Los pactos de silencio son acuerdos que, en general, ni siquiera ocurren explícitamente. Implican un compromiso de callarse ante un determinado tema o determinados acontecimientos, o determinadas personas. De la hipótesis de que hablar puede traer consecuencias desastrosas.
Lo común es que estos pactos de silencio giren alrededor de un tema caracterizado como tabú. El tabú implica algunas creencias. En este caso, la creencia de que se debe evitar hablar sobre determinado tema, por las consecuencias en términos de ruptura con lo sagrado. O con un principio social muy sólido. O tal vez con algún valor muy respetado.
"A veces, el silencio es la peor mentira."
- Miguel de Unamuno -
En toda familia hay asuntos que son difíciles de discutir; una muerte trágica, el suicidio de alguien, un embarazo fuera de la boda, etc. Sin embargo, una cosa es tener dificultad para hablar sobre determinado asunto, y otra muy diferente es sellar pactos de silencio.
Esto se hace sólo cuando las consecuencias van más allá de una simple vergüenza o molestia.
Los pactos de silencio y las transgresiones
Dicen por ahí que "no se habla de lo que no existe. Esta es la lógica que parece predominante en los pactos de silencio. Se calienta para fingir que los hechos nunca sucedieron. Y, como el fingimiento es colectivo, es más fácil expulsar lo que sucedió de la conciencia. Hay, además, dos grandes grupos de asuntos que gravitan sobre los pactos de silencio en el ambiente familiar y también en el plano social. Uno de ellos son los crímenes y el otro es todo relacionado con la sexualidad.
Tanto como el otro, eventualmente, tienen serias consecuencias en la psique de los involucrados. A veces puede haber, también, implicaciones legales. De esa manera, los temas sobre los que nos callamos tienen que ver con robos, asesinatos o con una trayectoria criminal. Eso, por un lado. Por otro lado, se refieren también a relaciones sexuales prohibidas. Entran aquí los incestos, abusos sexuales, relaciones homosexuales y asuntos similares. Todos ellos son asuntos que podrían partir en dos la historia de una familia. El peso del silencio Los pactos de silencio muchas veces involucra a varias generaciones. La generación en la cual los hechos ocurren prohíbe el asunto, y esa prohibición es heredada.
Es común perder el sentido de la verdad en el transcurso del tiempo, y lo que queda es el peso del silencio sobre este algo terrible. Calar da una connotación más terrible aún al asunto.
El silencio es una forma de reprimir, de encapsular, de contener de forma forzada. Sin embargo, como tanto enfatiza el psicoanálisis, toda represión retorna.
Calar sobre algo nunca es un éxito. Siempre hay una grieta por la cual la verdad escapa y llega a ejercer una gran influencia. Las marcas de lo que no se ha dicho siempre quedan presentes de alguna forma. En la forma de sentir, de actuar, de pensar, etc. Los silencios se transforman en fobias o enfermedades, o en culpas mudas y atmósferas extrañas.
El silencio pesa, incluso, en quien no forma parte de los pactos de silencio familiar. Los efectos de los pactos de silencio Rechazarse a hablar sobre el asunto tiene consecuencias imprevisibles. En el principio se trata de una verdad confidencial que da lugar, en la mayoría de las veces, a un trauma. Y los traumas dan apertura a un interminable ciclo de repeticiones. Por eso no es tan difícil encontrar familias en las que, por ejemplo, se ha producido un abuso sexual del que todos tienen conocimiento, pero del que nunca se ha hablado;
es común que experiencias similares ocurran en otras generaciones. Lo mismo ocurre con todos los actos prohibidos.
Sin darse cuenta, la gente se educa unas a otras para que carguen una culpa silenciosa,
o para que se castiguen. Eso es algo que les escapa del control, porque está en su inconsciente. La culpa, el dolor, la fuerza de lo ocurrido no es simplemente disipada a través de estos pactos. Al contrário; ganan vida, se transforman en un fantasma nunca visto, pero que está siempre presente y que acompaña a muchas familias. El silencio se enferma y la palabra cura.
La única manera de exorcizar los fantasmas de un acontecimiento abominante es hablar de él. Esto evita que muchas familias causen un profundo malestar en los que están viviendo en el presente y también en los que vendrán en el futuro. Elimine ese extrañamiento, encálelo de frente para que la vida deje de ser tan pesada.