Aquellos que amamos no mueren, sólo parten antes de nosotros

Hoy desperté más temprano que lo habitual, abrí la ventana, estaba neblina y el sol acechaba por entre dos nubes que daban las manos y amparaban aquel brillo avergonzado ... Me siento tan sin rumbo: Ves esa vieja chaqueta negra, caliente y que aún tenía tu perfume clavado, desde la última vez que comparte contigo aquella noche helada, que nuestros cuerpos y nuestras almas se transformaron en una noche tórrida de invierno!

Donde la lluvia que se oía allá afuera se confundía con nuestros gemidos y nuestras carcajadas! Y tu perfume se mezcla con mi siempre que uso esta chaqueta y sabes, te mudo siempre en usarlo por la mañana, así acuerdo más inspirado y confortado sólo de pensar que un día, existimos, simplemente ya existimos.

¿Existía con tanta intensidad que nada más interesaba

Las horas volvían minutos, las noches se volvían días y sólo nuestro mundo existía? Te acuerdas cuando llamas a la mitad de la noche sólo para que te abra la puerta, decías que no podías dormir sin darme un beso de buena noche primero. ¿Y cuántas veces me quedé despierto, esperando que el teléfono tocase y que me pidiera que te abrir la puerta? ¿Cuántas veces deseé tu beso mojado y cargado de tanto fuego, pero de una ternura única.

¿Y sabes qué hace de ti una mujer tan especial? ¿Sabes lo que hace de ti, aquella mujer especial? ¡Es que tu fuego se confunde y se mezcla con una ternura y una dulzura completamente antagónicas, pero de una perfección extraordinaria! Me he embrujado siempre que decías que me querías más que nunca, pero con esa dulzura en la mirada! Tantas veces te llamé de loca, pues me haces cosas que jamás imaginé. Salir de casa en plena madrugada sólo para coger la lluvia en la cara y caminar al gusto del viento de mano contigo. Y lo peor de todo es que no te conseguía decir que no. Éramos uno solo, dos almas que se unieron, completar y equilibrar.

Todo lo que uno no tenía, el otro conseguía tener en doble! ¡Qué simbiosis perfecta siempre que compartimos la manta que estaba en el sofá de tu casa y que tantos secretos guarda consigo! Y tantas veces nuestro cómplice tiene consigo risas, lágrimas, amor, desamor, desilusiones, victorias ... ¿La tengo guardada hasta hoy, crees? Y duerme conmigo y siempre que me siento más inseguro, me enrosco en ella, me sabe a ti, me conoce a nosotros. Me protege, me refugia, como tú, sólo tú lo sabías hacer. ¿Sabes aquel poder que siempre has tenido sobre mí? Tus manos parecían algodón siempre que tocaban mi cuerpo ansioso de tu, ansioso de ti. Sabes de aquella vez que quisiste ir a la playa el viernes por la noche y que hicimos amor entre las olas y que me hiciste contar hasta 7, porque era en la séptima ola del mar que querías lanzar la rosa que te ofrecí en la calle, cuando encontramos eso señor indio a vender rosas a 5 euros?

El poder de nuestro amor vencía todas aquellas vicisitudes que se atravesaban en el camino, tantas noches que no podía dormir porque tú no estabas, tenía miedos, miedos que sólo tú entendías y tan bien conocías mi mente.

¡Nadie nunca me conoció como tú!¡Eres la que elegí para acompañarme en este recorrido que es la vida! ¿Crees que es eso?

¿Sabes la falta que me haces? ¿Tienes idea de lo que es adormecer sin un amor y un duerme bien antes de apagar la luz? ¿No lo haces? ¡Pero debías! No puedo aceptar que te haya dejado ir, no puedo aceptar que me has abandonado de esta manera atroz! Aquellos que amamos no mueren Ya no te tengo, ya no nos tenemos.

Fóste de una forma repentina e injusta, sé que tengo que aceptar este triste desenlace para una historia casi perfecta! ¿Es hoy? Decidí escribirte, decidí echar fuera la manta de los recuerdos, decidí nunca más vestir esa vieja chaqueta, decidí recordarme de ti, como mi mejor recuerdo, como mi única verdadera historia de amor y de locura.

Y hoy, mi amor, llanto todas las lágrimas sobre nuestra fotografía en las últimas vacaciones de verano y tratar de consolar mi dolor en tu mirada dulce y sonrisa tierno, pero cuyo pelo rebelde tocado por el viento me hace tanto querer tenerte en mí ¡otra vez! Hoy estás ahí arriba y me miras entre ese sol avergonzado, que afortunados son todos los que tienen el don de tu compañía.

Apuesto que por la noche llamas a alguien para dar una vista de ojos a la otra parte del cielo, aquella menos angelical, menos celestial. ¿Juguetes con el fuego, no juegas? ¡Es en ese momento que me siento poseído por una voluntad enorme de ti! Pero hoy, voy a dejarte ir de una vez. Voy a tenerte en mí siempre, voy a tener en mí hasta que la muerte me lleve a ti y que podamos dar un abrazo envuelto en silencio y quedarnos allí en nuestra eternidad! Porque hoy puedo percibir que aquellos que amamos no mueren, sólo parten antes que nosotros. ¿Y tú? ¡Partiste antes de mí, pero sigas en mí!

Ps. Te amo. Duerme bien