La conciencia emocional es el despertar de la inteligencia emocional: es aquel primer paso dado donde identificamos y delimitamos la neblina detrás de nuestro humor para asumir el control y sentirnos más competentes en nuestras vidas. Hablamos sin duda de una habilidad que todos debemos desarrollar, de una herramienta de poder con la que seremos mejores gerentes de nuestras propias emociones.
Sin embargo, se debe decir que ese arte no es simple. La experiencia emocional es heterogénea, imprevisible y caótica a veces. Todos nosotros ya nos hemos visto en una posición similar, atrapados en un lugar donde lo único que conocemos es la incomodidad y, además, hay el costo que nuestra salud paga a causa de esa amalgama de sensaciones internas que, como espinas invisibles, nos rompen, nos boicotean y nos convergen en una sombra de nosotros mismos.
En verdad, hay muchas personas que vienen a la consulta de psicólogos y que comprueban su abatimiento expreso después de las frases clásicas de "nadie me entiende", "es como si yo cargara el peso del mundo en mi espalda, estoy exhausto" o "el" el único que hago todo el día es llorar ". Sin embargo, detrás de esas expresiones raramente es evidente una auténtica conciencia emocional, donde se puede identificar lo que está detrás de la tristeza, lo que se esconde detrás de esa fatiga persistente. El propio Daniel Goleman nos explica en libros como "La práctica de la inteligencia emocional" que asumir una práctica consciente de las propias emociones mejora nuestra adaptación a los problemas ya los desafíos de la vida cotidiana. Hacer una reflexión constante sobre lo que sentimos y lo que está detrás de nuestro humor afecta directamente nuestro bienestar. Además, nos proporciona estrategias adecuadas para lidiar con posibles depresiones y otros trastornos psicológicos. ¿Qué es la conciencia emocional y por qué la necesitamos?
Los esquimales tienen hasta 40 términos diferentes para definir la nieve: granizo, nieve gris, nieve fina, nieve compacta, lluvia de nieve con viento ... Aprender estas designaciones desde niños permite una mejor adaptación a un ambiente tan difícil y desafiante por naturaleza como el en que viven. Ahora, es posible que muchos encuentren sorprendente conocer algo realmente curioso y que a primera vista tiene poco que ver con los esquimales:
hasta 250 palabras fueron catalogadas para designar diferentes tipos de emociones y sentimientos.
¿Cuántas conocemos? Ellos nos enseñaron a usarlos, cuando los niños, en cualquier momento, para saber identificarlos y usarlos? Las emociones no son como la nieve que cae del cielo, nosotros sabemos. Ellas habitan nuestro interior, pero también provocan tormentas de nieve, también nos agarrar, nos sostienen y hasta nos aislan. Saber cómo identificarlas y nombrarlas también nos ayudará a sobrevivir mejor en nuestro entorno
, así como los niños esquimales hacen cuando aprenden esas 40 palabras de memoria para explicar cómo está la nieve cada mañana. Todos nosotros necesitamos, por lo tanto, desarrollar una conciencia emocional auténtica.Estos son algunos de los motivos que justifican esta premisa:
Reconocer mi humor y reflexionar sobre él para tomar mejores decisiones. Reconocer las emociones de otros para relacionarme mejor. La conciencia emocional también nos permite establecer límites, colocar filtros para atender a nuestras necesidades y, por tanto, invertir en el bienestar, la integridad y la calidad de vida.
- Esto nos ayuda a conocernos mejor.
- Los niveles de conciencia emocional
- Una de las mejores habilidades que podemos transmitir a nuestros hijos es la capacidad de adquirir una auténtica conciencia emocional.
- Para permitirles reflexionar sobre sus emociones desde una edad muy temprana, para nombrarlas y encaminarlas a su favor pues, sin duda, eso permitirá que sean más socialmente, e incluso académicamente, competentes.
Para entender mejor esta dimensión, ahora profundizamos los niveles que componen y que a su vez forman parte de la escala LEAS (Levels of Emotional Awareness) creada por los psicólogos Lane y Schwartz.
Reconozca la sensación. Toda emoción genera un impacto fisiológico que debe ser consciente. Puede haber, por ejemplo, un cambio en la frecuencia cardíaca, tensión en el estómago ...
¿Qué tipo de respuesta genera?
- Las emociones cumplen una función adaptativa, algunas nos invitan a la acción a causa de su gran poder energético. Vamos a identificar la orientación que la emoción da a su propia energía Identificar la emoción primaria.
- Toda sensación, todo estado psíquico, comienza a partir de una emoción primaria que puede ser identificada en el momento presente. ¿Siento rabia? ¿Estoy triste?Emociones detrás o combinadas con la emoción primaria.
- Este paso exige, sin duda, mayor profundidad, delicadeza y, por encima de todo, coraje. ¿La razón? Aceptar emociones negativas no es fácil. Detrás de una emoción primaria, hay un hilo entero de nosotros, un laberinto lleno de esquinas sombrías que usted tiene que saber cómo iluminar, reconocer y definir. A veces, después de la tristeza hay frustración, rabia y decepción. A veces, después de mi rabia es el demonio que es un dolor persistente por algo no alcanzado, algo perdido o no resuelto. Para terminar, como vemos, moldear y elevarnos como personas verdaderamente competentes en esas estrategias puede revertirse directamente y positivamente hacia nuestro bienestar.
- La conciencia emocional es la batuta para orquestar una vida más feliz, la brújula que nos llevará a un norte más satisfactorio , donde nos conocemos mejor y tenemos más control sobre nuestra realidad.
Vamos a poner esto en práctica. Referencias BibligráficasBisquerra, J. y Pérez, N. (2007). ). Habilidades emocionales Educación XXI, 10, 61-82.Rieffe, C., Villanueva L., Adrián, J. E. y Gómz, A. B. (2009). Quejas somáticas, humor y conciencia emocional en adolescentes. Psicothema, 3, 459-464Stegge, H. y Meerum Terwogt, M. (2007). Consciencia y regulación de la emoción en el desarrollo típico y no típico. En J. J. Gross (Ed.), Handbook of emotion regulation (págs. 269-286). Nueva York: Guilford Press.Lambie, J. y Marcel, A. J. (2002). Consciencia y las variedades de la experiencia emocional: un cuadro-marco. Psiquiatría Revisión, 109, 219-259.