Así somos, por tantas veces sin salir del lugar
. ¿Qué nos sostiene? ¿Es la profundidad de nuestras raíces o la rasura de nuestros miedos? Los amores que nos han aceptado; el empleo que paga las cuentas, pero se enferma el pecho;
los amigos ni tan amigos cuya maldad aprendemos a tolerar; todo lo que nos acostumbramos se vuelve nuestra prisión voluntaria. Y las higueras siguen los cambios de la estación, fingiendo que se vuelven otras, fingiendo diferentes, clavadas en la cantera central. Así, fuimos creados para ser la sombra de los sueños de los demás. El mundo está ahí, susurrando bajito.Contraria todo lo que se sabe sobre ti.
Cale sus propias amenazas y vaya
. A diferencia de las higueras, nuestras raíces están plantadas en el suelo de nuestros corazones, pero nuestros pasos son libres. Peligrosamente libres. Me gusta pensar que si no supieran que son higueras, el cantero central ahora estaría vacío. Todas sueltas por ahí. Usted es libre y ahora sabe