¿Qué es el conocimiento social?

Cualquiera de nosotros, a través de una observación superficial, logra ver que los fenómenos sociales tienen una naturaleza muy diferente a la de los fenómenos físicos. Además, no sólo los vemos diferentemente, sino que también actuamos de manera distinta en relación a ellos. Pero lo que realmente es el conocimiento social? ¿Y cómo construimos ese conocimiento en nuestra mente? Muchos psicólogos han intentado encontrar respuestas a estas preguntas a lo largo de la historia.

El estudio sobre el conocimiento social es un campo de investigación muy amplio y de gran relevancia. Esto sucede porque el interés en este campo de estudio es variado y puede ser considerado a partir de muchos puntos de vista (psicológico, educativo, epistemológico, ...). En este artículo, vamos a hablar de dos aspectos específicos: la construcción de las representaciones de la realidad social y la naturaleza de los fenómenos sociales.

Construcción del conocimiento social

Un aspecto esencial del conocimiento social es entender cómo se construye. Las personas, al observar el funcionamiento del mundo, construyen representaciones o modelos que explican lo que percibimos. Esto nos sirve para dar un sentido a lo que sucede fuera de nosotros y para crear modelos propios, muy útiles como marco de acción.

En realidad, las representaciones hacen posible anticipar lo que va a suceder y actuar como consecuencia de ello. Es sencillo deducir el gran valor que tiene nuestra capacidad de crear y ajustar modelos válidos. Por ejemplo, como entendemos una representación del funcionamiento de la electricidad y el mal que puede hacernos en algunas situaciones, descartamos la idea de colocar el dedo en la toma. Un aspecto fundamental de la especie humana es su ambiente social.

Gracias a la vida en sociedad hemos podido adaptarse a un ambiente hostil, a pesar de las deficiencias naturales del ser humano. Por eso, es lógico pensar que debemos tener un gran repertorio de modelos sociales que nos permita saber cómo actuar en nuestro día a día en el contexto social. Dentro de esas representaciones o modelos de la sociedad, que es lo que se denomina conocimiento social en la psicología, podemos encontrar tres grandes categorías:El conocimiento de los demás y de sí mismo

. A través de la experiencia con los demás vamos creando modelos que nos permiten conocer a las personas ya nosotros mismos. Conocer la mente de los demás, es decir, saber cómo piensan, nos ayuda a predecir sus acciones. Los estudios sobre la llamada "teoría de la mente" pueden encuadrarse en esa categoría.

  • El conocimiento moral y convencional. El individuo va asimilando las reglas o normas que regulan las relaciones que tiene con los demás. Conocerlas permite adaptarse a la comunidad y convivir con los demás. En ese sentido, el psicólogo Lawrence Kohlberg estudió el desarrollo de la moral en el ser humano.
  • El conocimiento de las instituciones. Un aspecto esencial del conocimiento social es entender los roles que las personas ocupan dentro de una sociedad. Aquí hablamos de las representaciones que tenemos sobre cómo se comporta un comerciante, un jefe, un representante político, etc. Esto nos ayuda a realizar cualquier acto social sin necesidad de saber cómo es la persona con la que estamos tratando, debido al hecho de que sabemos el papel que debe desempeñar.
  • Naturaleza de los fenómenos socialesAunque parece obvio que existen diferencias entre un fenómeno físico y un fenómeno social, dejar explícitas estas diferencias se vuelve complicado. Usted puede definir los acontecimientos físicos como objetivos e independientes del individuo y los sociales como subjetivos y dependientes, pero en una perspectiva socio-constructivista esa distinción carece de sentido.

Un intento de entender cómo están compuestos los fenómenos sociales es lo que nos propone el filósofo John Searle

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Para explicar las representaciones sobre el mundo social, nos presenta tres elementos:(a) las reglas constitutivas, (b) la atribución de funciones y (c) la intencionalidad colectiva. Así como un juego está compuesto por reglas, Searle afirma que las instituciones también lo son. Y la importancia de estas normas es que sin ellas no podrían existir ni los juegos ni las instituciones.

Por ejemplo, para jugar ajedrez hay un reglamento que nos dice lo que podemos y lo que no podemos hacer. Si esas normas no existier, el juego no tendría sentido alguno. Porque lo mismo sucede con nuestras instituciones. Existen en la medida en que decimos que existen. Un ejemplo claro es el dinero. Hay reglas que dicen cuánto vale cada nota y en qué condiciones pueden ser cambiadas. Si las reglas no existier, el dinero sería sólo metal o papel. Al hablar de la asignación de funciones, nos referimos a la intención de asignar funciones a los objetos oa las personas.

Decimos que las sillas se hacen para sentarse y las horquillas para ayudar a comer. Pero estas no son propiedades intrínsecas de los objetos. La función es impuesta por el ser humano. Esta atribución es, en gran medida, colectiva, lo que produce un conocimiento compartido socialmente en relación a la función de las personas y de los objetos en la sociedad.

Por último, es importante entender el papel que la intencionalidad colectiva desempeña . Esto significa el intento del ser humano de compartir creencias, deseos e intenciones, lo que nos permite actuar dentro de un contexto en el que la cooperación es posible, logrando así convivir en una sociedad adaptativa y segura para todos los individuos.

El conocimiento social nos ayuda a entender y saber cómo actuar dentro de la sociedad. Su estudio tiene un gran valor agregado y nos permite actuar en muchos niveles. Por ejemplo, en lo que se refiere a la educación, entender esto sirve para saber qué modelos o medidas pedagógicas debemos tomar a la hora de crear una sociedad más justa y cooperativa.