El pensamiento más consensuado en los últimos años ha enfatizado el uso de la razón sobre las emociones. Así, fuimos educados a dar poca importancia a la emoción ya su expresión.Las personas tienden a moldear su expresión emocional a los patrones socialmente aceptados, lo que puede implicar reprimir o negar ciertas emociones.Algunas emociones han sido catalogadas socialmente como negativas, tales como la rabia, la tristeza, el dolor o el miedo. Un ejemplo de esto se puede encontrar en frases que todos escuchamos desde nuestra infancia hasta ahora, que se transmiten culturalmente y que pasan a formar parte de nuestros pensamientos más profundos.
Es común escuchar expresiones como "si vienes tú llorando van a pensar que eres débil", "si te ven con rabia van a pensar que eres un amargado", "control, no llore", "los hombres no lloran", etcétera Estos pensamientos se convierten en dogmas y distorsionan la expresión de nuestros propios sentimientos, creando así predisposiciones para algunas enfermedades físicas, entre ellas las enfermedades hepáticas. "Si usted cierra su corazón a los sentimientos, está dejando fuera la verdad."-Vivaracho-
La represión emocional perjudica nuestra salud física
Negar o reprimir emociones culturalmente sesgadas como el miedo, la tristeza o la rabia no hará con que ellas desaparecer, por más que coloquemos arena por encima de ellas. Cuando reprimimos las emociones, negándoles su expresión, el efecto de expresión y de movimiento que es inhibido es canalizado hacia nuestro interior.
Así, por ejemplo, cuando reprimimos la rabia o el miedo, la tensión muscular que deberíamos experimentar en los músculos orientados hacia nuestro exterior, involucrados en la respuesta típica de fuga o ataque, es redirigida hacia adentro, transfiriendo esa carga a los músculos y órganos internos.
A largo plazo,la tensión que acompaña a las emociones que se han inhibido acaba siendo expresada a través de otras formas, como contracciones o rigidez muscular, dolores en el cuello y la espalda, enfermedades gástricas, dolores de cabeza y, por supuesto, enfermedades hepáticas .
El doctor
Colbert apuntó que las emociones que quedan atrapadas dentro de la persona buscan resolución y expresión.Esto forma parte de la naturaleza de las emociones, pues deben ser sentidas y expresadas.Controlar las emociones es una experiencia un poco ilusoria en ciertas circunstancias y con resultados muy engañosos.
Detrás de la fachada del control que la persona arma, se mantiene un equilibrio muy precario, ya que intentar controlar sólo alcanzar una transformación transitoria de la conducta externa, pues tarde o temprano las emociones reprimidas van a necesitar salir. "Reprimir los sentimientos no nos hace más fuertes, nos hace más vulnerables ante las adversidades".
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El hígado desempeña un papel primordial en todas las funciones vitales:no sólo filtra y elimina los desechos, pero también se ocupa de neutralizar venenos, toxinas, microbios y sustancias cancerígenas. En cuanto a este órgano se ve afectado, él desencadenará varias patologías dentro y fuera del hígado, afectando también a otros órganos.