Sofrer una desilusión es difícil, pero nos aleja del lugar equivocado

Hay épocas así, aquellas en que una persona parece sufrir una desilusión detrás de la otra, vivir a los trancos a barrancos para, al final, abrir los ojos y descubrir que habitaba una isla extraña rodeada por falsos afectos, personas con fondos falsos y sentimientos equivocado. Es entonces que recogemos los pedazos de nuestro corazón para avanzar sin mirar hacia atrás, con dignidad graciosa y determinación firme.

Dicen los especialistas de la psicología del deporte que cualquier atleta debe aprender desde muy temprano a lidiar con la desilusión.En cualquier deporte de competición siempre habrá un ganador y un perdedor. Los atletas siempre van a experimentar momentos de mayor o menor rendimiento, así como lesiones y acontecimientos ajenos a la propia preparación o rendimiento que pueden vetar el poder de participar en una competición, una prueba o una partida.

"Si estamos tranquilos y preparados, deberíamos poder encontrar una compensación en cada desilusión." -Henry David Thoreau-

En el juego de la vida sucede lo mismo. Sin embargo, la mayoría de nosotros aprendemos desde temprano la idea de que si alguien se esfuerza, el éxito está garantizado y que si usted cuida bien a las personas que ama, ellas responderán del mismo modo. Casi nadie nos quiso revelar queen el cuadrilátero de la vida real, dos más dos no siempre es cuatro, que los días grises son más comunes que los azules, y que las personas son falibles, contradictorias e imperfectas.

Digerir las desilusiones cotidianas no es tarea fácil. Sin embargo, y como curiosidad, cabe decir que la desilusión es la tercera emoción más experimentada por el ser humano después del amor y del arrepentimiento, y por lo tanto debemos aprender a reconocerla, a asumirla ya afrontarla.A continuación te explicamos como.La desilusión es una parte obligada de la vida?No, no siempre

No faltan personas con aire paternalista para comentar que "sufrir una desilusión en la vida es algo necesario. Porque sentirnos decepcionados nos permitirá obtener la motivación necesaria para crecer ". Bueno, ese tipo de frases se quedan bonitas en nuestros murales de las redes sociales, sin embargo, es necesario aclararlas y analizarlas en detalle. En primer lugar,

nadie está obligado a sufrir una desilusión desoladora para "saber lo que es la vida". Estamos ante una dimensión que debemos aprender a gestionar lo más rápido posible para que no suceda más de lo necesario. Por su parte, las decepciones siempre serán mejores en dosis pequeñas y en tamaños manejables. Es así que una persona aprende de verdad a lidiar con ellas ya canalizarlas para obtener un aprendizaje adecuado. Por su parte, es importante reiterar la necesidad de saber enfrentar la desilusión cotidiana para evitar que tarde o temprano suceda una de mayores dimensiones, para no quedar atrapados en el canto del dilema, en el agujero del dolor y en el bosque de la desesperación. Decimos esto por una razón muy concreta:la pequeña decepción no expresada se transforma en el asesino silencioso de toda relación.

Vamos a pensar en ello por un momento: hay quien opte por callar aquel pequeño desprecio del compañero que, casi sin saber cómo, al final se transforma en una práctica cotidiana.Decimos también que no es nada si nuestro amigo se ha olvidado que hoy recibiremos los resultados de unos exámenes médicos importantes. Por su parte, también decidimos guardar silencio cuando nuestra familia ironiza en voz alta sobre el proyecto "absurdo" con que tanto soñamos.

Evitamos expresar en voz alta muchas de las desilusiones sentidas por miedo a ofender a los demás, por miedo a romper ese vínculo que nos une a ellos ... Sin embargo,olvidamos que los principales ofendidos somos nosotros y que quien guarda una desilusión detrás de la otra para sí acaba sofocando. Al final, levantamos un día con la conciencia de que todo lo que nos rodea es un error.

Vamos a reaccionar antes y aprender a reaccionar a tiempo.Llaves para superar la decepción después de sufrir una desilusiónUna desilusión es mucho más que una expectativa insatisfecta.

Es el rompimiento de una certeza, es un vínculo que pierde su fuerza, es un vendaval de aire frío que nos abre los ojos y que, a veces, hasta coloca una muralla en nuestro corazón. Sin embargo, si existe una razón por la que una decepción duele tanto, es porque experimentamos tal responsabilidad y tal aburrimiento en relación a nosotros mismos: ¿cómo pudimos haber tomado tantas cosas como ciertas?¿Cómo pudimos confiar tanto y construir tantos castillos, siendo que lo que había debajo eran arenas movedizas?Proponemos reflexionar sobre estas claves para gestionar mucho mejor estas situaciones."La desilusión precoz de una esperanza deja una cicatriz que se ilumina cuando la esperanza se cumple."

-Thomas Hardy-

Deshacer el nudo de las decepcionesUno de los primeros aspectos que debemos evitar es practicar lo que se conoce como "sesgo retrospectivo ". Hablamos, por supuesto, sobre esta tendencia de creer, después de conocer los resultados, que podríamos haber previsto todo. Hay cosas que no pueden ser previstas, no tenemos una bola de cristal con la que podemos ver cómo ciertas personas van a reaccionar. Por eso, lo mejor es aceptar lo que ha sucedido y evitar responsabilizarnos o proyectar toda la responsabilidad sobre nosotros mismos.

El segundo aspecto importante tiene que ver con lo que comentamos anteriormente. Debemos ser capaces de reaccionar ante las pequeñas decepciones antes de que se transformen en verdaderas torturadoras, aquellas que dejan nuestra autoestima allá en el fondo del pozo.

Recuerde siempre hablar de lo que te molesta "cuando te incomoda, y no cuando ya sea tarde". El tercer y último punto que deberíamos aplicar en nuestro día a día es la capacidad de tener perspectiva. Debemos entender que todos somos falibles, incluso nosotros mismos. Todos tenemos el poder de engañar y desilusionar, por lo tanto, todos estamos sujetos a esta rueda gigante donde a veces se gana y otras se pierde,

donde los lugares ciertos a los pocos ya no son más ciertos y hay que reciclarse, cambiar el mapa de la carretera, las personas y hasta los objetivos.

A veces, el sufrimiento de una desilusión es poco más que un mecanismo extraño en el que la vida nos dice que tiene algo mucho mejor reservado para nosotros ...