Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza

El mundo romper su corazón de todas las formas imaginables. Esto es una garantía y no puedo explicarlo, como también la locura que llevo dentro de mí o la locura que llevan a los demás. La vida nunca es justa pero usted debe encarar los tomos y seguir adelante. Y cuando usted tenga el corazón roto tendrá que reconstruirlo y, no sólo eso, tendrá que confiar de nuevo y esta es la parte más difícil. A pesar de todo esto, aunque la vida traiga todas sus ilusiones, usted debe seguir soñando, sabe por qué? ¿Por qué si no creas ilusiones, porque si no soñas, porque si no amas, qué clase de vida vives? ¿De qué sirve la vida si no la estás aprovechando? No puede vivir con miedo a toda la vida. La vida es así: usted cae, se levanta y vuelve a caer. Pero si ni siquiera se mueve por temor caer, de hecho, ya se ha hundido.

El lado bueno de las cosas

Ya he cruzado con gente en la vida que no sabía construir con las piedras que encontraba en su camino. Al contrario, tropezaban o las cargaban sobre sus hombros. Yo mismo lo hice.En realidad, como dijo Benedetti, nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza.

En verdad yo creía lo contrario, que la felicidad era un camino de rosas sin espinas y no de piedras o de caminos imposibles. Pero me equivoco, y eso sólo empieza a entender cuando está preparado para ser feliz. La felicidad implica sufrir , es una condición extraña porque solamente el fuerte se resiste. ¿Qué ironía, no es así? La verdad es que no es tan raro pensar que la felicidad implica en la plenitud, que es un equilibrio emocional que también necesita la tristeza y los obstáculos.La tristeza también es importante

Por eso es que hoy estoy convencida de que es necesario la tristeza y el dolor para hacer todo lo que me proponga. Es un pecado no aprovechar el esfuerzo que implica recomponerse después de una caída.

No voy a mentir, no siempre me levante tan fácilmente después de un tajo, y creo que es la cosa más natural del mundo.

Es justamente en la derrota que más aprendí, porque verme envuelto en la oscuridad me hizo percibir que vale la pena levantarse, aunque la tempestad haya sido devastadora. Al final de cuentas, no puede ver el arco iris sin un poco de lluvia.

Creo que el hecho de haber comprendido eso me hace una persona afortunada, y sin duda la vida me ha tratado con consideración dándome sus lecciones. Es decir, llegué a la conclusión de que en nuestro camino tanto lo bueno y lo malo andan juntos. Y eso no es nada negativo, y sí necesario. De hecho, las cosas más maravillosas del mundo están pautadas por esa dureza: con la vida llega la muerte, y con ella una despedida. El amor se protege de locura, pero el desamor puede ganar la batalla y los momentos más maravillosos también terminan. Es justamente esto lo que los hace especiales.

Es necesario estar atento a las señales para poder ver cuando la vida nos regala con nuestro momento. Y si creemos que debemos ver o hacer algo, sintamos la necesidad de seguir buscando la mejor forma de hacerlo. Nunca dejes de hacer algo por miedo a perder. Recuerde que en la felicidad también hay tristeza y que eso no es un precio a pagar, sino algo que tenemos que compensar.Si caigamos, que sea porque estamos caminando por nuevos caminos.