Todos somos resistentes en aceptar situaciones o personas que no están dentro de nuestras expectativas. Queremos que todo suceda en el tiempo y en las condiciones que deseamos. Nos hemos envenenando con el "no aceptado", generando sufrimiento con nuestra resistencia y trabando todo lo que debería fluir naturalmente en su recorrido.
Necesitamos entender que aceptar una situación como ella se presenta no es acomodarse a la misma, sino procurar entender que todo tiene su tiempo, y todo es como tiene que ser. Si actuamos con todas las posibilidades para que tal situación se presentara de una manera, y la misma está en otra, de nada nos adelantará la no aceptación, pues eso no la cambiará, una vez que sobre ella descargamos toda una tensión, una resistencia contra su naturaleza del momento.
Aceptar es entender que la misma existe, en un punto que no es el deseado, que haremos lo que sea necesario cuando sea posible, sin crear expectativas y sí teniendo paciencia en su manifestación natural. Imaginemos como ejemplo una situación en la que fuimos dispensados del empleo, en un momento que por sentirnos seguros en él, financiamos una casa, coche o cualquier otra cosa, y ciertamente si no encontramos otra colocación, vamos a pasar quizá algunos apuros.
Nos envolvemos en un velo de indignación y revuelta, no aceptando la situación, no la cambiará en absolutamente nada. Primero tenemos que aceptar que estamos desempleados, según haremos lo posible para cambiar la situación buscando nuevas colocaciones, ahorrando y hasta renegociando cuentas, tercer vamos a esperar sin ansiedad que los resultados se presenten en su tiempo. Golpear la cabeza en la pared con el "no aceptado", eso tiene que cambiar "ahora", sólo hará la situación más crítica. Aceptar es parar con la lucha interna, de posesión de todo a nuestro tiempo y nuestra manera
Este es un mecanismo saboteador de nuestra tranquilidad y conquista.
Necesitamos mantener la atención en el objetivo, mantener el foco, pero sin la ansiedad de que tiene que ser. La vida en sí no se esfuerza ni resiste a nada y sucede en perfecta armonía, cada cosa en su tiempo. Aceptar es entregarse a un nuevo momento, entendiendo que en la vida nada es inmutable, permanente. Resistir a esto es bloquear el flujo natural de las cosas. Cuando empezamos a actuar con ligereza, todo fluye, y siempre para una condición mejor.
Es la vida haciendo su parte perfecta. Cuando no nos preguntábamos: "porque eso está pasando conmigo", o "yo no planifiqué así", y simplemente aceptamos que no tenemos el control de la vida, entonces estamos en la libertad de "aceptación", y experimentaremos la belleza natural del flujo de la vida la vida. Del libro "El poder del ahora" de Eckhart Tolle, dejo este fragmento para la reflexión.
"La vida es ahora. Nunca hubo un momento en que su vida no fue ahora, ni nunca habrá. Sea cual sea el contenido del momento presente, acepte como si lo hubiera escogido. Siempre trabaje con él, no contra él. Hazlo a tu amigo y aliado, no a tu enemigo. Esto va milagrosamente a transformar toda su vida. "