Su cuerpo y la autociencia

No hay nada de milagroso o esotérico y no tiene nada que ver con creencias populares infundadas. En realidad, la ciencia ya ha comprobado que el cuerpo tiene mecanismos para curarse a sí mismo, sin la ayuda de medicamentos. "No hay remedio que cure lo que la felicidad no cura". - Gabriel García Márquez -

Compartir Eso no es un descubrimiento reciente. Hipócrates, considerado el padre de la medicina, utilizó diversos tratamientos terapéuticos que parten del principio de que el cuerpo posee mecanismos necesarios para la autocuración. De acuerdo con estos principios, el médico sólo debe facilitar este proceso y no intervenir directamente en ellos.Actualmente, la medicina conocida como "alternativa o complementaria" utiliza estos principios en sus tratamientos.

Sin embargo,

la cuestión no es tan simple como contraer una enfermedad y esperar que se cure.

El concepto de enfermedad La idea de que el cuerpo puede curarse a sí mismo está íntimamente ligada al concepto de enfermedad. No todos los enfoques médicos comparten los mismos principios. La medicina tradicional alopata, por ejemplo, cree que la enfermedad es una alteración de las funciones normales del cuerpo. En las palabras de la Organización Mundial de la Salud: "la enfermedad es una alteración o desvío del estado fisiológico de una o más partes del cuerpo, por causas generalmente conocidas, manifestada a través de síntomas característicos, y cuya evolución es más o menos previsible". De este punto de vista, el desempeño médico debe tener por objetivo restablecer el buen funcionamiento del cuerpo. Para ello utilizan los más variados medicamentos, incluso la quimioterapia.

El enfoque de la medicina alternativa es completamente diferente.

La enfermedad aparece cuando hay un desequilibrio entre el organismo y el medio en que vive, incluyendo la alimentación y el estilo de vida. Por lo tanto, el objetivo de la curación no es hacer desaparecer la enfermedad, sino restablecer el equilibrio perdido. La medicina alternativa parte del principio de que las emociones desempeñan un papel fundamental en el proceso de curación.

Cualquier tratamiento debe tener como objetivo la mente y el cuerpo. Si la mente está sana, el cuerpo se cura rápidamente. La homeostasis

Todos los organismos vivos están dotados de un mecanismo que les permite restaurar el equilibrio: la homeostasis.

En pocas palabras, es la capacidad de adaptación del organismo. Permite que el cuerpo active la autorregulación, sin dejarse afectar por los acontecimientos externos. Todos los órganos deben ser capaces de contribuir al proceso homeostático para mantener una buena salud. Biológicamente, estamos equipados para que todo funcione correctamente.

Cuando se enferma, un médico tradicional buscará ese equilibrio por la acción de un agente externo. Un médico que utiliza la medicina alternativa tratará al órgano enfermo, para que recupere su capacidad y contribuya al equilibrio corporal. La autocuración La salud y la enfermedad dependen de nuestro estado emocional,

y esto se puede explicar fácilmente.

Todos los órganos del cuerpo poseen terminaciones nerviosas y están conectados al sistema nervioso central; son influenciados en diferentes grados por nuestro cerebro. Si usted siente rabia, por ejemplo, varios efectos ocurrir en su cuerpo, como el aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión muscular.

Cuando la rabia se vuelve constante, estos cambios fisiológicos empiezan a afectar a todos los órganos involucrados con ese sentimiento.

Entonces probablemente, en algún momento, usted desarrollará una enfermedad.

Lo mismo se aplica a todas las demás emociones y sentimientos. No hay manera de experimentar las emociones y las sensaciones sólo subjetivamente; todos ellos cambian la fisiología de su cuerpo.

El cuerpo se enferma por la acción de los sentimientos y emociones autodestructivas. Sin embargo, usted puede curarse a sí mismo si trabaja esos sentimientos negativos. Busque si conoce mejor y encuentre las respuestas a su incomodidad emocional.Este autoconocimiento es muy importante en el caso de las enfermedades crónicas.

La respuesta puede estar en nuestra mente y no en los medicamentos que tomamos.