Donde hay lágrimas, hay esperanza. Todo lo que nos duele, que nos cambia, también nos hace crecer y luchar.Todo lo que nos aflige nos enseña el valor de las sonrisas, de las caricias y de los buenos momentos. Los malos momentos nos enseñan a buscar la fuerza necesaria para cambiarlos.
Si hay lágrimas, puede haber motivación para el cambio y para buscar algo mejor. No hay mejor combustible que el que emana de la tristeza más profunda, que penetra hasta los huesos y nos hace perder el aliento. Porque en la vida, los momentos más tristes preceden a los mejores cambios; nos empujan hacia saltos en el vacío cargados de miedo e incertidumbre, pero que nos traen grandes beneficios.
Donde hay lágrimas, hay esperanza, hay fuerza, hay carácter y sentimiento con el corazón. Este es el motivo de su brote. Cada lágrima sirve como un impulso y es una forma de tocar el fondo del pozo para apoyarnos en la fuerza que nos empuja hacia atrás para construir algo mejor.
Dicen que sólo aquel que conoció la tristeza y lloró con todas sus fuerzas conoce la grandeza del ser humano.Compartir
Donde hay lágrimas, hay esperanza, hay vida
Donde hay lágrimas, hay vida brotando de nuestro interior y, por lo tanto, esperanza para seguir luchando por algo mejor. Recuerde que, al igual que el agua nos da la vida, las lágrimas nos ayudan a conocer los puntos fuertes de nuestro corazón. Por eso la tristeza es necesaria para conocer nuestro propio valor.
Porque las lágrimas no actúan como la lluvia sobre la roca, no corroen nuestro interior, pero nos dan el valor necesario para que podamos ver el sol después de la tempestad. El arco iris sólo aparece después de una tempestad y si no permitimos que la lluvia nos impida ver más allá de nuestra tristeza. Las cosas más bonitas de la vida, que más recordamos, son justamente aquellas que parecían imposibles, pero logramos porque no nos rendimos a nuestra tempestad interior. Puedo sobrevivir a los huracanes de las reprobaciones, a los relámpagos del miedo ya los truenos del dolor, pero solamente si después de la lluvia logro encontrar fuerzas para ver el sol.
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Vamos a aprender a usar el paraguas, soltar, llorar, gritar y expresar lo que estamos sintiendo cuando sea necesario. Aprende a sacar fuerzas de tus emociones y liberar tu realidad interior. Porque no hay nada malo en ser humano, no hay nada mal en expresar una emoción.Donde hay lágrimas, hay una oportunidad de aprender
Entonces, ¿cómo no hay nada mal en expresar una emoción, por qué no la aprovechamos para aprender y convertirse en una persona mejor?
Así como nos sorprendimos con lo que podemos hacer cuando nos conocimos y oímos nuestro dolor.
Nada es lo que parece y, así como una sonrisa puede esconder la tristeza más profunda, detrás de las lágrimas pueden esconderse oportunidades, sueños y alegrías. No te dejes llevar por las apariencias, no baje la cabeza en la tristeza. Es necesario aprender a escuchar nuestras lágrimas para unir fuerzas con ellas y buscar el cambio que deseamos. Vamos a descifrar su significado para percibir lo que nos molesta, eliminar de nuestras vidas el motivo de esas lágrimas y, si no es posible decir adiós, construir un puente para todo el aprendizaje que ellas nos traen. No olvides que cuando expresamos nuestros sentimientos, siempre habrá un hombro amigo para apoyarnos y un abrazo que nos abriga y nos da amor.
Después de las fuertes tempestades, siempre hay momentos de calma, tranquilidad y tiempo para pensar.
Cuando hay lágrimas, hay esperanza, porque detrás de cada motivo para llorar, hay una puerta abierta para que todo pueda cambiar.