Se trata de un período en que la persona sufre repentinamente de un miedo o temor muy intenso e irracional. Su duración puede variar entre minutos y horas. Generalmente, aparecen de la nada y su intensidad máxima se alcanza a los 10 minutos aproximadamente. Sin embargo, puede continuar por más tiempo si el individuo no hace nada para escapar o para salir de esa situación.
Si una persona sufre ataques de pánico frecuentes, intensos y desencadenados por diferentes factores, es necesario consultar a un especialista. Algunos hacen intentos o esfuerzos desesperados de salir de la situación, pero no siempre lo logran. Otros se dedican a esperar a que pase.
El sentimiento recurrente es el temor, el terror, el susto, el pánico o como usted quiere llamarlo. Aparecen síntomas físicos de gran intensidad tales como hiperventilación pulmonar, taquicardia, dificultad para respirar, temblores, mareos, náuseas, dolor de cabeza, etc. En muchos casos la persona no quiere salir de casa o de su trabajo; prefiere estar acompañada y no desea usar un transporte público.
Los ataques no tienen aviso; pueden ocurrir en cualquier momento o lugar. Comienzan como una angustia cada vez mayor, al que se suman la ansiedad y la excitación fisiológica, sin una causa aparente o, al menos, sin que podamos notarla.Poseen un disparador claro: surgen de forma abrupta e inesperada a la normalidad de una persona, a su vida cotidiana.Estos síntomas pueden mantenerse incluso después de que la persona haya logrado calmarse.
Hay algunas señales que aparecen en el momento de la crisis y otros que continúan al acecho en la oscuridad, como la inestabilidad, las migrañas, la hipertensión, los dolores en el pecho, la taquicardia, dificultad para respirar, etc.
Si bien los ataques de pánico tienen una corta duración, son tan intensos que los que sufren piensa que han pasado horas en lugar de minutos desde que comenzó el episodio. Es común que la persona piense que está a punto de morir, o que desee imperativamente escapar a cualquier lugar. El hecho de no poder hacerlo físicamente hace que el miedo aumente y afecte su capacidad de razonar.
La edad media de inicio de este problema es a los 22 años y se cree que se debe a una desvinculación familiar (o de la vida en la juventud) oa la autonomía personal (tener que encargarse de su propia vida). Las sensaciones van desde perder el control o la razón hasta morir, escapar de un lugar, situación o momento o tener una percepción irreal de lo que está sucediendo.
¿Qué causa los ataques de pánico?
No presentamos una lista de todos los desencadenadores de los ataques de pánico, ya que dependen de las características de cada persona o situación. Sin embargo, es posible identificar algunas de estas condiciones:
- Predisposición hereditaria: también pueden relacionarse con la educación (factores ambientales), a situaciones en las que el miedo es implantado en los niños con el objetivo de protegerlas, una madre muy temerosa, padre obsesivo por el control, un trauma de infancia, etc.
- Causas biológicas: ansiedad generalizada, trastornos de estrés u obsesivo-compulsivos, hipertiroidismo, deficiencia de vitamina B, hipoglucemia, estrés postraumático, trastornos del oído interno, entre otros.
- Fobias: también generan miedo a corto plazo y, si no se tratan, pueden ser cada vez peores. Desde las arañas a los espacios confinados, pasando por los aviones o las personas.
- Medicamentos: algunos fármacos como antidepresivos, los estimulantes o los depresores (cafeína es el más común) pueden generar ataques de pánico.
- Causas persistentes: pensar todo el tiempo de forma negativa, tener una mala imagen de sí mismo, malos pensamientos sobre algo, sentimientos reprimidos, dudas constantes, falta de asertividad (cuando se evita la confrontación y la comunicación es más pasiva).
- Síndrome de abstinencia: el ataque de pánico puede aparecer como un síntoma al dejar de consumir algún tipo de sustancia, ya sea legal o ilegal (alcohol, drogas, tabaco, medicamentos, etc.).
¿Cómo enfrentar el ataque de pánico?
Una vez que se ha determinado que una persona sufre de ataques de pánico, el paso siguiente es confrontar esta situación. Esto requiere tiempo y paciencia para que el paciente pueda enfrentar el miedo y no evitarlo o esquivarlo. Estas reglas de oro para las crisis de pánico son realmente muy eficaces:
1- Recuerde que sus sentimientos son sólo una exageración de lo que sucede o está pasando realmente
2- Es sólo un momento desagradable, no perjudicial, ni peligroso y nada malo puede suceder
3- No tenga más pensamientos negativos alarmantes en medio del ataque; es preferible imaginar algo maravilloso como un pájaro, una flor, un atardecer.
4- Preste atención a lo que está sucediendo con su cuerpo y no en su mente. 5- Espere y deje que este temor pase; no luchar, aceptarlo, que solo se vaya, así como vino
6- Recuerde que cuando usted deje de pensar en cosas malas o alarmantes, el miedo se irá
7- El principal es enfrentar el miedo y no evita lo que hace; es una gran oportunidad para mejorar
8- Piense en el progreso que usted hizo a pesar de todo
9- Mire a su alrededor tan pronto como usted se siente mejor y agradezca por todo lo que tiene
10- Comience a moverse lentamente cuando esté listo ; no corra ni se esfuerce, haga todo despacio.