Aunque la ansiedad y el estrés son dos condiciones muy similares, presentan diferencias. Es común que estos términos sean utilizados como si fueran sinónimos, pero en realidad no lo son. Saber identificar uno y otro no es un simple ejercicio teórico. En la práctica, nos ayuda a definir con mayor precisión cuál puede ser la intensidad o la gravedad de ese tipo de condición.
A la dificultad de establecer las diferencias también se puede sumar el hecho de que existen varios tipos de estrés y de ansiedad. A veces la clasificación se realiza a partir de la intensidad de los síntomas. Por ejemplo, se habla de estrés crónico o de ansiedad generalizada. Otras veces se establecen categorías a partir de la fuente o del factor que las motiva. Por ejemplo, el estrés de trabajo o la ansiedad de abandono. "La verdad científica puede resumirse a: comer moderadamente, tener una dieta variada y no preocuparse".
-Robert Hutchison-
Sin embargo, hay elementos que son comunes a todas las formas de estrés, así como hay aquellas que aparecen en todas las formas de ansiedad. Para dejar todo esto más claro, vamos a analizar puntualmente cuáles son las principales diferencias entre estrés y ansiedad.
El origen del estrés y la ansiedad son diferentes
En el caso del estrés
, la causa es fácil de identificar. Él aparece cuando hay una situación que debe ser enfrentada, pero la persona no tiene, o cree que no tiene, los recursos necesariospara ello. La misma cosa sucede con una tarea o cualquier otra actividad que se debe realizar. La ansiedad, por otro lado, tiene un origen más difuso. La amenaza o el peligro a menudo no son identificables. De hecho, en muchos casos, no hay una razón objetiva para que ese estado de preocupación aparezca, pero aún así la ansiedad aparece. Por otro lado, es mucho más sensible al condicionamiento ya la anticipación y puede aparecer, incluso, como una consecuencia del estrés (presión).
Las emociones que predominan Otro de los elementos que diferencian el estrés y la ansiedad son las emociones o las sensaciones que predominan en esos estados.
En el estrés hay, sobre todo, preocupación.
Y puede ser definido como un estado en el que se mezclan el nerviosismo y la frustración. También es posible incluir irritabilidad y, a veces, tristeza. En la ansiedad, a su vez, lo que predomina es el miedo. Se trata de una sensación de peligro inminente que tiende a crecer como una bola de nieve. Es una emoción invasiva que se extiende y se mantiene, provocando un gran malestar en el estado emocional. El miedo conduce a la perplejidad y, en casos graves, al bloqueo oa la paralización.
Los factores que desencadenan uno y otro En términos generales, el estrés aparece a partir de factores externos, mientras que la ansiedad aparece por factores internos.
No siempre es tan fácil distinguir entre sí. Lo que marca la diferencia es la presencia de un estímulo ajeno al individuo o no, en cada caso.
El estrés se desencadena a partir de hechos o situaciones específicas que ocurren en el ambiente circundante. Puede ser el trabajo, o una tarea en particular, o la ida a determinado lugar, etc. Por otro lado, en la ansiedad muchas veces es el individuo mismo que es el responsable de desencadenarla. Él crea y alimenta pensamientos catastróficos y sensaciones de angustia, independientemente de lo que hay alrededor. La percepción del tiempo Dicen que el estrés es un exceso de regalo, mientras que la ansiedad es un exceso de futuro.
Para quien está estresado, el regalo es infinito. La persona no cree que pueda salir de la situación en la que se siente presa. No ve una manera de cambiar lo que le deja preocupada. Siente como si estuviera condenada eternamente a sufrir el impacto de determinado estímulo.
En la ansiedad, la persona siente miedo por algo que podría suceder, pero que no sucedió. También puede que ya haya ocurrido, pero no puede interferir en ello. Muchas veces ni siquiera se sabe lo que es esa cosa. Simplemente se anticipa todo de negativo o catastrófico que podría suceder. El ansioso no logra evaluar con objetividad su presente porque vive en función de algo "terrible" que viene por delante o que ya pasó y fantasía sus posibles consecuencias sin que pueda interferir en ellas.
La desaparición de los síntomas Si lo que provoca el estrés de una persona es tener que ir al dentista, una vez que lo haga la sensación inquietante va a desaparecer. Esta es una característica que difiere del estrés de la ansiedad: el primero desaparece cuando el estímulo es eliminado o cuando se supera la situación
que provoca el conflicto o, aún, se resuelve la dificultad.
La ansiedad, a su vez, tiende a mantenerse.
Retomando el ejemplo anterior, si una persona con ansiedad va al dentista, su inquietud no termina después de la consulta. Ella se queda pensando que tal vez venga a perder todos los dientes o que el problema que tenía era sólo el síntoma de una enfermedad peor que comenzó a manifestarse. La ansiedad se alimenta de una imaginación exagerada y negativa. Saber todas estas similitudes y diferencias permite identificar mejor lo que realmente te aflige. Lo indicado en estos casos es pedir ayuda cuando el estrés se mantiene durante algún tiempo porque significa que usted no está consiguiendo resolver una situación conflictiva en su vida. También es recomendable consultar a un profesional si usted se da cuenta de que sufre de ansiedad , ese miedo impreciso que no tiene comienzo ni fin.