Celibato, la clave de la longevidad según una mujer de 116 años

Solíamos entender el celibato como un fracaso sentimental y, por lo tanto, un desastre vital. Esto, aunque parezca duro, es la realidad: nuestra sociedad castiga a las personas que están solteras. Una prueba de ello está en el hecho de que no existen productos comerciales dedicados a las personas que deciden caminar por el sendero de la solterización.

Es fácil encontrar cientos de ofertas de viaje de los sueños para dos, cenas gourmet para dos, regalos ideales para el novio, etc. Sin embargo, todavía estoy para ver algún producto que haga apología al celibato.

Porque ser soltero es a menudo una decisión. Esto es, por más absurdo que parezca para muchas personas, no todos tienen la meta de encontrar un compañero. De hecho, la solteridad induce a un estado de plenitud y de libertad igualmente sano y deseable.

Celibato: vivir sin esperar, vivir la solteira

No tenemos la obligación de estar disponibles para una relación amorosa y, según Emma Morano, tener claridad de esto es la clave de su longevidad. Esta mujer es la persona conocida como la más vieja del mundo, pues suma nada más y nada menos que 116 años.

Cuando el New York Times le preguntó sobre su secreto, ella respondió una cosa que dejó a todos atónitos: "la clave de mi longevidad es haberme mantenido soltera". Después de fin de un matrimonio infeliz en 1938, Emma Morano decidió que ya no quería ser dominada por nadie y que, realmente, todo lo que necesitaba estaba en sí misma. Esta mujer hizo de su vida lo que ella realmente quiso y no se prendió a lo que la sociedad esperaba de ella como mujer adulta. Compartir

Sin embargo, como afirman los geriatras,no hay una clave que garantice la

longevidad . De hecho, si usted charla con 100 centenarios, encontrará 100 historias diferentes. Entonces, el hecho de vivir más o menos años es determinado en gran parte por el factor genético. El elixir de la eterna juventud: no lamentar por envejecer y vivir como deseamosLa felicidad y el bienestar emocional deben nacer de nosotros mismos y de las decisiones que tomamos en relación a nuestras vidas amorosas.

Cuando alguien decide ser soltero, decide además ser valiente y tolerante, pues se encontrará en el camino con una gran diversidad de opiniones o de creencias.

Como dijimos, la sociedad castiga la soltería y reduce ciertas posibilidades. Por ejemplo, es más complicado obtener crédito bancario si usted no está casado. Ejemplos como estos existen y se transforman en puñaladas invisibles que envían un mensaje claro: "estar soltero no es bueno". Entonces, la solterización deja de ser un estado o una decisión personal para transformarse en un asunto social que rotula y apunta. "Algo no está bien contigo", "tienes que conseguir un compañero", "no me extraña que nadie te guste".

Compartir Estas "sutiles" puñaladas pueden herir y, con ello, hacer que la persona desee tener un compañero que, en realidad, no quiere, o viva su vida de una forma que no desea. De cierta manera, la cultura social busca "animar a los solteros" a conseguir un par y alcanzar una vida plena. Pero no, el celibato debería siempre ser una opción personal que lleve consigo otras opciones que permitan explorar un mundo nuevo y diferente de lo preestablecido.

Lo ideal es que todos fuésemos libres para decir lo que nos impulsa a la vida y lo que deseamos hacer, sin atender a la presión social que dice que estar soltero no es bueno. Hay personas que, como Emma, ​​deciden ser felices en su soltería y no buscan, ni esperan que nadie las rescate de ese estado.

Decidir estar soltero no es sinónimo de insanidad, sino de libertad y de autonomía para encaminar la propia vida afectiva como desee.