridiculizado, no valorado o subestimado por expresar sentimientos positivos hacia el otro padre influye también en la autoestima.
Muchos arrastran estos traumas hasta la edad adulta , creando una brecha irreconciliable entre ellos y el padre afectado.
Como vemos, el síndrome de la alienación parental merece especial atención. Una separación o un divorcio no debe ser convertida en una batalla psicológica entre quien en algún momento tomó la decisión de mantener una relación.
El más adecuado esenfocar la gestión de la situación de la mejor manera posible, para evitar generar más daño, tanto en sí mismo y en los demás. Separarse o divorciarse no es agradable, principalmente cuando los protagonistas de la situación contribuyen a empeorar la situación.