Arthur Schopenhauer fue un brillante filósofo alemán, profundamente ingenioso y con gran influencia durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Él se caracterizó por una posición nítidamente pesimista ante el mundo y la vida, lo que fue reflejado en su principal obra "El mundo como voluntad y representación". El gran realismo y la profundidad de su pensamiento le impedían ver "el mundo colorido". Sin embargo, Schopenhauer escribió un ensayo con 50 reglas para alcanzar la felicidad. La "felicidad" es uno de esos conceptos imprecisos sobre los cuales el hombre, a lo largo de su historia, nunca entró en acuerdo.
Compartimos la idea de que este es un sentimiento de plenitud y alegría, pero cada persona llega a ese estado por razones diferentes. En realidad, muchas personas afirman que ni siquiera es un estado como tal, sino una percepción pasajera.
Schopenhauer desarrolló un concepto de felicidad que tenía por fundamento la prudencia y la ética . Dentro de su pensamiento la felicidad tiene más que ver con la paz interior que con el júbilo y la alegría. De sus cincuenta reglas para la felicidad, seleccionamos 10 que pueden ser enriquecedoras para usted.
Evitar la envidia, norma básica del pensamiento de SchopenhauerLa envidia es una fuerza muy negativa que puede apoderarse de nuestro corazón
y bloquear nuestra alegría de vivir. ¿Quién está más enfocado en lo que los demás hacen o sienten descuida la tarea de construir su propia felicidad.
Desapegarse de los resultados Se trata simplemente de poner todo nuestro empeño en lo que hacemos, ya que es lo único que depende sólo de cada uno de nosotros. Debe estar satisfecho de haberlo hecho bien. El resto no tiene importancia.
Permitir la alegría
Muchas personas llegan a experimentar cierta extrañeza y hasta se sienten culpables cuando están alegres . Esto ocurre porque otras personas sufren o por el hecho de que algunas personas consideren el sufrimiento más loable que la alegría. Es importante desprendernos de esas ideales y ser capaces de experimentar la alegría sin ningún cuestionamiento.Controlar las fantasías
Goya solía decir que "la imaginación produce monstruos".
Tanto con nuestros temores, como con nuestras ambiciones, solemos dejar la fantasía crear alas. Por eso, terminamos viendo peligros mayores de los que realmente existen o éxitos gigantes que, en todo caso, no pasan de simples sueños.
Evitar la infelicidad
Aunque parezca obvio, no todas las personas evitan la tristeza. En realidad, algunas personas buscan por ella y, por supuesto, la encuentran. Para Schopenhauer, el más sano es evitar o erradicar todas aquellas situaciones que pueden generar infelicidad , porque en esencia no valen la pena y sólo son la fuente de nuevas dificultades.Valorar lo que tienes
Cada día deberíamos despertar y pensar en todo lo que tenemos que agradecer. Comenzando por un día más de vida, por un techo, una cama y una conciencia para valorar lo que tenemos y que muchos otros no poseen.
Emprender y aprender Tener planes y proyectos genera una dosis importante de entusiasmo en la vida. No importa que ese proyecto sea simplemente cultivar una planta o hacer una comida deliciosa: esos pequeños emprendimientos son un tesoro. De la misma manera, el aprendizaje siempre nos permite sentir que estamos creciendo y evolucionando.
Cuidar la salud
La enfermedad cambia completamente nuestra perspectiva ante la vida. Quien sufrió con los rigores del dolor, de la incomodidad o de la limitación lo sabe muy bien.La salud es un verdadero tesoro del que debemos cuidar para poder aprovechar todo lo demás.
Tener compasión por nosotros mismos. La primera forma de bondad debe ser dirigida a nosotros mismos, defiende Schopenhauer. Es importante evaluarnos, reconocer los errores y aprender de ellos. Lo que no debemos hacer es nos flagelar, criticar demasiado a nosotros mismos o apuntar de manera rígida lo que hacemos. Al final, eso no sirve para nada.
Prepararse para el paso del tiempoCuando somos jóvenes es como si la vejez fuera algo que sucede con los demás, nunca con nosotros mismos. Esta fantasía nos lleva a vivir sin prepararnos para ese futuro donde el peso de los años introduce nuevas limitaciones y nuevas vulnerabilidades.