Esta es una expresión que todos conocemos, en diferentes versiones, en mil situaciones, pues todos nosotros ya estuvimos locamente apasionados. Pero cuando resolvemos analizar la situación sin mezclar los sentimientos, no podemos hacer menos que censurarnos por conferir a alguien la responsabilidad de hacernos felices, por exigir que nos proporcione felicidad, dejando de lado su propia vida.Esta no es, de ninguna manera, una forma sana de vivir y amar. El tamaño egoísmo es el nuestro cuando estamos enamorados ... Y hay que admitir, también somos egoístas cuando no estamos tan apasionados así. Andé reflexionando sobre eso, pensando en alguien que recientemente se alejó de su gran amor. Las cosas iban de mal a peor, y cuando finalmente llega la separación, prácticamente se puede decir que ambos se sienten aliviados ... Pero no, siempre surge en uno de los dos, o en ambos,
el tóxico sentimiento de empeñarse en mantener el otro a tu lado , después de que te amas. ¿No puedes acostumbrar a nadie más? Y se empeñan, triste y en vano, en conferir al otro el papel de salvador de su vida, de la totalidad de su existencia, cerrando las puertas para que no se siga adelante.Es claro que es doloroso perder a quien se ama porque él te dejó, porque la relación ya no funcionaba, porque él era, porque él murió, porque eso, porque eso ... Pero es justamente cuando eso sucede que debemos asumir que hay que seguir en adelante, no podemos de ninguna manera empeñarnos en un amor que ya no existe, en sentimientos exhaustos que ya no nos provocan felicidad ... Hay que respirar profundamente y seguir adelante.
No sé vivir sin ti ... Esa extraordinaria mentira e ingenuidad engañada. ¿Acaso no vivía antes de conocerlo?¿Cómo es posible encontrar que tenemos a alguien? Por más unidos que seamos a alguien a quien amamos, aunque haya construido sueños y realidades juntos, se trata de otra persona. Prácticamente podemos decir que en la vida, no tenemos a nadie más allá de nosotros mismos. Los sentimientos cambian, las personas cambian, las distancias llegan, un día nos alejamos o se alejan de nosotros, hacemos y deshacemos planes, retomamos el ayer y un día lo dejamos atrás. ¡Cambiamos diariamente! Y cuando los cambios llegan al amor, debemos asumir que, como él comenzó, puede un día terminar.
Y que él o ella siga su camino, o que sigamos, si somos nosotros que queremos ir más allá ... Elegimos a alguien a quien amar a partir de la comprensión mutua, aceptamos a ese alguien y él nos acepta como somos, pues somos felices. Cuando estas combinaciones dejan de funcionar, a menos que seamos muy egoístas, no podemos hacer nada más.Cuando elegimos a quien amar, lo elegimos para vivir nuestra vida con nosotros, para compartir proyectos y vivir una vida mutua; no lo elegimos para que viva por nosotros, ni para que sea el responsable de nuestra felicidad, sino para que compartamos la felicidad juntos, de tal manera que, cuando eso ya no es posible, no hay como volver atrás. Por supuesto que puedes vivir aunque no lo tengas más. Va a ser difícil y sufrir, pero usted va a sobrevivir y un día volverá a ver el brillo del amor. Y siempre continuará viviendo, teniendo o no a alguien a su lado.