La distimia se caracteriza por el vacío incomprensible de la depresión, donde el dolor se expresa en toda su magnitud. Sin embargo, muchas personas viven la realidad de este trastorno presas a un pesar que no comprenden, a una tristeza que abraza y ahoga día a día sin entender muy bien la razón. Mal humor, cansancio, malestar, apatía. ¿Qué pasa? La persona va al médico y éste le receta algún complemento vitamínico; no se puede hacer más que esto, pues en las consultas de clasificación
pocas veces es posible diagnosticar la distimia correctamente y luego de cara. Ella no tiene todos los patrones fácilmente identificables de una depresión, ya que es una condición diferente. Se trata de un trastorno sibilino que nos corroe por, nos desconecta y nos aísla.El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales ya ha sustituido el término "distimia" por una etiqueta un poco más compleja y mejor definida, que es el "trastorno depresivo persistente".
Aunque el nombre nos dé una pista de toda su dimensión, cabe decir que hasta hoy aún no están claros los factores que la desencadenan, aunque pueda haber un patrón genético y bioquímico. La vida con distimia, ese enemigo invisibleLlama la atención el hecho de que hoy en día son muchas las personas a padecer de este trastorno depresivo permanente, o de la antigua distimia, sin saberlo. La razón es que
su sintomatología no suele ser tan incapacitante como una depresión, por ejemplo.
La persona puede ser "funcional" mientras esa tristeza se ata en los hombros y oprime el corazón y la mente. La persona tal vez pueda ir a trabajar y establecer algunas relaciones más o menos aceptables, sin embargo, algo falla. La persona sabe que hay piezas en su interior que no encajan como deberían. Que la vida te duele
como si alguien se enfureciera con ella de un modo invisible.¿De dónde viene esa apatía, esa desesperación, ese cansancio insoportable?
Hay días en que la persona siente una rabia indefinible sin saber de dónde viene, semanas en que sólo se quiere dormir y huir de las personas. En otros momentos la persona es tan crítica consigo misma que no logra ni siquiera soportar ver su propia imagen reflejada en un espejo. La persona cuesta a tomar decisiones y se convierte en uno de esos amigos melancólicos con los que todos ya se han acostumbrado, porque la verdad es que ya lleva mucho tiempo así, sintiendo esos dolores del alma. De hecho, se sabe que
es más común que la distimia afecte a las mujeres que los hombres , y que en general estos sentimientos suelen ser más evidentes a partir de los 21 años.Otro dato importante es que la distimia no diagnosticada y no tratada puede causar una depresión severa si, en algún momento de la vida, la persona sufre un episodio de estrés o ansiedad. La carga emocional puede ser un detonador realmente peligroso, donde pueden aparecer los intentos de suicidio. Por lo tanto, no se puede ignorar.¿Cómo enfrentar la distimia?
La distimia es un trastorno afectivo de carácter depresivo crónico , por lo que será necesario un tratamiento farmacológico combinado con terapia psicológica. ¿Es posible superarla?
Muchas personas logran hacerlo, pero
por tratarse de algo crónico el objetivo está en "controlar" las emociones negativas para poder tener una buena calidad de vida. Y eso sí puede ser alcanzado. Tenga en mente los siguientes aspectos:1. Si en su familia existen parientes cercanos que sufren de distimia,
existe una gran probabilidad de que usted también sea afectado. Aunque la costumbre se manifiesta a partir de los 21 años, es importante que toda la familia esté atenta a su sintomatología, al posible aislamiento de los jóvenes, a su autoestima, su motivación ...2. Tenga en cuenta que estas emociones negativas serán persistentes y van a querer apropiarse de su voluntad. En este caso, la bioquímica de su cerebro será el detonante de su tristeza, así que mire a su alrededor y comprenda que, realmente, no hay motivo para desesperarse, para molestar, para tener miedo. 3. Sorprenda con la vida y con usted mismo. Los pasatiempos son siempre muy importantes, nos dan pasión y nos marcan rutinas. Tener hábitos en el día a día que lo obligan a relacionarse, a salir de casa, es algo muy importante. Se relacione, camine, pasee, perciba, respire, ríe, escriba, se involucra en sensaciones positivas y cauterice esa pena que la distimia suele "inflamar" en sus víctimas. No se permita ser una de ellas.
Imagen cortesía de: Cristian Schloe