Me gusta las personas que cuidan los detalles

Un corazón sabio se alimenta de pequeños detalles, que están hechos de atención, amor y dedicación auténtica. Estos detalles valen más que dinero y no piden nada a cambio. Porque ... necesitamos admitir, es increíble como los detalles más simples tienen el poder de cambiar completamente un día que amaneció gris. Un abrazo, una sonrisa, un "buen día", un "se cuida", transforman nuestro día.

Quien admira el Impresionismo sin duda conoce la famosa obra de Monet "Impresión, sol naciente". Esta pintura, que dio nombre al revolucionario movimiento de arte en 1874, llama la atención por las pinceladas libres, rápidas, e incluso desordenadas. La imagen vista de cerca no tiene sentido, todo parece confuso e incluso caótico; sin embargo, la sensación mágica del trabajo aparece cuando el espectador se aleja de la obra.

"Mi fórmula es: soñar, diversificar y nunca perder los detalles".
-Walt Disney-

Cada pincelada, cada detalle de ese magnífico cuadro adquiere importancia hasta configurar una atmósfera casi en movimiento, un amanecer donde el sol parece explotar en las aguas tranquilas del mar. Cada pincelada trae luz, humedad, contraste, vaporización, barcos al fondo y la nitidez de la superficie del cielo fundiendo con la serenidad del agua.

Son cientos de detalles precisos, delicadamente estudiados, dando vida a una obra. Algo muy similar sucede en nuestras vidas diarias: son aquellas pequeñas atenciones que los demás nos dedican a nosotros ... las palabras, preferencias, momentos especiales. Juntos, estos pequeños detalles que salen del corazón también configuran la luz que nos alimenta y nos guía. Es nuestra pantalla vital sobre la cual construimos una realidad verdadera y significativa.

Para apreciar los detalles necesitamos un corazón dispuesto

La magia existe. No es necesario buscarla en un móvil de última generación, en la serie que se estrenará en Netflix o en el placer de ahorrar una cantidad suficiente para comprar un coche nuevo, para viajar o comprar un ordenador de esa marca famosa. Por lo menos, no se encuentra necesariamente en esos lugares. La verdadera belleza está escondida en los detalles del día a día, que son a menudo sorprendentes.La belleza está escondida en aquellos detalles que sólo pueden ser vistos por medio de la observación y la receptividad de quien ve la vida a través de las emociones y está atento al presente.

CompartirPor ejemplo, una tela de araña al amanecer deja de ser oscura para adornarse con pequeñas gotas de rocío y convertirse en un espectáculo natural fascinante. Un niño que oye con admiración a su padre mientras él cuenta una historia o dos personas que se encuentran por primera vez en el metro y sonríen cuando perciben que ambos están leyendo el mismo libro, son otros ejemplos de esos detalles diarios de los cuales a veces somos testigos.

Son matices de nuestra realidad que nos inspiran y quedan en nuestra memoria. Para ser receptivos a todos estos detalles de la vida cotidiana, debemos estar totalmente conectados al momento presente.

Hablamos al inicio de Claude Monet. Este pintor, así como muchos otros, ciertamente pasaba horas admirando la naturaleza: los campos de flores al atardecer, la puesta del sol, los lirios del agua en una laguna ... Esta conexión con lo que está sucediendo a nuestro alrededor es algo que seguramente estamos perdiendo. Vivimos en una sociedad rica en estímulos, donde se observa poco y se comparte mucho, donde el detalle pierde la importancia porque lo que cuenta es el impacto, las noticias rápidas y el "clickbait". Por otro lado, y como detalle interesante, podemos decir que el tálamo es la estructura que nos permite aplicar un filtro adecuado de atención cuando observamos algo. Es un área del cerebro asociada a la conciencia.

Por lo tanto, podemos decir que

una buena manera de expandir nuestra conciencia tiene que ver con la manifestación de una actitud receptiva

; ampliando esa mirada sabio y curiosa, que guiado por las emociones es capaz de apreciar las bellezas que podemos observar en la naturaleza y en nuestro mundo social a través de las interacciones. Las personas detallistas: aquellas que nos regalan con buenos momentos, no con cosasLos científicos de la Universidad de Rochester realizaron un estudio hace algunos años que fue publicado en la revista "Current Biology", donde se concluyó que

las personas detallistas son más inteligentes .

Su método natural de observación se concentra en pequeños aspectos de la realidad que no todos notan, matices que no todo el mundo percibe. Por otro lado, podemos decir que las personas altamente sensibles (PAS) también presentan esa capacidad. "Pensamos en generalidades, pero vivimos en los detalles". - Alfred North Whitehead - Ante todo esto podemos concluir que las personas que aprecian los detalles son también aquellas que saben cuidar y agradar a las otras personas. Son personas que nos hacen bien, nos alegra y siempre están dispuestas a aprender ya enseñar. Quien es capaz de atender a esos pequeños aspectos que componen el tejido que da significado a las relaciones, donde existe respeto, reconocimiento y apreciación por ese vínculo, construye lazos más fuertes y felices. Hay amor en los pequeños detalles y esas pequeñas cosas sostienen una relación. ¡Cómo es reconfortante cuando alguien nos sostiene de la mano y dice que "va a quedar todo bien!

Saber regalar momentos felices y no objetos intercambiables es un arte.
Con ellos colocamos una pincelada de luz en el momento adecuado, eligiendo el color correcto en el instante adecuado. Todos deberíamos invertir tiempo y esfuerzo en esta tarea para construir relaciones más auténticas ...