¿Usted es emocionalmente dependiente?

La dependencia emocional es algo extremadamente perjudicial y que suele acentuarse con el paso de los años. Es importante saber que la dependencia emocional no sólo no es amor, pero en la mayoría de los casos, la persona emocionalmente dependiente revela la peor falta de amor posible: la de amor propio. Podemos ser dependientes de muchas cosas, no sólo de personas. La dependencia emocional también puede darse a una idea oa una sustancia.

El refuerzo de esta dependencia emocional se basa en dos canales: huir de la responsabilidad y evitar el supuesto malestar de la soledad.Las consecuencias de ser emocionalmente dependientes son desastrosas a largo plazo: nos vemos ante relaciones, comportamientos y hábitos que realmente no nos completan. Lo hacemos por una cuestión de sentirnos aceptados y acabamos por no aceptarnos a nosotros mismos ni a la realidad que nos rodea.

Soy emocionalmente dependiente de miedo, no por gusto

Cuando usted descubre que es dependiente de algo o de alguien, ciertamente no experimenta una sensación agradable.

Muy al contrario, usted se da cuenta del gran número de decisiones que tomó siguiendo la dirección que apuntaba el dedo de los demás. La verdad es que la mayoría de esas personas no lo hicieron con malas intenciones, y en gran parte no habrían hecho si usted no hubiera pedido su opinión.Ser emocionalmente dependiente implica decidir en base a lo que la otra parte espera de mí, y considerar que la última opción válida es mi propio punto de vista.

CompartirLa mayoría de la gente sólo se atreve a opinar sobre las elecciones personales de los demás cuando siente que tienen alguna posibilidad de influencia.

Pocas veces usted será preguntado sobre lo que hace o piensa si no ha abierto una puerta para permitir que los demás lo hagan.Abrimos la puerta para que los demás den sus opiniones porque dudamos de la nuestra: dependemos de los demás porque dudamos de nosotros mismos.

Como se llega a ser dependiente: el final de un aprendizaje familiar y social

Muchas veces nos volvemos dependientes con un único fin: el de evitar el sufrimiento.

Otra razón común y mucho más profunda es no conocer el verdadero significado de amar, que no es sinónimo de depender. No debemos sentirnos aún más culpables por percibir eso, aunque pueda ser muy doloroso mirar hacia atrás y percibir de dónde viene todo eso. Es común encontrar en el ambiente familiar los orígenes de muchos de nuestros puntos fuertes, pero también de nuestros miedos más profundos.

Cada uno de nosotros tiene una historia única e irrepetible, pero sólo algunos aprenden de ella. Otros se involucran de forma cada vez más fuerte en sus prisiones, pues tienen miedo de la libertad, aquella que es determinada por nuestra capacidad de entender el origen de los comportamientos que nunca nos traen bienestar.

La trampa del refuerzo negativo en la familia

Muchos padres y madres se sienten felices de que sus hijos lloran inconsolablemente por su ausencia

, desean su presencia en todo momento incluso sin ser necesaria, o justifican su derecho de limitar el tiempo y el espacio que sus hijos deben pasar con otras personas. Escuchamos frases como "Usted no puede vivir sin mí, me ama mucho" o "Es normal que usted no quiera estar con otra persona, soy su madre". "El hombre fue forzado a aceptar el masoquismo como su ideal, bajo la amenaza de que el sadismo era su única alternativa. Este fue el mayor fraude jamás perpetrado contra la humanidad. Este fue el estratagema que hizo que la dependencia y el sufrimiento se perpetuara como principios esenciales de la vida. La elección no es sacrificio personal o dominio sobre los demás. Ella es independencia o dependencia. El código del creador o el código del parásito que vive a expensas de los demás. Esta es la cuestión básica. Y ella procede de la alternativa entre la vida y la muerte. "-Ayn Rand-Es la trampa del refuerzo negativo en la familia que no sólo da lugar a personas dependientes, sino también a personalidades que presentan ciertos comportamientos antisociales: no ponen límites a las demandas de sus hijos, sea de afecto o materiales.Pueden evitar la incomodidad a corto plazo, pero

a largo plazo contribuyen a que sus hijos sean cada vez más mimados y dependientes. Estos niños no tienen un apego seguro o son amados más y mejor que los demás, simplemente están siendo moldeados para buscar siempre su bienestar y no van a soportar la frustración en el futuro.

Ser dependiente y depender de ti

No hay nada más revelador para percibir cuánto una relación de dependencia puede ser fatigosa y desgastante que cuando no somos nosotros los que dependemos y nos mostramos inseguros o ambivalentes, sino cuando la otra persona muestra esa actitud hacia nosotros. "La necesidad psicológica de saber que los demás te toman tan en serio como te llevas a ti mismo. No hay nada particularmente mal en eso, las necesidades psicológicas son así, pero es claro que debemos recordar que una necesidad profunda de cualquier cosa de los demás nos convierte en presas fáciles. " -David Foster Wallace-

Las personas que nos consultan continuamente sobre sus las decisiones, que nos revelan sus miedos más irracionales, en otras ocasiones también se muestran extremadamente sospechosas y atentas con todas las actividades que hacemos. Sentimos un foco de atención y presión constante y desgastante porque

cae sobre nosotros la responsabilidad implícita de no hacer que la otra persona se siente mal. En este momento tomamos conciencia de cómo nuestra energía para amar desaparece, pues estamos muy agotados con una relación de dependencia, en la cual una de las partes asume parte de la responsabilidad de la otra porque ésta no sabe tomar decisiones por sí misma.

Superar la dependencia Tomar decisiones sin sentirse culpable es tomar las riendas de nuestra vida.

Hacer lo que nos gusta y queremos hacer sin consultar continuamente a otras personas es el primer paso de muchos otros. Saber que podemos tomar decisiones que pueden ser nuestras, que no necesitan ser explicadas ni mucho menos justificadas.

Sólo nosotros mismos nos conocemos y sabemos por qué actuamos como actuamos.

Seguir los patrones de comportamiento de los demás esperando que pueda correr bien para nosotros es actuar como una marioneta con cuerdas

en la espalda cada vez más enmarañadas, largas y numerosas. Siga recto cortando poco a poco esas cuerdas y se transforme en el protagonista de su vida sin que nadie tenga que moverlo o doblarlo.