La palabra felicidad es una de las más utilizadas en el mundo. En la cultura actual, representa el mayor objetivo de muchas personas, pero no siempre ha sido así. En épocas pasadas, el propósito esencial tenía que ver con la virtud, con la descendencia o con la propiedad. En la era moderna, sin embargo, la paradoja de la felicidad asumió el papel principal.
La paradoja de la felicidad consiste en el hecho de que casi todos deseamos ser felices; sin embargo, si alguien pregunta lo que es felicidad, difícilmente conseguiremos definirla. Si vamos un poco más allá y nos preguntamos que queremos ser felices, lo más probable es que la respuesta sea un silencio o vacilación. Aparentemente, la respuesta sería obvia debido al objetivo deseado. Sin embargo ..."La alegría de la vida consiste en siempre tener algo para hacer, alguien para amar y algo para esperar".
-Thomas Chalmers-
Si queremos seguir complicando la vida, podríamos hacer una tercera pregunta: ¿cómo se alcanza la felicidad?
Hay muchas respuestas que pueden aparecer, de acuerdo con los deseos de cada uno. Hablamos sobre todo sobre realizaciones profesionales, éxito y plenitud en la pareja, pero sin definir de forma concreta cómo es esa felicidad que buscamos o lo que esperamos que suceda cuando la encontremos.Entonces, en suma, estamos en un momento en que casi todos buscamos la felicidad, pero la mayoría no sabe lo que es o por qué la quiere y sólo tiene pequeñas sospechas sobre el camino que debe ser seguido para alcanzarla. Esta es la gran paradoja de la felicidad.
La paradoja de la felicidad y la insatisfacción La doctora Iris B. Mauss, profesora de la Universidad de Denver , condujo dos estudiospara investigar el funcionamiento del tema de la felicidad en las personas. Los resultados de estos estudios son realmente desconcertantes y nos acercan a lo que es la paradoja de la felicidad.
En el primer estudio, ella realizó un análisis de tres aspectos:
El grado de importancia que cada persona daba a la felicidad;Las condiciones externas en que vivían los participantes, es decir, posición social y profesional, satisfacción de necesidades básicas, etc.La relación entre buenas condiciones externas y la sensación de felicidad.
El resultado fue que las personas que daban un enorme valor a la felicidad se sentían más insatisfechas, incluso si tenían excelentes condiciones externas en su vida. Por otro lado, aquellos que eran más neutros o no daban tanta importancia a la búsqueda de la felicidad se sentían más satisfechos; esto sucedía incluso si las circunstancias de vida de esas personas fueran más difíciles. Estas conclusiones muestran la esencia de la paradoja de la felicidad.
- La felicidad y la soledad
- En el segundo estudio realizado en la Universidad de Denver, se hizo algo similar al anterior. Sin embargo, en este caso no midieron la satisfacción, sino como aquellas personas que daban gran importancia a la felicidad y aquellas que no daban la soledad.
- El resultado fue similar al del primer estudio.
Los que perseguían intensamente la felicidad se sentían más solos, mientras que quien no daba tanta importancia a ese objetivo no experimentaba esa sensación. Es decir, no se sentían particularmente solos.La conclusión inicial a este respecto es que los que están ocupados buscando la felicidad se concentran excesivamente en sí mismos. Su búsqueda por conquistas y éxito rompe el vínculo con los demás. Esto fortalece el sentimiento de soledad. De nuevo, aquí podemos comprobar la paradoja de la felicidad.
Las coordenadas de la felicidad
A partir de estos estudios, podemos sacar conclusiones interesantes. La primera de ellas, y quizás la más importante, es que
las conquistas externas no son una fuente de felicidad como tal. Por eso muchas personas, cuando obtienen algo que deseaban mucho, sienten una incomodidad que les lleva a proponer a sí mismas una nueva meta, en un ciclo sin fin. Por lo tanto, la felicidad es un proceso realizado dentro de nosotros mismos. Una realidad que tiene que ver sólo parcialmente con realizaciones externas. Tal vez muchos busquen incansablemente esa felicidad con el deseo secreto de acabar con la insatisfacción "eterna" que los habita.Ellos no perciben que es dentro de ellos, y no fuera, que está el paraíso que buscan o el infierno de donde huyen.Por otro lado, los estudios permiten concluir que
la idealización del concepto de felicidad sólo trae frustración. Las personas que aceptan que lo que llamamos felicidad es sólo una parte de la vida son más leves y se sienten más satisfechas. Aquellas que aceptan que no se puede desear un estado permanente de felicidad, porque esa aspiración es precisamente la primera condición para que no exista. Esto nos ayuda a aceptar de forma más fácil la realidad tal como es y, por lo tanto, a sentirnos satisfechos con más frecuencia.Lo que llamamos vagamente de felicidad, ese sentimiento de alegría y satisfacción, es algo que sólo ocurre ocasionalmente. En cualquier caso,