Vale la pena reír de tonterías y, de vez en cuando, también de las cosas serias. Al menos por un instante del día merecemos tener la sensación de que todo está en calma y, en otro momento, la sensación de que todo es un caos.
La persona que hoy le hizo un favor merece algunas palabras, y aquella que hoy tuvo uno de los peores días del año y descontó en usted también. Cuando más necesitamos sentirnos queridos es tal vez cuando peor nos comportamos.
La persona a quien continuamente contamos nuestros problemas merece unas cuantas preguntas, incluso si esa persona somos nosotros mismos. Su cuerpo merece un paseo después de pasar varias horas quieto, esperando con paciencia que llegue a su vez.
El aire, el sol, el viento o la lluvia merecen el reconocimiento de que se vuelven todos los días, para que nos acaricien el rostro y nos pongan en contacto con la naturaleza, aunque nos escondamos entre edificios tan altos.Su sueño merece una oportunidad.
El que guardas en una cajita de madera, pensando que tienes la clave para acercarte de verdad a la persona que quieres ser.No es malo ser consciente de que, en realidad, lo que usted entrega a cambio de dinero no es su trabajo, ni su conocimiento, sino su tiempo finito
, que se va y que no volverá. De esta forma, usted muere al mismo tiempo que tiene la oportunidad de resucitar, a pesar de los que se empeñan en condenarlo y recordarle sus fallas para hacerle mal, porque usted también merece una vida. Vale la pena elegir de forma inteligente cómo disfrutar de su tiempo que preocuparse por cómo está gastando su dinero.Compartir
Las personas que ayudan merecen una ayuda y palabras de ánimo. Aquellas personas que todavía piensan que no todo está perdido y que después de todo, ya pesar de las barbaridades que usted ha cometido, la humanidad que se ahoga todavía tiene solución.
Merecen un voto de confianza a aquellas personas que han dado un paso en la dirección correcta, aunque vengan del corazón mismo del país del error. No se olvide que, si llegan hasta donde usted está, serán mucho más sabios y fuertes que usted.
Cuando algo vale la pena, también vale la pena hacerlo mal. Compartir
Las ideas de todos merecen respeto, especialmente las de las personas que llevan más tiempo en esta vida, experimentando y aprendiendo, hablando de ciencia o de experiencia propia. No se olvide que el primer nace de coleccionar pedazos del segundo.Las sorpresas valen la pena, especialmente el acto de prepararlas, porque esa ilusión puede ser comparada con pocas cosas. Y con certeza, las personas que las prepararon valen, porque se preguntaron cómo podrían ver en nuestros rostros la mayor y más sincera sonrisa.
Valen la buena música, un buen libro, un buen cuadro, una buena película, porque todos ellos guardan una historia que puede tener que ver con usted ... o tal vez no, que simplemente lo hagan reír, llorar, odiar o amar ... Sin embargo, no valen la pena?Merecen su indignación, aunque sea repetida, las personas que se sienten en el derecho de decidir sobre la vida de los demás
, impidiéndoles expresarse libremente frente al terror y la amenaza; usando como armas aquellas que matan y no aquellas que forman parte del diálogo que se basan en el respeto sincero y en la escucha activa. Merece el perdón a la persona que se arrepiente, más que la que lo manifiesta y no lo hace.
La primera tiene que ver con volver a hacerlo, la segunda tiene que ver con una cuestión de orgullo, con la que al final de cuentas, cada uno debería deshacerse de forma individual.Valen la pena los héroes que se esconden en el cotidiano
y que mantienen con fuerzas de grito ahogado la estructura de un mundo extraordinariamente frágil, frente a la capacidad que adquirimos de destruir y hacer el mal.
Tenemos poderes fantásticos: el de dar, el de construir, el de colaborar, el de compartir, el de expresar, el de defender, el de disfrutar, el de disfrutar, etc. Lo bueno es que todos pueden hacer valer la pena.Compartir