Yo vi milagros suceden bien delante de mis ojos, todas las veces en que la tempestad se calmó y el sol finalmente brilló en mi vida.
¿Usted cree en milagros?
Como dudar de esa fuerza mayor, si hasta la luna y las estrellas saben sobre ti. Usted no está solo, y nunca estará, sólo basta creer.
A veces la vida nos lleva al fondo del agua, donde es difícil respirar, pero la misma fe que un día hizo que el mar se abra, nos trae de vuelta a la superficie y nos hace subir tan alto que a veces es posible tocar el agua cielo.
Y ahí, ¿en qué vas a creer? ¿Por qué vas a vivir?
Usted tiene la opción de vivir el milagro todos los días o de nadar contra la marea. Y entonces, ¿qué va a elegir?
Confía en que todo es posible para el que cree de todo su corazón y entrega su destino en las manos del Universo y del creador.
No estoy hablando de religión, estoy hablando de espiritualidad, de conectarse con algo mucho mayor que nuestra capacidad de comprensión. Yo estoy hablando de fe, de resiliencia, de paciencia, de amor, de compasión y de esperanza. - Estoy hablando de bondad, porque el mundo llora y anhela un cambio radical.
- Estoy hablando de compañía, porque la gente se está sintiendo demasiado solas.
- Estoy hablando de felicidad, porque la gente olvidó cómo sonríe.
- Estoy hablando de gratitud, porque la gente sólo sabe quejarse.
Quiero ver la diferencia. Quiero ser la diferencia.
Cada día, en las mínimas cosas, en los mínimos detalles, quiero construir un mundo mejor donde pueda pasar algunos años más, donde mis amigos, mi familia, mis amores, y todas las futuras generaciones, disfruten del bien y aprendan a combatir el mal sin hacer guerra. Si es posible yo no sé, puede ser utopía, lo sé, pero siempre he elegido creer y voy a seguir creyendo hasta el último segundo. Segura mi mano y vamos juntos en ella?