Cuando una persona y que los días orquestan nuevas oportunidades, las cerraduras se abren y los enemigos se transforman en estatuas de sal que el viento lleva consigo. Nada nos puede detener cuando vemos que somos merecedores de la alegría y nadie más tiene voz para poner miedos en nuestras voluntades. Emily Dickinson decía, con toda razón, que las personas ignoran la propia altura hasta ponerse de pie. El más curioso de todo esto es que muchas veces es la propia educación, la sociedad y las personas con quienes convivimos que, en general, prefieren cuando quedamos sentados, cuando somos sumisos, quietos y obedientes. "Si usted hace lo que no debe, debe sufrir lo que no merece."-Benjamin Franklin-
De hecho, fue exactamente lo que sucedió con la poetisa de Massachusetts, para quien las decepciones, los miedos y las tristezas acabaron haciendo con que se aislara en su cuarto, en la casa de la familia en Amherst, convirtiéndose en una débil sombra, en una figura magérrima que los vecinos veían por las ventanas. De sus 1.800 poemas escritos, vio ser publicados sólo algunos. Y de las personas que formaban parte de su vida, amó sólo una, pero ninguno de los dos fue lo suficientemente valiente para dar el primer paso. Eran otros tiempos, no hay dudas. En otras mentalidades queda más claro. Sin embargo, por curioso que parezca, el complejo universo de las emociones, las inseguridades y la falta de confianza en sí mismo es un estribillo que nunca sale de moda. Es como una moviola que nunca para, que nos trae la magia de una situación y que la deja ir, que nos enseña lo que es la felicidad y poco a poco la lleva, dejándonos con la voluntad, las penas, el recuerdo y el amor arrepentimiento.
Arrepentimiento por no habernos atrevido a hacer "algo más"
, por no haber luchado, por no sentirnos merecedores de esa oportunidad única, por no haber reunido coraje suficiente para batallar por aquel amor perdido ...
Usted merece una vida mejor
Ana comenzó a frecuentar la academia porque quiere llevar una vida más sana. Ella va todos los días de las 19h a las 20h, pero sigue fumando dos paquetes de cigarrillo al día. Carlos perdió su trabajo hace 9 meses. Él sale todos los días para entregar currículos, pero al volver a casa empieza a comer de manera compulsiva, tanto que su cambio físico es bastante llamativo. Marta terminó una relación amorosa muy turbulenta hace un mes y desde entonces ha accedido obsesivamente a páginas de encuentros amorosos en Internet con la idea de encontrar el "par perfecto". Todos estos ejemplos se pueden resumir en una idea central que todos conocemos:
mientras buscamos el equilibrio en un área de nuestra vida, caminamos de nuevo en otra de una manera preocupante.Es como si no entendiéramos por completo que merecemos una vida mejor y eso nos lleva a menudo a no cuidar de nosotros mismos de una forma más completa, más íntegra. ¿Por qué lo hacemos? ¿Por qué no asumimos por completo el verdadero control de nuestra realidad para alcanzar el bienestar?
Debemos buscar la respuesta a esta pregunta no sólo en nuestro pasado, sino en la propia incapacidad de cuidar de nosotros mismos, de estimular el bienestar psicológico y, principalmente, de lidiar con las propias emociones. En los tres ejemplos citados, vimos que cada una de las personas realiza algunas acciones específicas: una va al gimnasio, la otra busca trabajo todos los días y la última terminó una relación infeliz y compleja.
Sin embargo, el resto de los comportamientos dan forma a los agujeros negros tan comunes: la ansiedad, la incertidumbre, el miedo al futuro
, la incapacidad de estar solo, el vicio en alguna sustancia ... Todos sabemos que merecemos una vida mejor, pero no sabemos cómo atender las verdaderas necesidades, las que habitan una capa más íntima, más profunda de nuestro ser ... Confiar en usted, porque ser feliz no es una necesidad, es un derecho La vida va a traer más oportunidades sólo si ponemos un pie delante del otro y salimos para buscarlas. La felicidad va a golpear a nuestra puerta sólo si somos receptivos, si estamos atentos, preparados y principalmente ... dispuestos. Porque
quien se deja llevar por los miedos y por las inseguridades va naufragar en la isla de las oportunidades perdidas. Porque quien se rinde frente a las decepciones, va a escoger temprano o tarde el mismo aislamiento físico y mental que Emily Dickinson se impuso a sí misma. "Creo que no soy como Emily Dickinson, que mantuvo las cosas que creía más bonitas guardadas en su ataúd."
-Jeff Bridges- En esos tiempos en que encontramos en Twitter y en Facebook las píldoras de la felicidad en forma de frases bonitas, hay algo que nunca debemos perder de vista. Algo que los críticos de la psicología positiva nos recuerdan muy bien:debemos aprender a aceptar las experiencias dolorosas sin importarnos con las dificultades que ellas nos imponen.
Un adiós, una decepción o un fracaso es algo que se debe "tragar", sin elección ... Sin embargo, después de sumergirse en el abismo caótico que son las emociones negativas, es momento de emerger. Y lo haremos aún más fuertes. Nos sentimos cada vez más valiosos. En nuestro complejo y exigente día a día, debemos interiorizar que las personas no merecen sólo sentirse bien, en paz, sentir satisfacción, libertad, éxito y el sabor de las alegrías. Todas estas cosas son en verdad DERECHOS. Porque no importa cuál sea nuestra historia, ni de dónde venimos, ni quiénes somos ...
Todos tenemos pleno derecho de ser felices y elegir una manera para ello.