CompartirEn una relación, la intimidad es algo fundamental. Aunque algunos pueden pensar que esta palabra se limita al contexto sexual, ella también implica otras cuestiones tales como la confianza, la complicidad o el hecho de saber bien lo que el otro quiere. En esta oportunidad, nos centraremos un poco en la rutina sexual, la que ocurre debajo de las sábanas (o en cualquier lugar de la casa, ya que sabemos que para la pasión no hay lugar ni horarios).
Si quiere mejorar la intimidad con su pareja, tal vez sea el momento de hacer un pequeño esfuerzo para lograrlo. Recuerde que, como primera condición "sin equa non", ambos deben estar de acuerdo en que los cambios son necesarios para que la relación mejore. Si uno de los dos, en algún momento, no siente deseo, está muy cansado, o en este día prefiere hacer otra cosa, tal vez usted tenga que esperar hasta que los dos se encuentren en verdadera sintonía.
La intimidad en el sexo implica varias cuestiones, desde el placer y las sensaciones del otro hasta la manera en que nos sentimos en el momento. Esto no tiene que ver con lo que las mujeres o los hombres más les gusta, sino con encontrar un punto de equilibrio donde las dos personas se sienten bien. Para mejorar la intimidad de la pareja, uno de los pasos indiscutibles es prestar atención a lo que se siente y, al mismo tiempo, ocuparse de lo que el otro está experimentando. ¿Piensas que es imposible? ¡Claro que no!
Mejorar la intimidad con su pareja
Aunque podríamos decir que una cosa es hacer el amor y otra es hacer sexo, sabemos que también es bueno alternar entre la pasión y la novela. Esto hace muy bien a la pareja y mejora la experiencia íntima.El contacto visual durante el encuentro sexual es importante para aumentar el nivel de complicidad y también para saber lo que está pasando con el otro
. Si cierres los ojos para sentir más placer perderás algo vital: observar a tu pareja. No se trata de hacer esto siempre, sino de encontrar un equilibrio.
Recuerde que el sexo es la manera perfecta para conectarse con la persona que elegimos.
Tal vez en estos momentos el tacto sea el sentido más importante, pero hay otros
, como la visión, la audición, el olfato e incluso el paladar. Todos ellos en ciertos momentos pueden dar un extra de excitación y placer que nunca habíamos experimentado hasta entonces.La intimidad no surge sólo cuando tenemos relaciones sexuales, pero también cuando tenemos que hablar de sexo
. Si hablamos de otras cosas con nuestro socio, ¿por qué no hablar de sexo?
Nadie tiene el poder de leer la mente de nadie y hay cosas que, si no se colocan en palabras, nunca serán comunicadas. Así, en muchas ocasiones nuestro socio quedaría encantado de darnos placer, pero no fuimos capaces de crear la riqueza de intimidad para que fuera posible tal comunicación. No es una pena? Por otro lado, algunas personas tienen más vergüenza de mirar en los ojos, en la intimidad, que de quitarse la ropa;es como si de esta manera ellas se sienten verdaderamente expuestas y frágiles
. Una fragilidad que, por alguna razón, les causa temor. Vencer esa sensación puede dar lugar a una comunicación maravillosa y, por extensión, su pareja podrá darle aún más placer de lo que usted imaginaba. Muchas veces, sin querer, somos nosotros mismos los que ponemos corrientes en nuestro propio placer.Compartir
Ya que estamos hablando de miedos y de inseguridades, una de las maneras de aumentar la intimidad con nuestro compañero es permitir que él o ella "nos vea". Especialmente las mujeres, que son las que tienen más complejos en cuanto a su cuerpo y no quieren dejar la luz encendida o elegir ciertas posiciones en las que se sienten más vulnerables.Así como en otros aspectos de la relación es necesario un crecimiento para que algo se desarrolle plenamente, en el ámbito sexual no podría ser diferente.
Este crecimiento pasa por la intimidad que, a su vez, pasa por la confianza.
Una confianza que, como un buen plato, necesita tiempo para ser preparado, y no siempre disponemos de este tiempo en nuestras agendas. Es una inversión que a menudo menospreciamos o esperamos que se produzca naturalmente, cuando en realidad es imposible que algo suceda cuando es la última de nuestras prioridades.El hecho es queno hay nada malo con el hecho de planear los momentos de intimidad
. Esto debe ser así cuando somos conscientes de que, temporalmente, no damos lugar para que esto surja espontáneamente.
Lo mejor de todo es que eso repercutir en su día a día, ya que, como comenté antes, la intimidad de la pareja no surge simplemente del contacto sexual, sino también en el acto de conocerse, saber lo que el otro desea, dar placer y dejar que él haga lo mismo, así como buscar (y encontrar) lo que a ambos les gusta.