Hay un color que reduce el estrés y nos transmite calma y tranquilidad.Es la tonalidad que contempla el mar y compone los océanos. Es el color del cielo limpio en las tardes relucientes de verano y las mañanas frescas de otoño. Así, el azul y todos estos paisajes donde su paleta de tonos queda impresa, facilitan un escenario propicio para la relajación y el bienestar.
Es interesante saber que, aunque el color azul sea actualmente una de las preferidas de las personas, en el pasado no era . Esto sucedía por una simple razón: el azul no era muy visto. Además de ese tono presente en el cielo y en los mares, no era común verlo formar parte del cotidiano de las sociedades antes del siglo XII (con excepción de la cultura egipcia).¿Qué es necesario para ser feliz? Un poco de cielo azul por encima de nuestras cabezas. "
- André Maurois -
Fue precisamente en este siglo que, gracias a las nuevas técnicas químicas y de fabricación, el azul pasó de un tono extraño para formar parte de los tejidos religiosos, de los escudos de las armas y de las obras de artistas selectos. De la noche a la mañana, el pueblo experimentó el impacto psicológico y emocional relacionado con esa tonalidad.
Fue asociado a la divinidad, al místico, ya la elegancia. Más tarde, en el siglo XVIII y con el desarrollo de nuevos pigmentos, surgió una gama mucho más amplia de azules. Con ellos y gracias a los estudios desarrollados por Michael Pastoureau,quedó en evidencia una realidad innegable: el azul era el color favorito de todos los países occidentales.
Era el tono que generaba bienestar y confianza en el ser humano ...El color que reduce el estrésPasamos años realizando estudios en el desconocido mundo de la psicología del color, obteniendo resultados sorprendentes.
Lo que comenzó el propio Isaac Newton, y que más tarde continuó Goethe, fue desarrollado después en los libros de Eva Heller. Actualmente universidades de todo el mundo analizan la relación del color con el mundo del marketing y la publicidad, o como objetivo de crear entornos de trabajo más acogedores y al mismo tiempo más productivos.
Así, algo que los expertos saben desde hace años es queel color que tiene un poder mayor para reducir el estrés es el azul.
Puede ser que esta conclusión tan lógica llame la atención, ya que como ya sabemos, la mayoría de nosotros filtra los colores asociando a ellos contenidos inconscientes. Intentemos evocar la sensación que tenemos cuando estamos delante de un mar tranquilo, de aguas azules que se mezclan con el horizonte de un cielo del mismo color. Si reproducimos bien esa imagen, la calma que emanamos es inmensa, reconfortante, maravillosa, y eso es algo que la mayor parte de la población también siente.Por otro lado, algo que los científicos de la Universidad de Granada (UGR, España) demostraron, en colaboración con el Colegio de Educación Especial San Rafael de Granada, que la luz azul genera un efecto muy beneficioso cuando la persona experimenta un estrés psicosocial agudo
(cuando discutimos con alguien, cuando trabajamos bajo presión ...). De hecho, el color azul ofrece más calma que el color blanco. En los trabajos realizados por Eva Heller fue posible ver que las habitaciones o entornos escolares donde el azul predomina reducen el surgimiento de barrios o de problemas de comportamiento en los niños. Su efecto calmante es innegable.
El color azul, omnipresenteEl color que reduce el estrés es al mismo tiempo el color más omnipresente en las marcas publicitarias. La mayoría hace uso de esa tonalidad porque, en el fondo, los especialistas en neuromarketing saben muy bien lo que ella genera en nuestro subconsciente:El azul no es sólo visual; es, por encima de todo, experiencial.
Genera confianza, tranquilidad, calma.
Las grandes marcas como Facebook, Twitter, Ford, Volkswagen, IBM, Roche, BBVA y Carrefour la utilizan porque saben que el azul transmite confianza y lealtad.
Por otro lado, si pensamos en el tema nos damos cuenta de que las grandes compañías aéreas también usan ese color que reduce el estrés. Si hay algo que estas empresas necesitan es generar calma, bienestar y confianza en el cliente, por lo que este tono está presente en la mayoría de las compañías.
- Para concluir, no es necesario pintar nuestra casa entera de azul celeste para lograr un efecto de calma constante. Si hacemos esto, al fin y al cabo nos acostumbraremos y el cerebro experimentar una cierta sobrecarga en la percepción. La clave está en el equilibrio, en saber que cuando pasamos un día mal, no hay nada tan curador como dar un paseo en la playa o acostarse en un parque para dejar nuestra mirada en la inmensidad del cielo.
- El color que reduce el estrés siempre está a nuestro alcance, ya veces es suficiente volver la cara en busca de una ventana y simplemente desconectarnos y sumergirse en esta tonalidad mágica.