Hace algún tiempo, las empresas sufrían con la plaga del absentismo en el trabajo. Muchos empleados no cumplían con sus horarios de trabajo, llegando tarde o, incluso, ausentes con regularidad. Esta práctica, que en los últimos años ha dejado pérdidas preocupantes, ha encontrado una sustitución. Como contrapunto, comenzó a surgir una nueva tendencia que es, incluso, peor que la anterior: el presentismo en el trabajo.
Muchos trabajadores hace algún tiempo vienen reclamando de las dificultades de conciliar la vida profesional con la personal. Llevar a los niños en la escuela o cuidar a familiares enfermos son tareas prioritarias que deben tenerse en cuenta.
En el caso del presentismo en el trabajo, los puntos comunes con el absentismo son varios. La falta de motivación, la frustración y la mala relación entre los empleados son rasgos bastante asociados a este problema. La gran diferencia entre ambos es que en el presentismo en el trabajo, el trabajador cumple con los horarios de trabajo. El verdadero problema es que pasa parte de ese tiempo realizando tareas no relacionadas con su cargo.
¿Qué causa el presentismo en el trabajo?
El presentismo en el trabajo surgió instigado por la o asociado con la crisis económica. El miedo a perder el empleo hace que muchos trabajadores desmotivados decidan no faltar, aunque eso implique tediosas jornadas de frustración y aburrimiento. Muchos de ellos prolongan las pausas de la comida o de las salidas para fumar, usan internet para fines no profesionales, leen o incluso juegan videojuego.
Frente a estas situaciones, las empresas prefieren establecer horarios más estrictos y sanciones ejemplares en vez de parar para reflejar. El presentismo en el trabajo no afecta sólo la productividad de la empresa, sino también la propia salud de los trabajadores. La desmotivación y la ausencia de objetivos puede provocar una desilusión con el empleo. Este hecho puede convertirse en la causa fundamental de una depresión. Lo mismo sucede con los empleados que van a trabajar cuando están enfermos
.Exponer a sus compañeros de trabajo a problemas de salud, además de poco útil, es peligroso. "Las grandes conquistas de cualquier persona generalmente dependen de muchas manos, corazones y mentes."
-Walt Disney-
Desafortunadamente, por otro lado, existen algunas empresas que obligan a sus empleados a realizar horas extras no remuneradas
a cambio de no ser despedido. Este comportamiento es vergonzoso y bastante cuestionable, pero el propio trabajador lo acepta por miedo a las represalias. Por lo tanto, estamos frente a situaciones en las que prevalece el beneficio poco ético en lugar de intentar buscar alternativas que optimicen el tiempo y el rendimiento de todos. ¿El presentismo en el trabajo tiene reparación? El presentismo en el trabajo, o por lo menos una buena parte de él, tiene solución.
Sin embargo, la solución difícilmente pasa por aplicar sanciones o una política rígida de horarios. Por el contrario, va a crear más estrés, ansiedad y desmotivación en los trabajadores, que van a intentar continuar "en la sordina" con otros tipos de artimañas. Además, las empresas que aplican este tipo de medidas corren el riesgo de castigar sin razón a las personas que están motivadas, dificultando de alguna manera su trabajo.
Por el contrario, medidas concretas, como aquellas enfocadas en reforzar la retroalimentación que el trabajador recibe, pueden tener efectos mucho más positivos que las medidas de castigo o de restricción .
Hablamos de reconocimiento social, reconocimiento grupal y reconocimiento individual. Si el trabajador siente que los demás dan valor para el producto de su trabajo, que la empresa está atenta a su rendimiento siempre, y no sólo cuando éste disminuye, es más fácil que la motivación surja o sea restaurada. Dependiendo del cargo y de la responsabilidad, también puede tener consecuencias positivas la implementación por parte de la empresa de programas para incentivar la libre expresión y la creatividad.Lo que se busca en estos casos es un cambio de actitud, no el cumplimiento de las normas por miedo.
Cuanto más agradable sea el lugar de trabajo, mejores serán los resultados. Flexibilizar los horarios también es una buena manera de que las familias puedan conciliar la vida profesional con la vida de los hijos y de incidir de manera indirecta en la motivación de los trabajadores. Un cargo que permita la conciliación profesional, considerando el panorama actual, es sin duda una ventaja que el funcionario va a saber reconocer. Especialmente si hasta el momento no se han tomado medidas en esa dirección. Vamos a pensar que si el trabajador se siente feliz y satisfecho con el trabajo (o al menos alcanza niveles mínimos en ese sentido), los cambios positivos serán cada vez mayores. Es mucho más sensato enfocarse en ayudar y ofrecer ciertas facilidades a los trabajadores que aplicar políticas extremistas. La seguridad y el cuidado con la salud profesional están previstos como un derecho del ciudadano por la Organización Mundial de la Salud, pues la precariedad del trabajo puede provocar situaciones irreversibles en la salud mental y física de una persona.