Actualmente, existe un grupo de personas que "huyen" de un compromiso de pareja, es porque no sabrían cómo comportarse o porque creen que no hay libertad en la relación amorosa. Más o menos en la década de 1970, en diferentes culturas y sociedades, el matrimonio cayó en un gran descrédito. Fue un momento de innumerables divorcios, coincidiendo con la emancipación de las mujeres en todas las áreas de la sociedad. Desde entonces, se ha establecido una clara tendencia a favor del "amor libre". Las personas pasaron a creer que el compromiso y su formalización quitarían su libertad. Todo el mundo quería dejar una puerta abierta para salir sin problemas, si las cosas no sucedía de la forma deseada. "Usted necesita asumir un compromiso, y una vez que lo hace, la vida le dará algunas respuestas". - Les Marrón -
Esta tendencia se ha intensificado en las décadas siguientes. No sólo el matrimonio quedó desacreditado, pero las relaciones de pareja también empezaron a verse como un freno a la libertad. El noviazgo empezó a caer en desuso. En vez de eso, surgieron otras formas de relación, como "amigos coloridos" o personas que están exclusivamente en busca de sexo. Es necesario resaltar también que, durante todas estas décadas, ni el matrimonio ni el noviazgo formal desaparecieron completamente.
Existe un sector de la sociedad "un poco más conservador" que sigue manteniendo esas alternativas dentro de su "abanico" de opciones.
El compromiso y la libertad en la relación
La idea de que todo compromiso afectivo reduce la libertad es verdadera, pero es necesario aclararla. Parece que creemos que somos seres totalmente libres, hasta que un compromiso llegue y nos prenda. Pero eso no es verdad. El simple hecho de vivir en sociedad quita nuestra libertad. No podemos salir por ahí haciendo lo que queramos, porque eso rompería los lazos sociales. Si me gusta el coche de mi vecino, no puedo simplemente cogerlo y salir conduciendo por una carretera arbolada. No vivimos de aire y eso impone una serie de restricciones: debemos ganar el pan con el sudor de nuestro rostro, o depender de alguien para sobrevivir. En el plano afectivo, las cosas no son muy diferentes. Todo vínculo de amor o odio nos impone límites. No podemos evitar que nuestra madre ame a alguien más allá de nosotros. Estamos obligados a "ganar" la simpatía de nuestros colegas y jefes. Necesitamos ceder en muchas situaciones y aguantar las indiferencias o arrogancias.
La libertad, para los seres humanos, no significa ausencia de deberes. En cambio, implica un margen de acción, con algunas restricciones con las que necesitamos convivir. Muchas veces nos gustaría volver a ser aquel salvaje que hacía espontáneamente cualquier cosa que le viniera a la mente. Nos rehusamos a aceptar el hecho de que formar parte de una sociedad nos impone restricciones. Podemos ver en las necesidades y exigencias del otro una situación desagradable que debe ser descartada rápidamente.
El compromiso de pareja
Lo que parece normal en otras áreas, en la relación de pareja es insoportable.Percibimos las limitaciones que una relación genera como insostenibles
. No queremos exigencias ... o que nos pidan explicaciones por lo que hacemos. No estamos interesados en testimoniar escenas de celos o restricciones para salir con quien sea. Lo que se entiende como libertad en la relación de pareja es, sobre todo, la libertad de tener varios socios al mismo tiempo y no responsabilizarse por las emociones del otro.
Estar atento a las necesidades emocionales de un socio es algo que puede ser percibido como una carga que muchos no quieren llevar. Muchas personas piensan que el compromiso y la libertad son dos términos que no combinan cuando hablamos de una relación de pareja. Sin embargo, en ese mismo mundo donde, aparentemente, nadie quiere un compromiso de pareja, surgen algunas paradojas.
Uno de ellos está representado por una información curiosa: la cuestión más buscada en Google, en todo el planeta, es: "cómo encontrar un socio?" Tal vez lo que muchos busquen sea sentirse amado, sin el compromiso que envuelve el amor.
O sentirse acompañado, sin los deberes implícitos que ocurren dentro de una relación.
La soledad también impone muchas restricciones: podemos hacernos esclavos de nosotros mismos. Parece que algunas personas desean amar para siempre con la lógica de un adolescente: mucha diversión, mucha transgresión, poco compromiso. También es posible que nos hayamos transformado en personas que tienen mucho miedo de amar. Abandonamos antes de ser abandonados, y tal vez por eso nos negamos a asumir un compromiso a causa de la "pérdida" de la libertad en la relación.