Organizamos nuestras vidas de manera que nos sentimos seguros, como si dirigiéramos siempre en el piloto automático ... hasta que aparecen algunos imprevistos que nos sacan de nuestra zona de confort y no queda otra solución a no ser desactivar el piloto automático y dirigirnos a nosotros mismos.
Pero, ¿por qué tenemos que pasar por estas situaciones inesperadas? ¿Acuerdan por casualidad o tienen algún sentido? Al hacer estas preguntas, estamos dando espacio a importantes reflexiones que pueden permitirnos hacer las paces con estos momentos en que el mundo parece girar de cabeza hacia abajo.
Los imprevistos pueden ser interpretados como ...
Dependiendo de cuál perspectiva observamos las circunstancias de la vida, podemos, por ejemplo, ver acontecimientos inesperados de la vida como simples hechos aleatorios que no tienen un significado o un sentido . En este caso, nuestro papel sería eliminar los obstáculos que aparecen en el camino para restablecer el equilibrio perdido, y los imprevistos serían meras amenazas contra las que se debe luchar en un universo hostil.Otra forma de ver los imprevistos es asumirlos como "maestros" que obedecen a un plan mayor que el nuestro, cuyo fin sería ayudarnos a crecer, aprender y evolucionar. Pero si elegimos ver los imprevistos bajo la óptica de la "aleatoriedad sin sentido", estamos eligiendo ser reactivos, sin dar espacio a la reflexión sobre lo que sucede en nuestro mundo interno y acabamos siendo llevados por nuestro ego, el cual responde a patrones automáticos conducta, como el conflicto, el drama, la preocupación, la depresión y la angustia.
No es difícil deducir que esta reactividad enciende los botones de otras personas a nuestro alrededor, lo cual genera una caótica reacción en cadena denominada por algunos como karma
. En cambio, si vemos los imprevistos a través de la perspectiva del sentido, éstos dejarían de ser intrusos para convertirse en visitantes inesperados,pero amistosos, que nos sorprenden y nos perturban un poco inicialmente, aunque en nuestro corazón sepan que podemos confiar en lo que nos traen. Estas perspectivas tienen un efecto calmante y emocionante porque dejamos de ser reactivos y pasamos a ser estudiantes atentos, ansiosos por aprender sobre nosotros mismos y sobre cómo podemos transformar situaciones sombrías en situaciones de luz, cambiando nuestros patrones reactivos por nuevas formas creativas enfrentar los acontecimientos por medio de amor, de paz y de unión. Consejo para no quedar paralizado ante los imprevistosNuestra tendencia natural a la reactividad requiere que nos mantenemos atentos para evitar que ésta no recaiga en melodrama y caos; que en un abrir y cerrar de ojos puede transformar un imprevisto en una pesadilla.
He aquí algunos consejos sobre cómo actuar ante los imprevistos: - Respire fondo:
Sí, ya sabemos que es un recurso común, pero así es porque funciona. El biofeedback envía un mensaje de calma al cerebro que repercute en todo nuestro organismo. Además, gana espacio en relación a la impulsividad y la reactividad, impidiendo que éstas actúen por medio de nuestros patrones automáticos de conducta.
- Pregunte lo que este imprevisto le está diciendo.
Para ello, trate de entender cómo esto le afecta, qué área de su vida y por qué. Sea el observador de su mente. ¿Cuál es el diálogo interno activado con la situación: autocrítica? ¿El juicio de los demás? ¿El miedo? A continuación, tome conciencia de que sus pensamientos y sus emociones no son su esencia, sino nubes pasajeras que temporalmente ocultan su luz. Asegúrese de que usted es luz, cierre los ojos y conéctate con ella.
- Acepte lo imprevisto como es , no pasivamente, pero con la actitud del aprendiz atento,
listo para aprender sobre sí mismo y actuar proactiva y serenamente en consecuencia. Tenemos el poder de transformar el mundo simplemente dejando brillar nuestra esencia, que es luz y sabiduría, durante los imprevistos, colocándonos humildemente al servicio de esta rejilla que es la vida, para nuestro propio bien y el de los demás.
Imagen cortesía de @ Doug88888